La atención primaria es la ‘puerta de entrada’ para el abordaje de multitud de trastornos relacionados con la salud mental como puede ser la depresión.
Es por eso por lo que el médico del primer nivel asistencial tiene que estar preparado para tratar prácticamente todos los casos relacionados con esta patología, “hay que derivar siempre a los adolescentes con depresión al psiquiatra, no podemos permitirnos intentos de suicidio”, explica Rafael Ángel Castro Jiménez, medico de familia y subdirector médico del hospital universitario Reina de Córdoba.
“Cuando son casos sin mucha complejidad se pueden tratar directamente desde la medicina de familia”, indica en la misma dirección Lorenzo Armenteros del Olmo, médico de familia y miembro del Grupo Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Comenta que cuando los pacientes presentan riesgos como tendencias autolíticas o suicidas deben ser derivados a atención hospitalaria.
Durante varios talleres impartidos en el marco del XXIX Congreso Nacional de SEMG, estos expertos han indicado como debe ser el abordaje de los pacientes depresivos en la AP, además de su detección y tratamiento.
Por su parte, Castro Jiménez se ha centrado en las terapias tanto farmacológicas como no farmacológicas. “Algunos estudios han demostrado que el ejercicio es tan eficaz como el uso de antidepresivos, ayuda a aumentar a la confianza y la autoestima”, ha remarcado el experto, que también ha indicado las guias de autoayuda del Servicio Andaluz de Salud (SAS) que proporcionan al paciente multitud de información sobre su proceso y estrategias que ayudan a su recuperación.
“Debemos aprender a interpretar el lenguaje no verbal y hacer preguntas orientadas a lo emocional para saber si el paciente ha ‘perdido la ilusión’”
Lorenzo Armenteros del Olmo, médico de familia y miembro del Grupo Salud Mental de SEMG
Asimismo, ha recordado la importancia del autocuidado, de intervenir en la salud de uno mismo realizando actividades placenteras o tener mas relaciones sociales sanas. “Es importante que el paciente no pierda relación con su familia y comunidad”, ha recomendado Castro Jiménez.
Por otra parte, Castro Jiménez recomienda evitar la inercia terapéutica, es decir, prescribir siempre el mismo fármaco antidepresivo a todo tipo de pacientes, siendo más recomendable adaptarse a cada uno de ellos para individualizar el proceso. “Solo el 36 por ciento de los pacientes alcanza la remisión de la enfermedad con el tratamiento inicial”.
Armenteros define que en las consultas hay tres tipos de pacientes: “Por un lado están los pacientes jóvenes a los que una pequeña experiencia negativa a lo largo de un pequeño espacio de tiempo les produce un gran malestar emocional que consecuencias graves y con tendencias autolíticas”. “Por otra parte las mujeres a las que se les junta la menopausia, matrimonios más monótonos y cuyos hijos dejan la casa y, también, el paciente anciano con patologías comórbidas y que sienten soledad”, enumera el miembro de SEMG que considera fundamental conocer los perfiles más comunes para abordarles de forma diferente dados que tienen características diferenciales.
Diagnóstico precoz y tratamientos
Según Armenteros es fundamental realizar preguntas de cribado que permitan identificar ciertas sensaciones que el paciente en muchas ocasiones no comunica de forma directa. “Debemos aprender a interpretar el lenguaje no verbal y hacer preguntas orientadas a lo emocional para saber si ‘han perdido la ilusión’. Una vez realizadas esas preguntas ya podemos realizar técnicas, escalas y cuestionarios más específicos”, recuerda el facultativo.
Precisamente, lo mismo opina Castro Jiménez que durante su charla ha recomendado la reputada escala de depresión geriátrica de Yesevage.
La depresión es un proceso de alteración emocional que incide sobre la vida en todos los ámbitos. “Hay que seguir fomentando un tratamiento multidisciplinar médico, farmacológico y terapéutico, ya que es el que está comprobado que funciona con mayor efectividad”, explica Armenteros.
Ambos expertos se muestran esperanzados ante la llegada de nuevas opciones farmacológicas como Spravato. “Los médicos de familia estamos preparados para asumir tratamientos que puedan mejorar el estado de los individuos”, subraya Armenteros que cree que sí, como con cualquier otro medicamento, se protocoliza y se fijan unos criterios, su administración desde la AP podría ser posible. “La ventaja de nuestra especialidad es la cercanía y la accesibilidad con la que podemos aclarar cualquier duda”, añade
No obstante, Castro Jiménez remarca que este producto en concreto se administra en centros de día, pero cree que podría llegar a la AP.