A partir de mañana, 1 de mayo, estará disponible en España teclistamab (Tecvayli), de Johnson&Johnson para mieloma múltiple. Se trata del primer anticuerpo biespecífico anti BCMA autorizado para el tratamiento de pacientes triple expuestos que padezcan esta enfermedad, segundo cáncer hematológico más prevalente en España.

La financiación de este fármaco en España y la autorización de la Comisión Europea se basan en los resultados del estudio MajesTEC-1, en el que se evaluó la eficacia y seguridad de teclistamab en pacientes refractarios previamente expuestos a tres clases terapéuticas: un inhibidor de proteasoma, un inmunomodulador y un anticuerpo monoclonal anti-CD38.

“La llegada de teclistamab asienta nuestro compromiso con la hematología y con tratar de lograr que esta enfermedad sea lo más cercana posible a la curación”, ha expuesto Jacobo Muñoz, director médico de Johnson&Johnson. Muñoz ha destacado además la participación española en el ensayo que ha propiciado su autorización. “Ya se ha tratado a más de 10.000 pacientes a nivel mundial con este fármaco, incluidos los de ensayos clínicos; además, en MajesTEC-1 participaron siete centros españoles con 60 pacientes”, ha detallado. En mieloma múltiple, el director médico ha resaltado que el objetivo de la compañía es “hallar dianas que permitan controlar los síntomas, las recaídas y alargar los periodos de supervivencia libre de progresión”.

Opción ante recaídas

María Victoria Mateos, hematóloga y responsable de la Unidad de Mieloma y la Unidad de Ensayos Clínicos en el Hospital Universitario de Salamanca ha expuesto que “cuando los pacientes tienen recaída a inhibidores de la proteasoma, inmunomoduladores y anticuerpos monoclonales anti-CD38, se ha visto que tienen mal pronóstico”. Además, ha precisado que “no había un estándar de tratamiento para los pacientes que habían recibido las tres clases de fármacos, con diferentes respuestas ante los regímenes testados, pero, en definitiva, se vio que solo una de cada tres personas respondía y el tiempo hasta la progresión era de unos tres meses”. “Esto puso de manifiesto que existía una necesidad clínica no cubierta”, ha aseverado Mateos.

En este sentido, Mateos ha apuntado que “una de las dianas más potentes es BCMA, una proteína que se expresa en la superficie de la célula tumoral del mieloma múltiple”. En cuanto a su mecanismo de acción ha explicado que este “se dirige contra BCMA y por otro lado recoge los linfocitos T y los lleva al nicho tumoral; los linfocitos T son nuestro ‘ejército’ antitumoral y en pacientes que no trabajan por sí mismos, el biespecífico los dirige al tumor, el linfocito T se activa y empieza a liberar sustancias que destruyen la célula tumoral”.

Mecanismo de acción

“El mecanismo de acción es sorprendente y parece ser muy eficaz, como se ha demostrado en ensayos clínicos, que es lo que ha condicionado la aprobación” ha indicado la hematóloga. En cuanto al estudio MajesTEC-1, este comenzó a reclutar pacientes en 2016 y las primeras fases trataron de ajustar qué dosis sería la más adecuada, hasta que se determinó que era 1,5 miligramos. Ya en Fase II, con 165 pacientes reclutados, se siguió explorando este tratamiento, viéndose que podía usarse por vía subcutánea en lugar de intravenosa, lo que facilita la administración a los facultativos y es más cómodos para los pacientes.

“Analizando la eficacia, esta se logró de alguna manera en alrededor del 65 por ciento de pacientes; pero en mieloma múltiple, además, evaluamos que sea una respuesta con calidad y la remisión completa, que significa que a nuestros ojos la enfermedad prácticamente ha desaparecido y a este punto llegaron el 45,5 por ciento de los pacientes”, ha desarrollado Mateos.

En mieloma múltiple, uno de los parámetros que se evalúa es el de enfermedad mínima residual (EMR). Esto, como ha especificado Mateos, consiste en “evaluar la respuesta más allá de lo que ven nuestros ojos con técnicas específicas”. “En MajesTEC-1 casi un 90 por ciento estaba en EMR negativa y los resultados que se iban viendo mes a mes eran muy positivos”. Y es que, como ha expresado la especialista, en mieloma múltiple “se ha tratado a personas en fases avanzadas de la enfermedad, con cinco o seis líneas previas, y el pronóstico no era bueno; por ello, necesitábamos un tratamiento para la enfermedad que funcionase de manera rápida y teclistamab lograba la respuesta en un mes aproximadamente, a lo que se suma que esta respuesta se iba profundizando y había pacientes que alcanzaban la remisión completa en cuatro o cinco meses”.

Manejo de efectos adversos

Mateos también ha hablado de los efectos adversos que pueden derivarse de la administración de este fármaco y cómo se ha aprendido a manejarlos. “Uno de ellos es el síndrome de liberación de citoquinas, y tenemos herramientas como tocilizumab para manejarlo; además, se han desarrollado técnicas como que, en lugar de administrarse la dosis completa, se dan dos pequeñas dosis antes de la primera para ‘acostumbrar’ o ‘enseñar’ el fármaco a las células plasmáticas, estrategia con la que se ha logrado mitigar esta complicación”, ha explicado.

Por otra parte, ha indicado que “como consecuencia de todas estas citoquinas, puede pasar que crucen la barrera hematoencefálica y produzcan eventos neurotóxicos, aunque no ha ocurrido en más de cinco casos del ensayo; no obstante, cuando sucede hay que avisar a neurología y en todos los casos del estudio se consiguió resolver”.

“Otro efecto adverso extensivo a los biespecíficos son las infecciones”, ha expresado. Esto sucede porque los pacientes con mieloma múltiple tienen un grado de inmunosupresión y más en aquellos que han recibido varios tratamientos previamente. “Este biespecífico se dirige a BCMA, implicado en la producción de defensas, y al evitar que se produzcan inmunoglobulinas y llevar el linfocito T al tumor, se deja al paciente un poco indefenso en cuanto a inmunidad humoral y celular”, ha señalado Mateos. No obstante, también se han desarrollado estrategias para paliar este efecto y, como ha afirmado la hematóloga, “cuando se vio que se daba este efecto adverso se pusieron en marcha estrategias de profilaxis que todos los pacientes tienen que recibir antes de teclistamab para evitar diferentes tipos de infecciones”.

Asimismo, para reducir los efectos adversos, Mateos ha resaltado que “dentro del estudio se evaluó la posibilidad de espaciar la administración de teclistamab y que, en lugar de ser semanalmente fuera cada 15 días una vez habían completado seis meses de tratamiento y se hubiese alcanzado la remisión y, aunque se reduce la frecuencia de administración, se impactó positivamente en la reducción de infecciones.

Líneas de investigación

Por otra parte, Mateos ha expuesto que se están explorando en ensayos clínicos nuevas vías de investigación sobre el uso de teclistamab tanto en monoterapia como con las combinaciones. “Hay datos, aunque muy preliminares, de la suma de teclistamab y daratumumab, un anti-CD38, en fases avanzadas de la enfermedad, incluyendo incluso pacientes refractarios a daratumumab; se vio que, si en monoterapia la eficacia es del 65 por ciento, añadiendo daratumumab se puede llegar al 80 por ciento”, ha desarrollado. También se ha referido a la triple combinación de teclistamab con lenalidomida y daratumumab, precisando que “son dos fármacos ya conocidos que forman parte del estándar de tratamiento en mieloma múltiple y, aunque la cohorte es pequeña, casi todos los pacientes han presentado respuesta completa, sin recortarse datos de duración, y estos estudios han sido clave para avanzar hacia estudios randomizados en varias opciones”.

También se están estudiando otras opciones con este biespecífico como su uso en primera línea en pacientes no candidatos a trasplante, junto a daratumumab y lenalidomida; un ensayo evalúa su uso en nuevos diagnósticos después de trasplante usando teclistamab solo o junto a lenalidomida, aunque todavía sin datos.

Y, otra de las opciones que ha destacado Mateos es “la combinación de dos biespecíficos, teclistamab y talquetemab, de la que esperamos tener aprobación en 2024”. “Desde mi punto de vista, tiene una eficacia espectacular, he participado en ensayos clínicos y funciona muy bien esta combinación en masas, es decir, células que aparecen fuera de la médula ósea en localizaciones como la piel o el hígado, donde tiene un potencial muy preciso”, ha indicado. “También cabe destacar que se está observando la combinación de teclistamab con un inhibidor de checkpoint, y es interesante”, ha concluido Mateos.


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