Muchos estudios han determinado la relación que hay entre la contaminación y la salud humana, principalmente sus efectos en el desarrollo de patologías pulmonares. Ahora, una investigación del área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del CIBER (CIBERDEM) y del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga-IBIMA-Plataforma BIONAND, ha revelado una relación entre nivel de lípidos en sangre y exposición a contaminantes del aire. A su vez, esta asociación sugiere un vínculo entre polución atmosférica y aterosclerosis.

“Hay numerosos datos en la literatura científica acerca de la influencia que ejerce la contaminación atmosférica sobre el desarrollo de enfermedades metabólicas como la obesidad, la diabetes, la hipertensión o la aterosclerosis”, explica a Gaceta Médica Sergio Valdés, uno de los investigadores de este trabajo. “Lo sorprendente es que en España los datos acerca de esta relación eran casi inexistentes, tan sólo algún estudio local en Barcelona. El estudio di@bet.es, al ser un estudio representativo de población española, nos ha permitido dibujar un mapa general de la situación en todo el país”, apunta.

El estudio, publicado en la revista European Journal of Clinical Investigation, sugiere que la contaminación del aire, tradicionalmente asociada con patologías respiratorias, tiene también efectos nocivos sobre el nivel de lípidos sanguíneos y puede incrementar los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Aterosclerosis y contaminación del aire

Para el desarrollo de la investigación se utilizaron datos de 4.647 adultos del estudio nacional de base poblacional di@bet.es, que se llevó a cabo entre 2008-2010 y 2015-2017. Esta midió la prevalencia e incidencia de diabetes tipo 2 y otras enfermedades metabólicas en la población adulta en el conjunto de España.

Además de examen físico y una toma de muestra de sangre, la información recogida incluyó edad, sexo, nivel educativo, hábito de fumar, consumo de alcohol, alimentación, índice de masa corporal o actividad física diaria, entre otros.

Los datos sobre exposición a contaminantes se obtuvieron de los trabajos de los colaboradores del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT). Específicamente, se estudió la asociación para cada persona participante de las concentraciones medias de partículas aéreas contaminantes, aquellas con un diámetro aerodinámico menor a 10 o 2,5 micrones; de su domicilio en los años del estudio y la concentración de dióxido de nitrógeno en el aire.

“Este trabajo se ha centrado en la relación entre contaminantes y lípidos séricos. Los niveles de lípidos séricos (colesterol, triglicéridos) son unos de los principales indicadores de la salud de nuestras arterias y sus niveles predicen el riesgo de enfermedad cardiovascular y aterosclerosis”, señala Valdés, que especifica que “la originalidad de este trabajo es que se han analizado los lípidos de la sangre por medio de un sistema que da una información muy detallada del estado de esos lípidos y sus transportadores en sangre, es decir, las lipoproteínas”, destaca.

No obstante, en el estudio también se ha demostrado que la exposición a la contaminación del aire induce el desarrollo de HDL disfuncional, lo que resulta en una alteración de sus capacidades ateroprotectoras, lo que puede contribuir a la progresión de la aterosclerosis más allá de las concentraciones de lipoproteínas totales que se han medido en el trabajo.

Asimismo, el estudio dia@bet.es también ha demostrado que la contaminación se asocia a un mayor riesgo de hipertensión en población española, así como a alteraciones en los niveles de hormonas tiroideas.

Efectos en el perfil lipídico  

En la actualidad se desconoce el motivo por el cual la contaminación del aire afecta al nivel de lípidos en sangre. “De los mecanismos exactos se conoce poco”, aclara Valdés. “Se hipotetiza que la inhalación de aire contaminado puede producir alteraciones del estado redox en determinados tejidos e inducir un estado inflamatorio que acaba modificando el funcionamiento y la dinámica de las lipoproteínas”, añade.

El estudio manifiesta una asociación significativa entre la exposición a diversos contaminantes del aire y varias medidas estándar o nuevas lipoproteínas en sangre, lo que apunta a un perfil lipídico con tendencia al desarrollo arterioesclerótico en personas expuestas a un mayor grado de contaminación. Asimismo, podría indicar un factor de riesgo para el desarrollo o padecimiento de enfermedades cardiovasculares.

Aunque ya existían investigaciones que mostraban cómo las alteraciones en el metabolismo de los lípidos podrían ser indicio de la asociación entre contaminación del aire y arteriosclerosis. El nuevo estudio ha ido un paso más allá, al analizar también el número y el tamaño de las partículas de lipoproteínas que transportan esos lípidos en la sangre.

“Estamos tratando de identificar mediadores de esta relación por medio del estudio, en estos mismos sujetos, de los niveles de algunas proteínas específicas producidas por el pulmón ante la agresión y que podrían influir en otros tejidos”, señala el experto. Además, indica que “se está probando si la contaminación se asocia a algún mecanismo epigenético que active o suprima la expresión de genes relacionados con el metabolismo de las lipoproteínas y los lípidos. Esto se está haciendo, midiendo estos mediadores en la misma población del estudio, y aparte, realizando experimentos in vitro donde se expone a células que fabrican las lipoproteínas a estas sustancias, para ver si se puede reproducir alguno de los efectos observados en las personas”.


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