Dos nuevos estudios, realizados por el equipo de investigación del Servicio de Bioelectromagnetismo del Instituto de Investigación Sanitaria IRYCIS del Hospital Universitario Ramón y Cajal, han demostrado que las terapias de transferencia eléctrica capacitiva-resistiva (CRET) estimulan la proliferación de células madre humanas implicadas en la regeneración de tejidos lesionados. Además, también favorecen la proliferación y migración de queratinocitos y fibroblastos, las principales células implicadas en la regeneración de la piel.

Estos estudios han revelado las bases biológicas por las que la tecnología CRET podría acelerar la regeneración de tejidos dañados por la radioterapia, algo difícil de lograr con las anteriores técnicas. Asimismo, han observado que impulsa la cicatrización más rápida de heridas post-cáncer y otras heridas de difícil cicatrización. Todo ello se ha podido comprobar tras cinco años de trabajo por parte del equipo y utilizando los dispositivos de radiofrecuencia de INDIBA.

La regeneración rápida de las heridas es fundamental para la recuperación física y emocional de los pacientes, ya que les permite retomar sus vidas de manera más inmediata y, además, evitar complicaciones relacionadas con los tratamientos de radioterapia (por el daño de tejidos ocasionado por la radiación) o reducir los tiempos de cicatrización tras una operación o una lesión dérmica.

Equipo de investigadores.

“El enfoque principal de la investigación ha sido investigar el efecto de la terapia eléctrica CRET de INDIBA para la regeneración de tejidos, tanto si estos presentan una dificultad para repararse por sí mismos, por ejemplo, como en el caso de úlceras, o porque hayan sido sometidos a radioterapia”, explica a Gaceta Médica María Luisa Hernández Bule, del equipo de investigación del Servicio de Bioelectromagnetismo del Instituto de Investigación Sanitaria IRYCIS. “Esta terapia se emplea habitualmente para múltiples patologías de medicina deportiva, dermatología y fisioterapia. Por la casuística clínica, se sabía que podía ser útil para la regeneración de heridas, pero hasta que no se inició esta investigación no se conocía su potencial para este tipo de lesiones tisulares”, añade. 

Tecnología CRET y regeneración

Los estudios in vitro que han realizado los investigadores muestran que la terapia CRET de INDIBA tiene la capacidad de promover la regeneración tisular de heridas a través de una activación de mecanismos intracelulares de proliferación y migración celular, y la modulación de la respuesta inflamatoria del tejido cutáneo. 

En este caso, CRET tiene efectos en diferentes tipos de células como las células madre mesenquimales y los fibroblastos. “Nuestros estudios in vitro han mostrado que esta terapia es capaz de promover la proliferación de las células madre de tejido adiposo, lo que favorece la regeneración de las heridas, al incrementar el número de este tipo celular disponible para la reparación de los tejidos”, explica Hernández Bule.

Diferentes células

Pruebas en el laboratorio.

En el caso de la proliferación y migración de fibroblastos inducidos por la terapia CRET, la experta señala que “en la piel, los fibroblastos se sitúan en la dermis, donde producen proteínas esenciales para la integridad cutánea como el colágeno y la elastina y otros componentes de la matriz extracelular dérmica como el ácido hialurónico. En los procesos de regeneración de heridas, estas células ejercen un papel fundamental en la restructuración de la piel, y en las primeras fases de la respuesta inmune. En las fases posteriores interviene proliferando y migrando a los bordes de la herida, donde generan el tejido de granulación a partir del cual se remodelará el resto del tejido cutáneo”.

El retraso en la formación de este tejido de granulación es una de las principales causas de la generación de heridas crónicas o de difícil cicatrización. “Los estudios realizados en nuestro laboratorio han revelado que la terapia CRET induce la proliferación y migración de los fibroblastos, lo que permitiría la generación de este tejido y la regeneración de la herida”, asegura Hernández Bule.

Otras de las células que presentan un papel clave en la regeneración de heridas con los queratinocitos, ya que se encargan de dar cohesión e integridad y, junto con la queratina que producen, forman la barrera cutánea. La experta señala que “su proliferación y migración da lugar a la reepitelización de la lesión y su posterior remodelación. Una adecuada regeneración de la piel requiere que la formación de tejido de granulación fibroblástico preceda al proceso de reepitelización llevado a cabo por los queratinocitos”.

Pruebas en el laboratorio.

En este caso, los resultados in vitro obtenidos sugieren efectos CRET duales y simultáneos en las células de la piel: por un lado, promoción de la migración temprana de fibroblastos y, por otro, desaceleración de la migración de queratinocitos.

Ventajas de la estimulación eléctrica

Una de las ventajas de las terapias eléctricas CRET en la regeneración de lesiones es que son terapias no invasivas, lo que supone un beneficio para el paciente en general y representan una gran opción para personas con dificultades en la regeneración cutánea. “Por otro lado, estas terapias emplean corrientes de radiofrecuencia que aprovechan la impedancia de los tejidos para generar un calentamiento en mayor profundidad, alcanzando zonas no accesibles para otras terapias físicas térmicas que solo ejercen sus efectos a nivel local y superficial”, añade la experta.

Una de las ventajas de las terapias eléctricas CRET en la regeneración de lesiones es que son terapias no invasivas, lo que supone un beneficio para el paciente en general y representan una gran opción para personas con dificultades en la regeneración cutánea.

Además, esta terapia presenta unas diferencias significativas respecto a otras terapias térmicas. “Las células tratadas con la terapia CRET de INDIBA en condiciones atérmicas, es decir, sin incrementar la temperatura por encima de los 37ºC fisiológicos, responden a las corrientes eléctricas generando todos los efecto celulares descritos arriba. Esto supone una diferencia clave respecto al resto de terapias de radiofrecuencia en las que la hipertermia es esencial para obtener los efectos deseados”, explica Hernández Bule, que también indica que “en esta terapia, es la corriente de radiofrecuencia de 448 kHz la que actúa sobre receptores en la membrana celular y desencadena una cascada de respuestas intracelulares que promueven la regeneración del matriz extracelular de la lesión, la proliferación celular y una actividad moduladora de la inflamación que culminaría en una regeneración de las heridas más rápida y eficiente”.


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