BARTOLOMÉ BELTRÁN,
Jefe de los servicios
médicos de A3media
| viernes, 03 de julio de 2015 h |

“Para que un laboratorio se interese por un nuevo fármaco debe haber una prueba de concepto bien establecida”

Se presentó el informe de resultados del Programa de Cooperación Farma-Biotech, que inició sus primeros encuentros en 2011 para pequeñas empresas biotecnológicas, abriendo en 2012 la fuente de proyectos a los centros de investigación y finalmente en 2014 haciéndolo extensivo a trabajos avanzados realizados en hospitales.

Andrés G. Fernández, de Ferrer, subrayó que hay que “poner el énfasis en la colaboración con pequeñas empresas innovadoras y con grupos académicos solventes antes que sostener un centro de investigación clásico”. Según indicó, Ferrer inició contactos con al menos dos o tres proyectos en cada una de las jornadas y siempre ha encontrado, gracias a la estricta selección previa de Farmaindustria, un grado de avance y fiabilidad en los desarrollos que ha justificado el interés de los mismos para la compañía. Cabe destacar el acuerdo Ferrer-Vivia Biotech para el codesarrollo de un producto en el ámbito oncohematológico. El futuro fármaco podría iniciar los ensayos clínico a principios de 2016.

Cabe destacar la intervención de IdiPAZ, que ha presentado dos desarrollos. Según detalló Lola Pérez Garre, se trata de un kit basado en biomarcadores predictivos de respuesta a tratamiento con quimioterapia en cáncer colorrectal y una nueva gama de compuestos eficaces para el tratamiento de enfermedades inflamatorias que cursen con niveles altos de TNF-á. “Es muy interesante que el programa Farma-Biotech favorezca la entrada de desarrollos realizados en los hospitales”, dijo.

Rocío Arroyo, de Amadix, explicó que “para que una Farma se interese por un nuevo medicamento debe haber al menos una prueba de concepto bien establecida”. En su opinión, la iniciativa Farma-Biotech es importante porque favorece los contactos de pequeñas empresas y grupos de investigación con la industria farmacéutica. También conviene tener en cuenta, matizó, que en la industria farmacéutica existen diferencias considerables entre el ámbito de la investigación en terapia y diagnóstico. Las compañías farmacéuticas orientadas al desarrollo de fármacos no siempre están dispuestas a incorporar biomarcadores diagnósticos en su portfolio.

Para Vicenç Tur, de Lipopharma, la gran ventaja del programa estriba en que facilita “estar dentro” del sector, abriendo interacciones que tal vez no den resultados concretos de modo inmediato, pero que ayuda a que la industria conozca la existencia de pequeñas empresas start-ups como la que dirige y a su vez permite que estas pequeñas empresas conozcan mejor y de primera mano lo que las compañías farmacéuticas están buscando en cada momento. “Poder presentar un proyecto en desarrollo como Minerval y obtener en tiempo real un primer feedback por parte de las compañías farmacéuticas asistentes es de gran importancia para una pequeña empresa spin-off”, señaló.

Por otro lado, el CNIC ha presentado varios proyectos a la industria farmacéutica. En concreto, apuntó Juan Miguel Redondo, el último proyecto presentado en Madrid, julio de 2014, está relacionado con el empleo de péptidos inhibidores de la calcineurina para el tratamiento de enfermedades inflamatorias y autoinmunes. Actualmente se está trabajando con tres familias de inhibidores permeables y con péptidos inhibidores expresados por vectores lentivirales que sirven de vehículo al interior de la célula diana.

Por último, para Antonio Gómez, gran conocedor de los nuevos paradigmas en Innovación Abierta y enlace para España de los Centros de Innovación de Johnson&Johnson, uno de los aspectos más relevantes de Farma-Biotech es que en esta iniciativa la totalidad de los proyectos presentados han sido analizados previamente en profundidad para garantizar un grado de madurez razonable en cuando a los criterios que interesan a la industria farmacéutica. Es lo que hay. Seguro.