GM | lunes, 14 de mayo de 2018 h |

Bilbao reúne durante tres días a los principales expertos nacionales e internacionales que trabajan en el campo de la hidratación para analizar y debatir las últimas evidencias científicas en esta área, en el marco del III Congreso Internacional y V Nacional de Hidratación, organizado por la Cátedra Internacional de Estudios Avanzados en Hidratación (CIEAH). El congreso cuenta con la asistencia de más de 300 científicos y profesionales de la salud y un total de 39 ponencias con las últimas evidencias científicas sobre hidratación. Además, los más jóvenes disponen de un espacio de discusión donde se recogen 68 comunicaciones orales.

Como novedad, este año se da una especial relevancia al análisis de los aspectos sociales relacionados con el agua. En concreto, se están estudiando diferentes propuestas para mejorar la gestión y el uso eficiente del agua con el objetivo de intentar frenar el cambio climático. Según el ‘Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de Recursos Hídricos 2018’ la demanda mundial de agua ha ido aumentando a un ritmo del uno por ciento anual. “El rápido crecimiento de la población mundial hace prever que la demanda de agua aumente en casi un tercio para el año 2050”, concreta Lluís Serra-Majem, presidente del Comité Científico del Congreso, director de la CIEAH y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la ULPGC.

La importancia de la hidratación

“La hidratación es el pilar fundamental de las funciones fisiológicas más básicas, como por ejemplo la regulación de la tensión arterial o la temperatura corporal”, explica Carmen Pérez-Rodrigo, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). En la actualidad, existe una mayor concienciación sobre la necesidad de estar correctamente hidratado y en especial ante circunstancias o estados de salud determinados. “Un 60% del organismo está compuesto de agua. De ahí que a lo largo de los años haya adquirido una relevancia tan importante en todos los sectores de la sociedad”, apunta Javier Aranceta-Bartrina, director para Latinoamérica de la CIEAH y presidente del Comité Organizador del Congreso.

Los expertos reunidos en este congreso resaltan la necesidad de continuar sensibilizando a la opinión pública ante los resultados de diferentes investigaciones que han puesto de manifiesto que no se cumplen las recomendaciones de los organismos europeos respecto a la ingesta de agua. En concreto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés) establece el consumo de 2,5 litros de agua al día para la población masculina adulta y de 2 litros diarios de agua para la población femenina adulta. En jóvenes de 9 a 13 años, el consumo recomendado es de 2,1 litros/día para los niños y 1,9 litros/día para las niñas. Según la EFSA, entre el 70% y el 80% de la hidratación diaria debe provenir de diferentes tipos de bebidas, preferiblemente el agua, mientras que entre el 20% y el 30% restante es aportado a través de la ingesta de alimentos sólidos.

La conferencia de clausura ‘Hidratación y equilibrio nutricional’ será impartida por Adam Drewnowski, catedrático de Epidemiología, director del Centro de Nutrición y Salud Pública de la Facultad de Salud Pública, y director del Centro de Investigación de la Obesidad de la Universidad de Washington (EEUU).

Embarazo y lactancia

Dos de los periodos donde el balance hídrico es muy importante son el embarazo y la lactancia. En estas etapas, las mujeres tienen necesidades de hidratación diferentes, ya que un suministro adecuado de agua es fundamental para satisfacer las necesidades de líquido del cuerpo de la madre y del bebé.

“Se necesita agua para formar el líquido amniótico que rodea al bebé, apoyar el aumento en el volumen de plasma sanguíneo y producir leche materna. Además, en las primeras etapas del embarazo, los vómitos pueden provocar pérdidas de líquidos”, apunta Adriana Ortiz-Andrellucchi, profesora asociada de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria e investigadora de la Cátedra Internacional de Estudios Avanzados en Hidratación (CIEAH).

La EFSA aconseja que, debido al aumento de peso corporal y de ingesta energética durante el embarazo, se deberían añadir 300 ml a la ingesta diaria de 2 litros recomendados en mujeres.

Por otro lado, en el periodo de lactancia, la cantidad de leche ingerida por los bebés se sitúa entre los 600-900 ml/día. “La deshidratación leve no afecta a la producción de leche materna, pero cuando ésta es moderada o grave sí puede tener efectos negativos que pueden suponer cambios en la composición y una reducción en la cantidad de leche producida”, explica Ortiz-Andrellucchi. En este sentido, la EFSA indica que se debería añadir una cantidad adicional de entre 600 y 700 ml a la ingesta diaria de referencia para las mujeres.

Hidratación y salud renal

El 60% del organismo humano está compuesto de agua y son los riñones los que se encargan de mantener los volúmenes adecuados y la composición óptima de los líquidos corporales. “La deshidratación conlleva un riesgo muy frecuente en la función renal aunque en la mayoría de los casos suele ser potencialmente reversible”, subraya Tommaso Bochicchio, profesor de Nefrología de la Universidad La Salle en México.

Por ejemplo, concreta Bochicchio, “la tendencia a tener orinas concentradas por baja ingesta hídrica y balances de agua negativos sostenidos es uno de los principales factores de riesgo comunes a la litiasis renal, una patología relacionada con los hábitos de alimentación e hidratación”. Además, concluye Bochicchio, “un buen estado de hidratación puede reducir el riesgo de lesión renal por substancias nefrotóxicas como algunos medicamentos”.

Hidratación y ejercicio físico

La práctica de ejercicio físico provoca un aumento de la temperatura corporal lo que conlleva una mayor pérdida de agua a través de la sudoración que a su vez podría provocar una deshidratación. Toscana Viar, Vocal de Alimentación del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia y responsable del Servicio de Nutrición del Athletic Club y del Bilbao Basket, concreta que “a partir de un 2% de pérdida de masa corporal un deportista experimenta un descenso del rendimiento de forma importante. Si esto continúa, existirá un mayor riesgo de lesión e incluso se puede poner en riesgo la vida si la deshidratación es muy pronunciada”.

La pérdida de líquidos por sudoración durante la actividad física es de entre 1 y 2 litros por hora, pudiendo variar dependiendo del tipo de actividad, la intensidad, duración y condiciones climáticas. Por poner un ejemplo, “durante un partido de fútbol pueden perderse más de 3 litros de agua corporal a través del sudor, pudiendo variar en función de la intensidad, el tiempo jugado y las condiciones climáticas, así como las características físicas de cada deportista, por lo que es necesario que todas las personas que practican este deporte sigan un correcto protocolo de hidratación”, recomienda Viar.