La fundación IDIS organizó una nueva edición de “IDIálogoS”. Un espacio de debate que en esta ocasión puso el foco en los retos que afectan directamente a la investigación e innovación en el uso secundario de datos sanitarios bajo el titulo “Investigación y uso del dato sanitario”.

Además, en este encuentro se hizo una aproximación al trabajo que se realiza desde la parte legislativa para cumplir con las exigencias del Espacio Europeo de Datos Sanitarios, así como a la labor de la industria farmacéutica en la parte de investigación y a la implicación de los propios profesionales sanitarios y de los pacientes en la misma. Para ello, se contó con la presencia de Cristina Avendaño, vicepresidenta de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME); Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes; Federico de Montalvo, vicepresidente 2º de la Asociación Española de Derecho Sanitario (AEDS), y Jorge Pou, director de Innovación y Operaciones Comerciales de GSK España.

En este sentido, Juan Abarca, presidente de la Fundación IDIS, abrió el encuentro resaltando que “el Espacio de Datos Europeo lleva meses en negociación en la Unión Europea (UE) y ahora es el momento clave para definir hasta que punto va a ser, o no, accesible los datos anonimizados y los datos seudonimizados tanto para los profesionales y como para las instituciones sanitarias”.

Utilizar el dato sanitario en investigación

Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS, puso el foco en el ámbito de la investigación, concretamente en el denominado “dato sanitario de uso secundario”. “Es el dato que de una manera anonimizada puede construir una forma de salud y de sanidad que promueva el progreso, la investigación y la innovación”, precisó. No obstante, la discusión discurrió sobre una premisa básica: la desinformación de los ciudadanos al respecto.

“Tenemos un hándicap que es la falta de información por parte de los pacientes. Sabemos la importancia de la participación de los pacientes en todo el ámbito de los ensayos clínicos, pero todavía desconocemos la importancia que tiene esa gestión del análisis de todo lo que son los datos en salud”, explicó el presidente del Foro Español de Pacientes. “Por ello, creemos que es esencial crear esa pedagogía en todas las organizaciones de pacientes, sobre todo, para concienciar a la población de todas las posibilidades que tiene un buen manejo de datos”, añadió.

Por su parte, el vicepresidente 2º de AEDS, Federico de Montalvo, expuso que “el contexto actual es muy importante porque este reglamento, que es una regulación única para toda Europa, se refiere tanto al uso primario, es decir, que determinados agentes de salud pueden acceder a los datos con los fines para los que se han aportado; pero, además, pretende regular también el uso secundario, que es aprovechar estos datos sanitarios para fines distintos como son la investigación y la innovación”. Asimismo, subrayó que además de este debate sobre la regulación del uso del dato, también se está discutiendo sobre las garantías para que haya un uso adecuado de estos datos.

Por otro lado, Jorge Pou, director de Innovación y Operaciones Comerciales de GSK España, señaló que desde la industria farmacéutica esto se percibe como una oportunidad muy relevante. “En el uso secundario podemos hablar de investigación y en cómo reducir la incertidumbre, en poder investigar nuevas moléculas, en traer investigación e innovación en cuanto a tratamientos. Y también en la propia innovación en salud, en el circuito asistencial y en procesos”, indicó.

En la misma línea, Cristina Avendaño, vicepresidenta de FACME, apuntó que “desde las sociedades médicas esto se percibe como una enorme oportunidad para avanzar en el conocimiento médico”. “Me gustaría pensar que todos somos conscientes de que nos estamos beneficiando de los avances que hemos logrado gracias a los datos que han compartido los pacientes. Tenemos una gran confianza en que la utilización correcta de los datos va a permitir avanzar en el pronóstico, el diagnóstico, el tratamiento, la medicina de precisión y en obtener mejores resultados”, señaló.

Garantías incuestionables

El dato de salud es un concepto “controvertido”, según Federico de Montalvo, ya que esto no solo viene determinado por las enfermedades que se padecen o los tratamientos que se reciben, sino que también impacto el estilo de vida de las personas. “Hay un debate sobre sí se debería tratar el dato de salud y el dato genético de manera diferenciada, pero esto es una contradicción”, apuntó el experto.

En este sentido, el tratamiento correcto de los datos debe ir de la mano de unas garantías mínimas e intocables. “Este nuevo reglamento, que se está debatiendo, es como un desarrollo de la normativa de protección de datos en el ámbito concreto de los datos de salud. Y también conecta con un futuro reglamento que es el de la inteligencia artificial (IA), porque los datos, hay que recordar, son la gasolina de la IA”, añadió de Montalvo.

“Los pacientes están preocupados en la consulta por su enfermedad, su tratamiento, etc. Ese consentimiento pasa a ser secundario en ese momento. Nosotros vemos una mejor protección de los derechos de los pacientes a través de ese sistema de garantías en el uso correcto de los datos”, apuntó la vicepresidenta de FACME por su parte, que también indicó que “No debemos esquivar la responsabilidad de todos en el manejo correcto de los datos y promover que los pacientes quieran participar. Establecer restricciones para algunos datos de salud como pueden ser los genéticos es una perdida importantísima de oportunidades de investigación. Tenemos que compartir conocimiento y ciencia para seguir avanzando”.

Tecnología al servicio del conocimiento

En esta línea, Jorge Pou, subrayó la importancia del dato para usar las nuevas tecnologías. “En la actualidad tenemos datos sintéticos, gemelos digitales, etc., y todo esto se genera a través de modelos de datos”, añadió. A lo que Federico de Montalvo respondió que “tenemos que preguntarnos que medicina va a quedar. Si lo que se viene es una medicina deshumanizada en la que las máquinas y los algoritmos tengan el mayor peso, deberíamos replantearnos algunas cosas. Hay que hacer una reflexión sobre dónde están los limites de uso“.

“Hay muchas opciones que nos permitirían reforzar a los clínicos en el día a día, pero no imagino una medicina basada en máquinas en el futuro”, señaló Pou. A lo que Cristina Avendaño, destacó que “hay que poner la tecnología al servicio del conocimiento y recuperar tiempo médico para dedicarlo al paciente”.


También te puede interesar…