El Consejo General de Enfermería de España (CGE) se ha mostrado favorable a introducir el uso obligatorio de las mascarillas “de manera transitoria” en los espacios sanitarios y sociosanitarios debido al aumento extraordinario de casos de virus respiratorios como la gripe y la COVID-19.

El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas no han llegado a un acuerdo en la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) convocado este lunes para tratar, entre otros asuntos, la implantación obligatoria del uso de mascarilla en los centros sanitarios, sociosanitarios y farmacias a nivel nacional. A pesar de la falta de consenso, el CGE se ha posicionado a favor del uso de la mascarilla como medida preventiva temporal en centros sanitarios y en espacios con aglomeraciones.

En un comunicado, el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, ha hecho un llamamiento a las distintas autoridades sanitarias autonómicas “para dejar de lado las diferencias políticas y aprobar esta medida sanitaria, eficaz y de fácil aplicación, que redunda en beneficio de la sociedad y del sistema sanitario español”. Por el momento, el Ministerio de Sanidad ha dado 48 horas a las comunidades autónomas para que presenten sus alegaciones y contrapropuestas sobre el uso universal de las mascarillas.

Para el CGE, la experiencia vivida con la pandemia ha demostrado que el uso responsable de mascarillas “disminuye notablemente los contagios y ayuda a salvar vidas“. En este sentido, Pérez Raya ha apelado a la responsabilidad individual y ha instado a cuidar entre todos de las personas más vulnerables como ancianos, pacientes oncológicos, mujeres embarazadas y niños. “Debemos poner todos de nuestra parte y normalizar el uso de la mascarilla en momentos puntuales de alto riesgo de contagio como el actual”, ha señalado.

Campaña de vacunación

Además, en ante el pico de enfermedades respiratorias previsto para los próximos días tras las fiestas navideñas, el organismo que regula la profesión enfermera ha destacado que es “incluso más importante” potenciar la vacunación y continuar inmunizando a la población. La campaña de vacunación conjunta contra la gripe y la COVID-19 se ha desarrollado con niveles de cobertura inferiores a los objetivos fijados por las autoridades sanitarias, que establecieron unos objetivos de vacunación iguales o superiores al 75 por ciento en mayores y en el personal sanitario y sociosanitario, así como superar el 60 por ciento en embarazadas y en personas con condiciones de riesgo.

Sin embargo, en la mayoría de comunidades, las tasas de vacunación de la población diana están por debajo de ese nivel óptimo, acercándose a los niveles prepandémicos. Esto se debe “a la fatiga pandémica que nos ha dejado el COVID-19“, tal y como ha subrayado Guadalupe Fontán, coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera, el organismo de investigación del CGE, quien ha apuntado a que esto último “ha penalizado a la campaña de vacunación de la gripe de este año”.

“De hecho, los datos de 2022 ya indicaban un menor número de personas vacunadas frente a gripe que en 2021 y a falta de datos definitivos, nos tememos que los datos del 2023 serán peor aún. Este año, que se ha comenzado a inmunizar frente al Virus Respiratorio Sincitial (VRS), han disminuido los ingresos de niños en los hospitales, lo mismo ocurrirá si aumentamos el número de personas vacunadas frente a gripe, las vacunas funcionan y ayudan a controlar estas infecciones respiratorias“, ha explicado Fontán. Asimismo, insiste en que todavía se puede vacunar a la población y mejorar las tasas.


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