En los últimos años, tras la pandemia de COVID-19 y la reciente epidemia estacional de infecciones respiratorias agudas, la importancia de la vacunación se ha hecho más evidente, especialmente entre aquellos grupos considerados vulnerables, como es el caso de las personas con enfermedades respiratorias como asma o EPOC. El paciente respiratorio tiene una predisposición mayor a sufrir complicaciones y, en este contexto, la inmunización se presenta como un activo capaz de cambiar el escenario epidemiológico, evitar hospitalizaciones y complicaciones asociadas y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de estas personas.

Son algunas de las conclusiones extraídas de una de las mesas de la 32ª Reunión de Invierno de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que reunió en Burgos, los días 9 y el 10 de febrero, a profesionales de todo el país con el objetivo de fomentar el intercambio de información y experiencias entre los miembros de SEPAR. En concreto, la charla ‘Inmunización en el paciente respiratorio’ resaltó la importancia de la vacunación en estas personas o la necesidad de desarrollar nuevas vacunas para caminar hacia un futuro “donde podamos prevenir más enfermedades”, tal y como subrayó el nuevo presidente de la sociedad, David de la Rosa Carrillo.

La inmunización, sin embargo, no está exenta de importantes retos, como las reticencias de algunos grupos a las vacunas. “En estos momentos, presenciamos cierto grado de falta de adherencia a las vacunas entre la población adulta”, según expuso José María Eiros-Bouza, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid; que estuvo acompañado de Rosario Menéndez Villanueva, jefa del Servicio de Neumología del Hospital Universitario y Politécnico La Fe; y Felipe Villar Álvarez, jefe asociado del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

“En estos momentos, presenciamos cierto grado de falta de adherencia a las vacunas entre la población adulta”

José María Eiros-Bouza

En su intervención, Eiros-Bouza destacó la importancia de centros como el de Valladolid, uno de los laboratorios reconocidos por la Organización Mundial de la Salud para realizar vigilancia de gripe y otros virus respiratorios; dedicado, entre otras tareas, a la caracterización, al estudio de la inmunogenicidad y a notificar epidemiológicamente a las autoridades sanitarias. “Nuestra labor, además de monitorizar la respuesta inmunitaria, es estudiar la secuencia genética de los virus, como el de la gripe, necesaria para que la OMS emita sus recomendaciones de composición de las vacunas para la temporada correspondiente”.

Por otra parte, el microbiólogo resaltó que de cada cinco pacientes a los que se les diagnostica gripe, uno tiene una coinfección, siendo el virus respiratorio sincitial (VRS) “un gran candidato a coinfectar”. Así, llamó a estar preparados porque, “en caso de que haya una gripe ‘catastrófica’, la única herramienta que podría ayudarnos a paliar esta crisis es la vacunación”. En este sentido, incidió en que la vacunación antigripal entre los sanitarios está decayendo y defendió que estos profesionales “tienen que dar ejemplo” a la población y concienciar sobre la importancia de la inmunización. De hecho, destacó que uno de los estudios impulsados por el Centro Nacional de Gripe de Valladolid demostró que la vacuna funcionaba mejor en aquellos que habían recibido una vacunación previa.

EPOC y asma

Sobre la gripe, Felipe Villar Álvarez recordó que hay estudios suficientes que avalan que la vacuna antigripal disminuye las exacerbaciones de EPOC por esta causa, así como para reducir los ataques de asma. En su intervención, titulada ‘Vacunación en los pacientes respiratorios crónicos’, el neumólogo expuso qué vacunas son recomendables y para qué pacientes. En este sentido, explicó que tanto la EPOC como el asma son factores de riesgo a la hora de adquirir una infección por influenza. “Estas infecciones, sobre todo en población joven, provocan síntomas a nivel de la vía aérea superior. Pero la población más susceptible, incluida aquella con una patología respiratoria crónica, puede tener complicaciones como broncospasmos o neumonías, que no solamente pueden acabar en una hospitalización, sino incluso en una unidad de cuidados respiratorios intermedios (UCRI) o en una UCI”, explicó a Gaceta Médica.

Así, Villar Álvarez incidió que, además de la vacunación antigripal, es recomendable que los pacientes con EPOC y asma se inmunicen también contra el neumococo, el herpes zóster (HZ) y la tosferina (dTpa), esta última, cada diez años a adultos, presenten o no patología respiratoria de base. En cuanto al neumococo, el especialista subrayó que, tanto en los pacientes que tenían previamente la vacuna PCV13 como los que tienen la polisacárida, es recomendable administrar la PCV20, ya que aumenta en ambos casos la eficacia respecto a no ponerla. En cualquier caso, recordó que “ni la vacuna ni la inmunidad natural proporciona una protección total”, pero contribuye a reducir la incidencia de la infección, así como las complicaciones asociadas.

Felipe Villar Álvarez, durante su intervención.

El neumólogo señaló que los pacientes con EPOC y asma también corren más riesgo tanto de contraer HZ como de desarrollar complicaciones tras la infección, sobre todo, neuralgia post herpética (NPH), que resulta muy incapacitante para el paciente. Aunque el HZ pudiera parecer alejado del espectro de las patologías respiratorias, Villar Álvarez aclaró que “tiene una cabida importante en el paciente respiratorio crónico, ya sea en EPOC, asma o paciente inmunodeprimidos”, de modo que la inmunización contra este virus con la vacuna recombinante es aconsejable para estas personas.

La vacuna contra el herpes zóster, así como una de las nuevas vacunas aprobadas frente al VRS para adultos, “comparten en su composición un sistema adyuvante que mejora sustancialmente la respuesta a la vacuna en los pacientes inmunodeprimidos y de edad avanzada”. Según explicó Villar Álvarez, “la presencia de este adyuvante logra una respuesta más elevada y prolongada en estos pacientes”. Precisamente, destacó que estas dos características, la eficacia y la durabilidad, son “esenciales” en toda vacuna, además de que “se alcancen unas tasas de vacunación suficientemente altas; es decir, que tanto desde Ministerio como desde las distintas consejerías de Sanidad se facilite el acceso a las vacunas a la mayor población posible”.

Escenario de mayor patología

Por su parte, Rosario Menéndez Villanueva explicó que el virus del HZ queda latente en nuestros ganglios nerviosos sensoriales y precisó que su momento de máximo expresión es a partir de los 60 años. Respecto a la vacuna disponible, la jefa del Servicio de Neumología del Hospital La Fe destacó que los niveles de eficacia son “francamente excelentes”; por encima del 90 por ciento frente a complicaciones asociadas. Así, defendió que “hay que actuar” ante el escenario que se presenta, “de mayor incidencia debido al envejecimiento de la población”. En esa línea, afirmó que los picos de virus respiratorio sincitial de las últimas temporadas han provocado daños, “y no solamente a los niños”. En este contexto, la vacunación puede ayudar a proteger frente a casos graves de VRS a las personas mayores de 60 años, como así lo demuestran las últimas vacunas aprobadas frente a esta enfermedad.

“En niños, lo tenemos todo bien estructurado: qué vacunas poner y cuándo. Esto hay que establecerlo también en adultos”

Felipe Villar Álvarez

En definitiva, “cada vez tenemos más herramientas, desde el punto de vista de la prevención, para poder combatir estas enfermedades infecciosas”, tal y como subrayó Villar Álvarez a Gaceta Médica. Por eso, el neumólogo defendió la necesidad de establecer un calendario de vacunación específico para el adulto. “En niños, lo tenemos todo bien estructurado: qué vacunas poner y cuándo. Esto hay que establecerlo también en adultos, sobre todo en el adulto con patología respiratoria crónica. Esto supone también que tenemos que facilitar la vacunación, no solamente en los centros de salud, sino en hospitales. Debemos tener una buena estructura sanitaria para poder proporcionar la vacunación a todos nuestros pacientes, así como a la población en general”, zanjó el experto.


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