José Luis Cobos.

Los Estatutos Generales de la Organización Colegial de Enfermería establecen que el Consejo General de Enfermería tiene como una de sus funciones esenciales representar a la enfermería española en el plano internacional. Apostamos desde hace años por una constante presencia y visibilidad en los foros más importantes en el ámbito profesional y científico, algo que, en cierto modo, se traduce en la consideración de la enfermería española como un verdadero referente.

Tanto desde el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), institución en la que ingresamos en 1965 y en la que hemos tenido la oportunidad de organizar dos de sus Congresos Internacionales (Madrid, 1993 y Barcelona, 2017) como en Europa, a través de la Federación Europea de Enfermeras (EFN, en sus siglas en inglés), se analizan y proponen cambios políticos y sanitarios trascendentales. De hecho, en poco más de un mes Madrid acogerá la 117ª Asamblea General de EFN, en la que recibiremos a más de 90 representantes de Enfermería de diferentes países europeos.

Muchos son los retos que nos planteamos a nivel internacional y fruto de ello llevamos realizando un trabajo muy intenso y en estrecha colaboración con la OMS. Así, en sus últimas dos Asambleas mundiales desde España venimos insistiendo en el desarrollo de unas orientaciones estratégicas que fueron aprobadas por todos los gobiernos para un mayor desarrollo de la Enfermería a nivel mundial y que configuran nuestra hoja de ruta tanto a nivel nacional como internacional.

Ejes fundamentales

Cuatro son los ejes fundamentales: educación, empleo, liderazgo y prestación de servicios. Estas líneas estratégicas pretenden entre otros objetivos: 1) formar a suficientes profesionales de enfermería con competencias para satisfacer las necesidades sanitarias de la población; 2) crear puestos de trabajo, gestionar la migración y contratar y retener a este personal allí donde más se necesita; 3) reforzar el liderazgo de la enfermería en los sistemas sanitarios y académicos; y 4) garantizar que este personal esté apoyado, respetado, protegido, motivado y equipado para contribuir de forma segura y óptima en sus entornos de prestación de servicios.

Tras la pandemia del COVID-19 se ha puesto de manifiesto en todos los países el papel fundamental que desempeñan las enfermeras y enfermeros en los sistemas sanitarios, del mismo modo que nos ha dado la oportunidad de conocer las grandes debilidades que tenemos para garantizar una adecuada asistencia sanitaria.

Es evidente y palpable el cambio sociodemográfico que estamos sufriendo a nivel mundial, lo que nos lleva a poner sobre la mesa la necesidad de cambiar el enfoque que actualmente se tiene en las políticas sanitarias. En los próximos años serán muchos más necesarios los cuidados a las personas con enfermedades crónicas, la pluripatología, polimedicación… y todo ello pasa por aumentar la prestación de servicios por parte de los enfermeros que somos los verdaderos profesionales del cuidado.

Nuestros políticos deben entender que, como profesionales, debemos aumentar nuestra presencia en los órganos directivos y decisorios de las políticas sanitarias y aprovechar el gran potencial que tienen nuestros profesionales.

En concreto, en nuestro país se necesita realizar un exhaustivo estudio de necesidades de profesionales para analizar desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo el número de enfermeras y enfermeros que necesitamos para las próximas décadas para prestar una asistencia sanitaria segura y de calidad, aprovechando al máximo las competencias profesionales que se adquieren en los cuatro años de formación básica en la universidad, los dos más en la especialización y la posibilidad del desarrollo de nuevas áreas competenciales a través de los Diplomas de Acreditación y Acreditación avanzada. Como refería al inicio, la Enfermería española goza de un excelente posicionamiento a nivel internacional, pero parece que son más consciente de ello fuera de España.

Nuestra hoja de ruta está clara, pero es el momento de que los compromisos a nivel internacional seamos capaces de hacerlos una realidad también en nuestro Sistema Sanitario.