Es la tercera vez que el Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón recibe el máximo reconocimiento en estos premios. Nada tiene que ver la realidad de aquellas ediciones, en 2014 y 2017, con la de ahora, marcada todavía por la crisis de la COVID-19.

Su director, Celso Arango, asegura que empiezan a verse las consecuencias en la salud mental sobre las que advirtieron los expertos desde un primer momento, en especial en la población vulnerable. “Hemos observado una mayor incidencia de trastornos mentales y necesidades de hospitalización en adolescentes así como en profesionales sanitarios”, asegura.

La capacidad de reacción a ese nuevo escenario es un motivo de orgullo para sus profesionales: “Respondimos de manera rápida y con la máxima flexibilidad en la primera hora y estamos orgullosos que la Organización Mundial de a Salud ha citado como buena práctica las adaptaciones que hicimos en ese primer momento”, indica Arango. Añade también que desde el principio tuvieron claro que era necesario medir el impacto de los cambios establecidos para informar la decisiones ulteriores sobre su mantenimiento, modificación o reversión.

A partir de ahí, el instituto ha reforzado la atención en interconsulta hospitalaria, a personas con covid ingresadas en UCI, a personal sanitario y a familiares de fallecidos por COVID, detalla. También han iniciado la hospitalización domiciliaria e impulsado la atención telemática y reforzado las urgencias con personal de enfermería especialista en salud mental. 

Y lo que es más: a pesar de la pandemia han puesto en marcha una unidad de hospitalización abierta en la que los pacientes con trastornos mentales tienen el mismo trato que cualquier otro paciente del hospital, resume el portavoz.

Unidad de hospitalización de adolescentes

Celso Arango.

En este último año, también se ha puesto en valor la necesidad de la unidad de hospitalización de adolescentes que constituye una de sus señas de identidad. “Se ha demostrado tanto que hemos tenido que reconvertir en ocasiones una de las unidades de hospitalización de adultos en adolescentes. Estamos, además, orgullosos que el trabajo pionero que comenzamos hace más de 20 años ha servido de modelo a otras unidades que han abierto estos últimos años”, sentencia Arango.

Todas estas actuaciones se sustentan en una filosofía propia sobre la importancia de no bajar la guardia en calidad. Es precisamente esta, asegura el especialista, “la que hace que se afronten las crisis con mayor garantía”.

“Cuando las cosas van bien hay menos diferencia entre servicios con cultura en calidad y otros que no. Es en situación de crisis donde aflora aún más la importancia del trabajo organizado, planificado, en gestión por procesos, con medición de indicadores y capacidad de resolución basada en los datos adquiridos y medidos”, subraya.

Desde irrupción en escena de este hospital en el palmarés de los BiC la salud mental se ha transformado. Explica así su visión el especialista, que también preside la Sociedad Española de Psiquiatría: “La atención y tratamientos en psiquiatría avanzan a la misma velocidad que el resto de la medicina. Estudios recientes demuestran cómo el tamaño del efecto de nuestros fármacos son iguales que la media de los utilizados en el resto de la medicina”.

Con respecto a esta evolución, añade que “llegan también nuevos tratamientos no farmacológicos tanto biológicos como no biológicos y la humanización en la atención”. Es por ello que aseguran sentirse “orgullosos de haber crecido de la mano de la detección de tendencias internacionales que cuando han llegado a nuestro país habían sido pilotadas desde nuestro Instituto”.

Invertir en salud mental

Pese a los avances, muchos retos se mantienen todavía. Entre los principales, según su visión, el de convencer sobre la necesidad de invertir en salud mental. “La reciente mayor visibilidad de patologías psiquiátricas debe venir acompañado no de más palabras y leyes sino de presupuestos para contratación de personal, reducción de listas de espera, recursos intermedios que nos equiparen al menos a la media de los países de la Unión Europea”, destaca.

Mientras eso llega, el instituto no baja la guardia en sus proyectos de calidad. El año que viene, cuenta Arango, tienen a la vista la recertificación EFQM 500+. Están inmersos, además, con el resto del hospital en la certificación de la Joint Commission. Sin olvidar que cuentan con una jefatura de sección en calidad que lidera la Dra. Carmen Moreno.

“El Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón se ha convertido en una estupenda herramienta para dinamizar la gestión sanitaria que está logrando hitos muy importantes y exportables a nivel internacional”, admite.

Asimismo, hay dos proyectos especialmente ilusionantes a la vista. Uno de ellos, explica, es un centro para la detección, prevención, investigación y tratamiento de adicciones sin sustancia. El otro es un programa de prevención de psicosis en sujetos de alto riesgo en colaboración con primaria y educación.

Desde Janssen España, la compañía que patrocina este premio, Ramón Frexes, su Director de Relaciones Institucionales y Acción Social remarca que comparten “el espíritu que representan los Premios Best in Class, unos galardones que llevan nada menos que 16 ediciones reconociendo la excelencia y la calidad de la atención al paciente dentro de nuestro sistema sanitario”. Para Arango, “premios como este reconocen el trabajo de profesionales sanitarios con enorme vocación que trabajan en el sistema público español”.

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