Los programas de cribado de cáncer colorrectal (CCR) son iniciativas de salud pública cuyo objetivo es detectar precozmente esta enfermedad en personas con riesgo medio de padecerla. La detección temprana permite un diagnóstico y tratamiento más efectivos, lo que aumenta las posibilidades de supervivencia.

Esto es especialmente relevante en el caso del cáncer de colon, ya que se estima que, si se detecta en estadios iniciales, este tumor se cura en el 90 por ciento de los casos, según la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD). Si a esto le sumamos que en España a lo largo de 2024 se calcula que se detectarán 44.294 nuevos casos de cáncer colorrectal, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), es más que evidente la importancia de la detección precoz y los cribados.

Pilar García Alonso
Pilar García Alfonso, jefa de Sección del Servicio de Oncología del Hospital General Universitario Gregorio y miembro de la Comisión Permanente de la Fundación ECO.

Los programas de cribado de cáncer colorrectal en España actualmente se dirigen a personas de entre 50 y 69 años sin antecedentes familiares ni otros factores de riesgo. De acuerdo con Pilar García Alfonso, jefa de Sección del Servicio de Oncología del Hospital General Universitario Gregorio y miembro de la Comisión Permanente de la Fundación ECO, “costó mucho trabajo que el cribado de cáncer de colon en España se generalizase. De hecho, tuvimos que crear una alianza entre sociedad médicas y asociaciones de paciente para poder impulsarlo, la Alianza para la prevención del cáncer colorrectal. Con ella promovimos que se implantara a nivel nacional”.

Ampliando el cribado hasta los 74 años

Durante la jornada “10 años del programa de cribado de cáncer colorrectal” el director general de Salud Pública y Equidad en Salud, Pedro Gullón, anunció que “se ampliará el cribado colorrectal hasta los 74 años de edad siguiendo las recomendaciones europeas y el informe de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud (RedETS)”.

En esta misma línea, Ramón Reyes, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer y de la European Cancer League, indica que “se sabe que casi el 57 por ciento de los diagnósticos de cáncer de colon se realizan a partir de los 70 años y un 4 por ciento por debajo de los 50. Con esta situación, se hace imprescindible la ampliación de la edad de cobertura siguiendo la recomendación europea”.

Además, los profesionales también recomiendan que se adelante la edad de cribado. “Desde las sociedades estamos recomendando adelantar el cribado a los 45 años porque se está observando, además de ese pico en población anciana, un incremento de este tumor en pacientes muy jóvenes. De hecho, en Estados Unidos ya han aumentado la edad para empezar a hacer el screening a los 45”, añade García Alfonso.

Ramón Reyes, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer y de la European Cancer League.

No obstante, aunque esta medida es positiva, la realidad es que existen diversos obstáculos y desafíos que hay que abordar para poder llevarla a cabo correctamente. Retos como la desigualdad en la cobertura, la baja participación de la población y los falsos positivos en los test de sangre oculta en heces (TSOH).

“Esta ampliación necesitaría ampliar los circuitos logísticos que faciliten a las personas recibir el kit para el TSOH y entregar las muestras, pero también dotar de recursos tanto materiales como de personal sanitario, como los colonoscopistas, para que se puedan absorber los positivos de las pruebas de cribado con rapidez”, puntualiza Ramón Reyes.

Desigualdad y poca adherencia

Las desigualdades en la cobertura y participación en los programas de cribado de cáncer de colon son un problema en España. Estas desigualdades se observan entre diferentes comunidades autónomas (CC.AA.), así como entre la población de una misma región. Aunque se han realizado esfuerzos, la cobertura actual sigue sin llegar al 100 por cien, quedando estancada en un 84 por ciento. Esto significa que no se ha logrado cumplir con los acuerdos establecidos en 2014, los cuales proyectaban alcanzar este objetivo en un plazo de 10 años.

El presidente de la AECC insiste en que “ante esta situación es necesaria determinación política tanto de los responsables sanitarios como de las CC.AA. para dotar de recursos materiales y sanitarios para garantizar que toda la población en edad de riesgo tenga las mismas oportunidades de detectarse de manera temprana el cáncer de colon”.

En esta línea, los profesionales instan a estandarizar los programas de cribado en todas las regiones. “Es necesario disponer de datos coordinados por un único organismo, homogeneizados y transparentes sobre cobertura y participación que sirvan de base para conocer cómo están funcionando los programas de cribado en todo el territorio. Y luego las CC.AA. deben trabajar para garantizar que toda su población en edad de riesgo pueda acceder a estos programas lo que significa, como ya he dicho, recursos materiales y sanitarios”, asegura Reyes.

Ramón Reyes, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer y de la European Cancer League.

Por otra parte, en 2020 se registró una tasa de participación de los pacientes de sólo el 46,1 por ciento. Por ello, los expertos aseguran que se deben efectuar estrategias específicas para aumentar la participación en el cribado entre grupos de menor nivel educativo, ingresos más bajos y residencia en zonas rurales. Estas estrategias pueden incluir campañas de sensibilización, la eliminación de barreras de acceso y la provisión de apoyo individualizado.

Ramón Reyes subraya que la concienciación y la educación juegan un papel fundamental a la hora de que la población participe en los cribados. “Debemos hacer campañas de comunicación y sensibilización para explicar en qué consiste la prueba y los beneficios de acudir a los programas de cribado porque salvan vidas. Creemos importante que la colaboración público-privada sirva para alcanzar objetivos como este, pero también para lograr que en el 2030 alcancemos el 70 por ciento de supervivencia”. Además, la oncóloga del Gregorio Marañón puntualiza que “se trata de una tumor muy adecuado para el cribado porque más del 90 por ciento de los casos de cáncer de colon se implanta sobre un pólipo de crecimiento lento. Estos tumores en fases tempranas se curan prácticamente al 100 por cien con cirugía”.

Impacto en el sistema

Otro de los desafíos que es necesario abordar ante la ampliación de los programas de cribado de cáncer colorrectal es el incremento de la presión que supondrá sobre los recursos disponibles del Sistema Nacional de Salud (SNS), incluyendo personal sanitario, infraestructuras y equipamiento.

“Es cierto que el sistema sanitario está muy tensionado en todos los sentidos, pero fuimos capaces de poner en marcha los programas de prevención. Ahora mismo ‘Prevecolon’ se está desarrollando en la Comunidad de Madrid y desde luego en mi hospital, con una actividad altísima, se está realizando el cribado a estos pacientes”, explica la especialista del Gregorio Marañón. “Es evidente que las campañas deben contar con los recursos necesarios, pero cuando hemos querido poner en marcha un cribado complejo con colonoscopia se ha conseguido y se ha hecho bastante bien”, apunta.

No obstante, si no se equiparan los recursos al incremento de la demanda estos programas de cribado pueden verse afectados por un incremento en los tiempos de espera para la realización de pruebas y el seguimiento de resultados positivos. La viabilidad de aumentar la demanda en un sistema ya saturado genera debates debido a su posible impacto, y plantea la necesidad de mejorar la eficacia de los programas de prevención y detección de cáncer mediante la optimización de su funcionamiento.

El problema de los falsos positivos

Es crucial desarrollar estrategias que incrementen la precisión de los métodos de detección para continuar mejorando los programas de cribado. Si bien los test de sangre oculta en heces son ampliamente utilizados, la sangre no es un marcador específico de cáncer colorrectal, lo que implica una alta tasa de falsos positivos y un elevado número de colonoscopias innecesarias. Además, pueden generar preocupación y molestias innecesarias para los pacientes.

De acuerdo con los últimos datos oficiales de la Red de Programas de Cribado, solo se encuentran hallazgos significativos en un 38 por ciento de los casos. La implementación de soluciones para reducir este porcentaje podría mejorar la rentabilidad de los programas y abrir una oportunidad para alcanzar los objetivos establecidos, ya que esta expansión del programa de cribado supondría una demanda de recursos endoscópicos estimada en 182.123, con un coste aproximado de 83 millones de euros.

El desarrollo de pruebas de detección innovadoras no solo reduciría las colonoscopias innecesarias, sino que también optimizaría los costos para el sistema de salud público. Esta eficiencia podría permitir la reducción de la edad de inicio del cribado poblacional, ampliando así la prevención a más personas y fortaleciendo la lucha contra el cáncer de colon con mayores recursos.

Un ejemplo de estos avances es el desarrollo de sistemas no invasivos que determinan una firma bacteriana concreta en los pacientes que presentan la enfermedad. Este abordaje aporta especificidad en la detección precoz de este cáncer permitiendo incrementar la capacidad de los programas de cribado para conseguir los objetivos de cobertura, participación y ampliación de los rangos de edad. 

Por lo tanto, si bien la ampliación de la cobertura de los programas de cribado es una medida positiva para la prevención y erradicación del cáncer, es necesario abordar los desafíos actuales y buscar soluciones que garanticen la eficacia y la sostenibilidad a largo plazo.


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