Cataluña vuelve a elegir presidente y su modelo de gobierno para los próximos años. A tan solo cuatro días de las elecciones autonómicas, convocada para el domingo 12 de mayo, los partidos pisan el acelerador para hacer llegar sus propuestas a la ciudadanía. Todas las encuestas colocan a la formación de Carles Puigdemont, que rebautiza su candidatura con el nombre Junts+ Puigdemont per Catalunya, como segunda fuerza en los comicios del 12-M, tras el PSC y ligeramente por encima de ERC. La candidatura de Junts lograría entre el 15,4 y el 18,1 por ciento de los votos, según el CIS, y podría tener la llave del Ejecutivo catalán. De decantarse la balanza a su favor, el incremento de la financiación, el refuerzo de la Atención Primaria y la mejora de las condicionales laborales o una nueva regulación de listas de espera marcarán el ritmo en materia sanitaria.

Al margen de las cuestiones existenciales que enarbola la formación independentista, como “culminar con éxito el proceso de independencia”, según menciona en los primeros párrafos de su programa electoral, y con la inminente aprobación de la Ley de Amnistía en el centro del debate público, la candidatura de Puigdemont considera una prioridad “irrenunciable” fortalecer, reformar y mejorar el sistema de salud. “El fortalecimiento y reforma de nuestro sistema de salud es un compromiso irrenunciable e inaplazable y será una de nuestras prioridades”, aseguran. Para Junts, el sistema de salud debe basarse en los principios de financiación suficiente, salud pública sólida, modernización de la gestión de los centros, modelo asistencial integrado, liderazgo profesional, participación ciudadana, investigación e innovación competitiva y transformación digital.

Una financiación suficiente

El líder independentista cree necesario abordar “de forma urgente” el “grave problema de infrafinanciación crónica” que padece el sistema sanitario catalán. “Tenemos un sistema sanitario de calidad, pero amenazado si no encuentra la forma de aligerar el déficit de financiación crónico”, reza el programa electoral de Junts, que sitúa el presupuesto en salud como uno de los objetivos estratégicos de la próxima legislatura. A este respecto, el aumento del gasto de las políticas sanitarias al 8 por ciento del PIB, en sintonía con los “estándares europeos”, es la promesa que encabeza la candidatura de Puigdemont. Con ese presupuesto, desde Junts prometen destinar el 25 por ciento a la Atención Primaria (AP), como recomienda la OMS, “con escenarios económicos plurianuales que permitan orientar entornos de mejora de las condiciones laborales y de las transformaciones y reordenaciones necesarias”.

Respecto a Primaria, la formación independentista promete fomentar la estabilidad de las plantillas e incentivar la dotación en zonas de difícil cobertura. Junts quiere desarrollar un modelo de atención “más proactivo”, reforzar la atención domiciliaria para favorecer la autonomía de las personas y garantizar la atención pediátrica en todos los centros de AP; así como mejorar la coordinación entre Primaria y la atención hospitalaria. Además, la candidatura de Puigdemont pretende hacer realidad el Pacto Nacional por la Salud para que, según expone el programa, “defina el modelo sanitario catalán y asegure su financiación, con la participación de partidos políticos, instituciones sanitarias, administraciones, organizaciones sociales y profesionales, sociedad civil y ciudadanía”.

Profesionales y la cuestión lingüística

En relación con los profesionales sanitarios, para Junts es una “prioridad” la mejora de las condiciones laborales y retributivas de todo el personal del sector de la salud y el incremento de los profesionales de la sanidad. Para ello, “concretaremos -dicen- el escenario económico y presupuestario que permita armonizar las condiciones laborales entre centros propios y concertados”, con un plan conjunto para promover el profesionalismo y atraer y fidelizar el talento y el compromiso profesional. La mejora de las condiciones laborales se articulará a través del aumento de la oferta pública de plazas para reducir la temporalidad; cambios de legislación para la mejora de la conciliación de la vida laboral y personal o la limitación de las horas extras que los facultativos deben realizar durante su formación especializada. También se prevé llevar a cabo un plan de choque para frenar el aumento de las agresiones a los profesionales sanitarios.

La cuestión lingüística también entra de lleno en las propuestas sanitarias de Puigdemont para los comicios del 12-M. Este discurso recurrente en los independentistas catalanes tiene su adaptación en sanidad: garantizar la “plena” atención en catalán. “Aseguraremos el cumplimiento de la normativa para garantizar la plena capacitación lingüística del personal sanitario”, recoge el programa. Para ello, Junts adaptará en el futuro las “disposiciones normativas necesarias” para que los profesionales sanitarios, en el plazo de un año de su incorporación, acrediten el nivel B2 de catalán y en el plazo de dos años acrediten el nivel C1. Asimismo, plantea establecer un protocolo para prevenir y tratar las discriminaciones por razón de lengua.

Listas de espera y salud mental

Otra de las preocupaciones de Junts es la evolución al alza de las listas de espera en la red sanitaria en los últimos años. Así, pretende reducirlas “con nuevos recursos” y diseñando una nueva regulación de listas de espera. “Elaboraremos circuitos de diagnóstico rápido de las patologías más prevalentes que necesiten la coordinación entre los distintos niveles asistenciales, similar a los circuitos de diagnóstico rápido oncológico”, recoge también el programa electoral. Además, Junts promete elaborar un mapa de las listas de espera actualizado para conocer mejor dónde están las principales carencias.

En cuanto a la salud mental, “una verdadera epidemia de nuestra sociedad”, según señalan, la formación espera “dar un salto cualitativo” en la atención de estas patologías. Para ello, Junts asegura que concluirá y ejecutará el Pacto Nacional por la Salud Mental, elaborado desde el consenso con el sector. “A su vez, nos comprometemos a acabar las tareas iniciadas en la legislatura anterior por la Comisión de Estudio sobre la Salud Mental y Adicciones”, reza la propuesta. La intención es incrementar los recursos destinados al cuidado de la salud mental un 10 por ciento en los presupuestos de Salud, “con especial énfasis en la salud mental infanto y juvenil”, concretan.

Del mismo modo, la candidatura de Puigdemont considera necesario definir, en el marco del Pacto por la Salud Mental, la actuación en detección y prevención, el tratamiento clínico, el tratamiento psicológico, el modelo específico de inserción laboral, la garantía de derechos, la atención a las familias, el abordaje educativo, los servicios residenciales, la desinstitucionalización o la lucha contra el estigma, entre otras cuestiones.


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