La investigación biomédica, una oportunidad para España

Por Juan Yermo. Director general de Farmaindustria

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Pocos sectores industriales pueden presumir de tener un propósito tan estimulante como el farmacéutico y biomédico: promover la investigación, la innovación y la producción de medicamentos para mejorar la vida de las personas. Por ese motivo, este debe ser un sector estratégico clave en las sociedades modernas. Y no sólo desde la perspectiva sanitaria, como hemos podido experimentar durante la pandemia, sino también desde la económica y la social, creando empleo de alta productividad, calidad e igualitario.

Y es que la investigación biomédica está ya constituyendo uno de los ejes fundamentales de las sociedades del futuro, junto a la digitalización y la transición ecológica. Países como EEUU, China, y algunos de nuestros socios europeos están apostando de una forma clara por el sector, promoviendo la autonomía estratégica de medicamentos esenciales, a la vez que catalizan la revolución biomédica que estamos ya viviendo.

España está ya entre los líderes mundiales en investigación clínica, la que se hace con pacientes y una posición de fortaleza tanto en investigación básica como producción de medicamentos. La estrecha, transparente y bien regulada cooperación entre el sistema sanitario y sus profesionales y la industria farmacéutica ha dado sus frutos a lo largo de varias décadas.

Esta posición puntera se debe a muchos motivos: al nivel científico de nuestros profesionales sanitarios y la excelencia de nuestros hospitales y centros, así como al compromiso con la investigación clínica de las administraciones públicas y de la industria farmacéutica, que confía en nuestro país, en sus profesionales y en sus instalaciones. Esta colaboración ha permitido simplificar trámites y reducir significativamente el tiempo necesario para poner en marcha un ensayo clínico en nuestro país.

El resultado de todo esto es claro: hemos conseguido ser un referente en Europa, donde tres de cada diez ensayos tienen participación de centros españoles, y para muchas compañías farmacéuticas internacionales España es el segundo país en número de ensayos, sólo por detrás de Estados Unidos. Las compañías farmacéuticas son líderes en inversión en I+D en España, con cerca de 1.400 millones al año, el 20% de todos los sectores industriales, de los que más de 800 se dedican a estos ensayos.

“Hemos conseguido ser un referente en Europa, donde tres de cada 10 ensayos tienen participación de centros españoles y para muchas compañías farmacéuticas internacionales España es el segundo país en número de ensayos”

Pero tenemos también nuevos retos en este campo. Uno de ellos, en el que vamos a poner especial hincapié este año, es el de acercar los ensayos clínicos a la Atención Primaria. Queremos aprovechar la red de centros de salud de Atención Primaria (más de 3.000 en nuestro país), que aporta una potencialidad enorme para liderar estudios clínicos y supone una oportunidad para acercar el ensayo clínico a casa de los pacientes, lo que redundará en la mejora de la atención asistencial. Además de la investigación en atención primaria, vamos a poner especial atención en la investigación preclínica y traslacional, alimentando ese camino de ida y vuelta entre el laboratorio y la práctica clínica.

Junto a esta fuerte apuesta por la I+D, nuestro sector aporta un alto valor industrial y económico, con una producción superior a los 17.000 millones de euros y unas exportaciones por valor de más de 26.000 millones, lo que hace que el medicamento sea el tercer producto más exportado de España, tras los automóviles y los combustibles. Todo ello se sustenta sobre un modelo de empleo basado en la estabilidad, la cualificación, la igualdad entre sexos y el fomento del trabajo joven. Así, actualmente generamos más de 44.000 puestos de trabajo directos (cuatro veces más en indirectos e inducidos), de los que el 92% de los empleos son indefinidos, el 64% son titulados universitarios, y el 53% son mujeres, el doble de la media del sector industrial.

Estas son las bases que nos han permitido situarnos como un sector esencial en nuestro país y en Europa. En España, estamos trabajando en la puesta en marcha del Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica, un compromiso adquirido con el Gobierno en diciembre de 2022 y que fija tres aspectos clave para el sector: asegurar el acceso a la innovación, mejorando los tiempos y la disponibilidad de nuevos fármacos gracias a un marco estable, claro, ágil y predecible; consolidar este liderazgo de nuestro país en I+D biomédica, y, por último, reforzar el tejido productivo, apostando por el empleo, el crecimiento y una menor dependencia exterior.

Todos estos elementos conforman hoy un sector comprometido con el país, empeñado en ofrecer las mejores soluciones en salud, decidido a participar en el desarrollo de un nuevo modelo económico basado en la innovación y el conocimiento y comprometido a hacerlo en colaboración con el sistema sanitario y el conjunto de la sociedad española.

Para continuar el camino que hemos emprendido y convertirnos en un verdadero hub de innovación biomédica y plataforma global de producción de medicamentos hay dos condiciones esenciales: una colaboración público-privada efectiva y una regulación adecuada. Las reformas normativas en curso, tanto a nivel nacional (y subnacional) como europeo, en temas como los incentivos a la innovación y el acceso a los medicamentos serán decisivos para el futuro de la industria en nuestro país.