Desde que Mónica García anunciara en diciembre del pasado año su intención de “sacar del cajón” el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027, la estrategia se topó con algunos puntos de fricción entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas. Unas diferencias que el departamento de Mónica García y las consejerías autonómicas zanjaron el pasado 5 de abril, cuando el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) aprobó finalmente el Plan Antitabaco tras un respaldo unánime. Este martes, el Consejo de Ministros ha dado luz verde a esta hoja de ruta, que se traducirá en distintas leyes que hagan realidad, entre otras medidas, la ampliación de los espacios sin humo.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, ha felicitado a la titular de Sanidad por sacar adelante el ahora denominado Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo. “Hoy aprobamos un acuerdo para una medida fundamental de salud pública que tiene que ver con el tabaco y con la libertad para que tengamos espacios sin humo y libres de tabaco en nuestras vidas”, ha manifestado la vicepresidenta.

Desde el departamento de Mónica García han explicado que gran parte de las medidas que contempla la estrategia, como la ampliación de los espacios libres de humo, se materializarán a través de la modificación legislativa que el Gobierno se ha comprometido a llevar a cabo en la presente legislatura, y que afectará a la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco.

También se modificará el Real Decreto (RD) 579/2017, de 9 de junio, por el que se regulan determinados aspectos relativos a la fabricación, presentación y comercialización del tabaco y productos relacionados. Precisamente, este fue el primer paso del Ejecutivo central en su lucha contra el tabaquismo. Sanidad sacó el pasado 8 de abril a consulta pública previa la modificación del RD para regular el empaquetado genérico del tabaco, lo que evitará que “funcione como un reclamo publicitario en sí mismo, haciéndolo menos atractivo y contribuyendo también a tomar la decisión de dejar de fumar”, explicó entonces la ministra García.

“Buena parte” de las medidas, en 2024

El Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo supondrá, entre tras iniciativas, equiparar la regulación de los cigarrillos electrónicos y los productos relacionados del tabaco (con y sin nicotina) a la regulación del tabaco tradicional. En cuanto al espacios sin humo, una de las cuestiones que más diferencias de opinión suscitaban, el Plan prevé aumentar las zonas libres de humo para proteger el derecho a respirar. “Cuanto más espacio libre de humo, menos espacio a las enfermedades asociadas al tabaquismo”, han señalado desde el Ministerio.

La estrategia también impulsará la prohibición de los dispositivos de un solo uso relacionados con el tabaco. Fomentará la investigación sobre el tabaquismo y su impacto en la salud, reforzando la evidencia sobre el efecto de los nuevos dispositivos de liberación de nicotina, y propondrá la incorporación a las prestaciones farmacéuticas del Sistema Nacional de Salud de aquellos medicamentos que, atendiendo a la evidencia científica y eficiencia económica, son adecuados para el tratamiento de la adicción al tabaco. Asimismo, prevé la colaboración del Ministerio con las entidades locales para impulsar el desarrollo de ordenanzas municipales de prohibición de arrojar colillas en vías públicas y espacios naturales.

La estimación del Gobierno es que para finales de año “buena parte” de estas medidas hayan llegado a buen puerto. Con esta hoja de ruta, Sanidad pretende evitar que los jóvenes empiecen a fumar, para ayudar a los fumadores que quieran abandonar el hábito y para cuidar el aire que respiran los ciudadanos. Los últimos datos disponibles del Ministerio apuntan a que el tabaco es el causante de cerca de 50.000 muertes al año. Además, su consumo está asociado con a la aparición de 35 enfermedades como la EPOC, el cáncer de pulmón, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes.


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