El presidente de ASCO, Howard A. Burris III, explica que el envejecimiento de la población está obligando a que la investigación se oriente también a optimizar la calidad de la atención que se brinda a los pacientes con cáncer de mayor edad. “Una prioridad urgente”, explica. En este sentido, ASCO ha avanzado datos de otro estudio que se presentará en el encuentro anual que muestra que las evaluaciones geriátricas conducen a mejoras en la calidad de vida y a la mayor planificación de la atención para pacientes mayores con cáncer.

Según los datos que arroja este estudio, las personas mayores en tratamiento tuvieron mejoras significativas en la calidad de vida cuando la evaluación geriátrica integral y el manejo dirigido por geriatras se integraron en su plan de atención. Se trata del Estudio INTEGERADE. Un análisis prospectivo, aleatorizado y abierto que se ha convertido en el primer ensayo clínico aleatorizado en oncología geriátrica que muestra que este enfoque integral mejora la calidad de vida y reduce el número de ingresos hospitalarios, así como la interrupción de manera precoz del tratamiento en el caso de que seden efectos adversos.

Abordaje Multidisciplinar

Los autores de esta investigación recuerdan que la evaluación geriátrica integral es una evaluación sistemática detallada de una persona mayor que identifica limitaciones médicas, psicosociales y funcionales. En la actualidad, una persona con cáncer suele ser referida a un geriatra solo en las etapas posteriores de su enfermedad. Es decir, cuando experimenta problemas significativos en su día a día. Sin embargo, un enfoque integral que implique una evaluación geriátrica y una participación temprana de este especialista (también conocida como “atención oncogeriatrica integrada”) puede ayudar a crear un plan coordinado para optimizar a las personas mayores con cáncer. 

“La evaluación geriátrica integral es una herramienta poderosa porque ayuda a optimizar la atención para pacientes mayores con cáncer”, dijo el autor principal Wee-Kheng Soo, geriatra y oncólogo médico de Eastern Health en Melbourne. 

La intervención también mejoró las medidas más objetivas, incluidos los ingresos hospitalarios no planificados y redujo la interrupción temprana del tratamiento debido a eventos adversos.