Gaceta Médica Madrid | viernes, 25 de septiembre de 2015 h |

Gracias a la secuenciación del exoma de dos pacientes, hermanos, con angiosarcoma cardiaco (CAS), un grupo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha logrado identificar mutaciones en el gen POT1 como las responsables del origen de este tumor poco frecuente y hereditario. Una vez detectado, la supervivencia media de estos pacientes es de solo cuatro meses, ya que su diagnóstico suele ser tardío.

Además, estos investigadores también han observado que el CAS hereditario aparece en familias con una alta incidencia de otros tumores, algo parecido a lo que ocurre en pacientes con síndrome de Li-Fraumeni, patología también caracterizada por un desarrollo temprano de tumores, pero cuyo origen se encuentra en alteraciones en otro gen: el gen supresor de tumores p53.

Pero ¿por qué una mutación en POT1 provoca esta tendencia al desarrollo de tumores? La clave está en los telómeros, de los que esta proteína es una parte fundamental. Según los experimentos realizados tanto en modelos estructurales como celulares, la mutación responsable del desarrollo de CAS se encuentra en una región de POT1 muy conservada evolutivamente y, por tanto, muy importante. En concreto, esta mutación, explican los einvestigadores, evita que la proteína que sintetiza POT1 se una a los telómeros, provocando una gran inestabilidad genómica y, por ende, una mayor susceptibilidad al desarrollo de tumores.

Un hallazgo con, asegura María Blasco, directora del CNIO, una “traslación inmediata de resultados a la clínica”. De hecho, en la consulta de Cáncer Familiar del CNIO que dirige Miguel Urioste en el Hospital de Fuenlabraya se analizan ya a cerca de una decena de familias; asimismo, se ha creado una Unidad de Seguimiento de portadores asintomáticos en el Hospital Puerta de Hierro. El objetivo es ofrecer asesoramiento genético y seguimiento a estas personas para lograr una detección precoz de la enfermedad.

De cara al futuro, Blasco y Paula Martínez, ambas del grupo de Telómeros y Telomerasa del CNIO, ya trabajan en el desarrollo de un modelo animal con esta mutación en POT1 que les permita probar nuevos tratamientos que poder usar posteriormente en humanos. Otra de las líneas de investigación es tratar de entender el papel de esta mutación en CAS esporádico, no familiar.