El 70 por ciento de todos los casos de cáncer de mama son hormonodependientes, denominados luminales, es decir, con elevada expresión del receptor de estrógenos (HR+) y HER2 negativo. En las pacientes con cáncer de mama HR+ HER2- con alto riesgo de recaída se ha observado que el 50 por ciento de las recaídas ocurren en los primeros 2 años tras la cirugía o la quimioterapia. El otro 50 por ciento tiene lugar en los siguientes 7-8 años tras la operación.

En este sentido, el Congreso ESMO 2023 ha sido escenario de importantes avances en la reducción de riesgo de recidivas.  Lo más destacado han sido los resultados a cinco años de un análisis del estudio de fase 3 monarchE, tal y como destaca a GM Rodrigo Sánchez-Bayona, médico oncólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre y secretario científico de la Sociedad Española de Oncología (SEOM).

La actualización ha evaluado dos años de abemaciclib (Verzenios, Lilly) adyuvante en combinación con terapia endocrina (TE) en comparación con la TE sola en pacientes con cáncer de mama en estadios iniciales HR+ HER2- y ganglios positivos con alto riesgo de recaída.

“Lo más interesante de los resultados a cinco años es que las curvas de supervivencia entre ambos brazos de tratamiento continúan superándose dos años después”, señala el oncólogo.

El estudio principal de monarchE ya demostró que abemaciclib reduce el riesgo de recaída un 33,6 por ciento a los cuatro años con tan solo dos años de tratamiento. Los nuevos resultados apuntan que el beneficio se incrementa a lo largo del tiempo tanto en supervivencia libre de enfermedad invasiva (SLEI) como en supervivencia libre de recaída a distancia (SLRD).

“Los datos de SLDR son muy importantes porque muchas de estas pacientes antes podrían sufrir recaída metastásica. Ahora, abemaciclib muestra beneficio en la prevención de recaídas en más del siete por ciento de las pacientes”, añade.

Los expertos que han acudido al congreso oncológico han coincidido que los nuevos datos del estudio monarchE suponen un hito para los ensayos clínicos de cáncer de mama en adyuvancia.

“En un principio, estos tipos de medicamentos, como abemaciclib, se emplearon principalmente en el tratamiento de enfermedad metastásica. Sin embargo, a medida que se reconoció su potencial, los estudios comenzaron a analizar su función en el contexto adyuvante”, continúa el experto.

“Hay tres fármacos de la misma familia. El primero de ellos, palbociclib, mostró repetidamente resultados negativos. Abemaciclib ha sido el primero en presentar datos positivos en el escenario precoz. Asimismo, sus resultados a largo plazo, lejos de difuminarse en el tiempo, incrementan el beneficio todavía más”, resaltó.

El tratamiento del cáncer de mama precoz comprende quimioterapia, cirugía y radioterapia. “Desde que se introdujo la quimioterapia no habíamos encontrado ninguna terapia que consiguiese mejorar el pronóstico, a pesar de todo el tratamiento multimodal. Por tanto, este avance representa una nueva opción terapéutica que permite reducir el riesgo de recaída” enfatiza.

Alto riesgo de recaída y adherencia

Son muchos los factores que influyen en el riesgo de recurrencia de las pacientes con cáncer de mama, siendo el primero el tamaño del tumor o la afectación de los ganglios locorregionales.

Por otro lado, hay que tener en cuenta el factor biológico. “En casos de tumores con altos índices de proliferación o en aquellos identificados por plataforma biológica como alto riesgo de recaída, la biología del tumor es más agresiva”, resalta.

Por ello, uno de los pilares fundamentales es la buena adherencia al tratamiento adyuvante. “La terapia endocrina de larga duración siempre ha sido debate de discusión porque los efectos secundarios incluyen dolor articular, sofocos, alteraciones en la piel y el cabello, síntomas emocionales…”, enumera.

En ese sentido, la tasa de abandono es relativamente alta “especialmente al principio”.  Por ello, “se trabaja mucho en educar y concienciar al paciente de adherirse a la TE”, destaca el oncólogo.

Por su parte, monarchE ha demostrado que la calidad de vida no empeora en los dos primeros años con la incorporación de abemacilib. “Esto se presentó en el Congreso ESMO Breast Cancer 2023 que celebró en Berlín (Alemania)”, concluye.


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