Raúl Moreno.

En el tratamiento del infarto agudo de miocardio, el tiempo es clave. Por ello, se han establecido redes para derivar a los pacientes al hospital más cercano que pueda realizar un angioplastia coronaria a cualquier hora y cualquier día del año. Además, su tratamiento farmacológico está claramente establecido: doble antiagregación, fármacos hipolipemiantes para reducir al máximo el LDL-colesterol y diversos medicamentos en caso de que exista disfunción ventricular izquierda. Con todo ello, la mortalidad inicial del infarto puede ser inferior al dos por ciento.

No obstante, algunos grupos de pacientes siguen teniendo un riesgo elevado de eventos tras el infarto. Tras el alta, más de un 10 por ciento reingresan por insuficiencia cardiaca y el 5-10 por ciento presentan nuevos eventos isquémicos en el primer año. El riesgo es especialmente elevado en algunos pacientes, como aquellos con infarto extenso, tiempo de evolución demasiado prolongado o enfermedad multivaso.

Por ello, la investigación en el tratamiento del infarto continúa siendo muy activa. El Hospital La Paz, centro pionero en la investigación en el infarto y en la aplicación de nuevas terapias cardiovasculares, participa en varios estudios de investigación en esta patología. En este centro, se está liderando, a nivel internacional, la investigación en fármacos que puedan reducir el tamaño del infarto tras la reperfusión, como los basados en el yoduro de sodio (IOCYTE AMI-3) y factores de crecimiento derivados del mieloide (IRI-EXPLORE). Lo mismo ocurre en la investigación de fármacos con efecto anti-inflamatorio, como la colchicina, con la hipótesis de que pueden reducir la tasa de nuevos eventos isquémicos (CLEAR-SYNERGY). En pacientes con enfermedad multivaso, La Paz ha tenido una participación muy importante en los estudios que han establecido la recomendación de llevar a cabo una revascularización completa, y actualmente, participa en varios ensayos sobre el papel de las técnicas de imagen intracoronaria en lesiones no culpables. También se está investigando la administración precoz de fármacos hipolipemiantes muy potentes, como los inhibidores PCSK9.

La situación es especialmente delicada en pacientes en shock cardiogénico o tras haber sufrido una parada cardiaca, en los que la mortalidad sigue siendo elevada. La evidencia de las diferentes medidas no está establecida. Ha sido sólo hace un mes cuando se ha publicado el primer estudio en el que se demuestra que la utilización de un sistema de asistencia ventricular izquierda puede reducir la mortalidad en pacientes en shock cardiogénico, y hay dudas sobre la evidencia de la hipotermia para mejorar la evolución neurológica en pacientes que han sufrido una parada cardiaca.

Es decir, que a pesar de que las medidas que en la actualidad se aplican en el infarto han conseguido reducir notablemente la mortalidad, algunos grupos continúan teniendo un pronóstico desfavorable. Esto hace que la investigación en el infarto todavía continúe siendo muy activa, especialmente en la búsqueda de fármacos que puedan reducir el tamaño del infarto tras la reperfusión y de nuevas medidas que puedan mejorar el pronóstico en shock cardiogénico o parada cardiaca recuperada.


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