Yoon Ki Joung y Juro Lee, del Centro de Investigación de Biomateriales del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología (KIST), junto con los profesores Hun-Jun Park y Bong-Woo Park, de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Corea, desarrollan un nuevo tratamiento del infarto de miocardio que utiliza nanovesículas derivadas de fibroblastos con apoptosis inducida para modular la respuesta inmunitaria.

El equipo de investigadores identificó la posibilidad de tratar el infarto de miocardio grave reduciendo la respuesta inflamatoria en el músculo cardiaco mediante una nanomedicina basada en células apoptóticas (células que se suicidan debido a cambios bioquímicos en sus células). Esta respuesta la consiguió uniendo a la superficie de los fibroblastos péptidos específicos del lugar del infarto isquémico de miocardio y sustancias específicas de la fagocitosis de los macrófagos. Para ello, el equipo desarrolló nanovesículas antiinflamatorias que pueden administrarse específicamente a los macrófagos en el lugar del infarto de miocardio.

En estudios con animales comprobaron que las nanovesículas inyectadas por vía intravenosa llegaban eficazmente al lugar del infarto de miocardio en ratas y reclutaban específicamente a los macrófagos. Como resultado, la fracción de eyección ventricular izquierda aumentó más de 1,5 veces en comparación con el grupo de control durante cuatro semanas. Además, los efectos de la reducción de la inflamación y la fibrosis y el aumento de la tasa de preservación de los vasos sanguíneos mejoraron la supervivencia de los cardiomiocitos, lo que se tradujo en una mejora de la función cardiaca.

El infarto de miocardio es una cardiopatía isquémica en la que las arterias coronarias, los vasos sanguíneos que suministran sangre al corazón, se estrechan u obstruyen. Esto provoca un suministro insuficiente de sangre al músculo cardiaco, con la consiguiente deficiencia de nutrientes y oxígeno en el miocardio, lo que da lugar a una función cardiaca deficiente. Se trata de una enfermedad mortal con una tasa de mortalidad inicial del 30 por ciento. Sin embargo, entre el 5 y el 10 por ciento de los pacientes mueren incluso si son trasladados a un centro médico para recibir tratamiento.

Hasta ahora existen como tratamientos la administración de fármacos, la angioplastia percutánea y la cirugía de bypass arterial. Sin embargo, en el estudio se menciona que son difíciles de aplicar en casos graves que no responden a ellos. En los últimos años, han utilizado nanovesículas derivadas de células madre, como los exosomas, para tratar el infarto de miocardio modulando la respuesta inflamatoria, pero las células madre son difíciles de producir en grandes cantidades, lo que limita su viabilidad económica.

Este es el primer estudio que utiliza nanovesículas producidas a partir de células inducidas por apoptosis para tratar el infarto de miocardio, y tiene la ventaja de poder producirlas en masa porque utiliza otras células en lugar de células madre”, afirma el Dr. Yoon Ki Joung, del KIST. “En el futuro, planeamos realizar una investigación para verificar la eficacia y seguridad del tratamiento, incluidos ensayos clínicos, mediante una investigación en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Corea y empresas biológicas”, concluye.


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