El Palacio de Congresos de Palma de Mallorca, con sus vistas al mar y la impresionante Catedral de fondo, ha recuperado su esencia en estos días. El XXVII Congreso Nacional de Medicina General y de Familia, organizado por SEMG, es el primero de una larga lista de eventos formativos que en los próximos meses, si la pandemia evoluciona según lo esperado, se celebrarán de manera presencial.

Alrededor de mil personas, aproximadamente la mitad de ellas congresistas, el resto parte de la organización, se han dado cita en un encuentro que, tal y como recordaba la propia consejera de Salud de Islas Baleares, Patricia Gómez, supone una prueba para demostrar que es posible recuperar poco a poco la normalidad y reactivar un importante motor económico para regiones como ésta.

A la tranquilidad que aporta saber que un alto porcentaje de los asistentes están vacunados, como el grueso de los profesionales sanitarios, se suma la realización de dos autopruebas COVID-19 cuyos resultados se conocerán en los próximos días.

Fuera de la agenda oficial del congreso, Patricia Gómez no ha querido dejar pasar la oportunidad de visitarlo y de agradecer a la organización el esfuerzo realizado para hacerlo realidad, y también la confianza. Ha podido observar, en primera persona, “que el planteamiento permite la asistencia no multitudinaria, sino diversificada”, uno de los retos principales de este año.

GACETA MÉDICA recupera la “normalidad” con la cobertura presencial de este congreso

Con pasos como este, los médicos, que tal y como explicó el presidente de la SEMG, Antonio Fernández-Pro, llegaban al congreso “con un sabor agridulce, cansados física y mentalmente”, recuperan poco a poco su normalidad. Su respuesta a quienes cuestionan que se pueda permitir un encuentro de este alcance mientras los centros de salud permanecen vacíos, volcados en la atención telefónica, es contundente.

Lo explicaba a GACETA MÉDICA hace unas semanas, Benjamín Abarca, responsable del Comité de Congresos de la SEMG. “Cualquier persona que haya participado en ellos conoce la intensidad de estos días de formación”, remarcaba. En su opinión, debía verse como un esfuerzo formativo que realizan los médicos de atención primaria incluso en un contexto como este, que repercutirá directamente en una mejora de la asistencia a los pacientes, al incorporar las últimas evidencias.

Para finalizar, hemos de decir que nuestro medio también ha recuperado la “normalidad” con la cobertura de este congreso y confiamos en que muy pronto la situación permita volver a estas fórmulas presenciales, en beneficio de nuestros lectores.