LucÍa Barrera, Directora de
Gaceta Médica
| viernes, 31 de enero de 2014 h |

Vivimos tiempos convulsos donde los cambios son instantáneos, donde lo que ayer era de una forma hoy es de otra. Pero estas fórmulas no son buenas ni recomendables cuando de salud se trata. Por eso, pacientes, profesionales e industria piden un marco estable en el que poder moverse sin la sensación de pisar arenas movedizas a cada paso que dan.

No es razonable que una vez que un fármaco esté autorizado por el ministerio y suscrito por la comunidad haya realidades diferentes entre hospitales a la hora de poder prescribirlo. No es lógico que las Comisiones de Farmacia decidan de forma unilateral que hay que restringir el uso de un fármaco, que se lo trasladen así a los clínicos y que cuando el especialista vea al paciente tenga que plantearse si sigue las instrucciones “no escritas” del centro —con el consiguiente riesgo de asumir una responsabilidad de la que luego puede tener que responder ética o incluso judicialmente— o informar claramente de que el medicamento más adecuado no está disponible en ese centro, intentar derivar a la persona, y por tanto, que comience una peregrinación hacia otro que sí lo prescribe.

Es cierto que en campos donde las innovaciones terapéuticas son constantes, como en el de la Oncología, hay que hilar muy fino a la hora de incorporar al sistema público sanitario aquellas que realmente aporten valor. De ahí que todos los actores busquen fórmulas de colaboración que establezcan unas reglas claras y acaben con la incertidumbre, como pueden ser los informes de posicionamiento terapéutico. Sin embargo, estas herramientas no sirven de nada si no se imponen como la norma a seguir, sin medias tintas.

Y es que quizás es más fácil que la sociedad asuma lo que realmente puede y quiere financiar en el SNS, que se tengan medicamentos aprobados que luego no se dejan prescribir. Los profesionales quieren saber, que se acaben los debates encubiertos y que se tomen medidas que de verdad sean vinculantes para todo el sistema, con la corresponsabilidad de todos los implicados,