La Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (FACME) publicaba en abril 2022 su ‘Modelo de recertificación para las sociedades científico-médicas en España’. La entidad daba así un paso adelante teniendo en cuenta que la Directiva 2005/36/CE obligaba, a más tardar en enero de 2016, a que los profesionales acrediten periódicamente que los profesionales están actualizados para ejercer.

Javier García Alegría, presidente de FACME.

“Esta directiva europea obliga a implantar a todos los Estados miembro a la recertificación; España ya va con retraso porque para garantizar la movilidad de profesionales y para garantizar la movilidad de profesionales y la actualización de conocimientos y competencias hay que acreditar esta actualización”, explica a Gaceta Médica Javier García Alegría, presidente de FACME.

En cuanto a la situación en España, García Alegría desarrolla que “hablando de especialidades médicas reconocidas, que es lo que atañe a FACME, nos parecía crucial disponer de un modelo que fuera común en estructura y composición; luego, cada especialidad médica ya que están todas representadas, pudiera encajar aspectos más específicos”. Y es que en el documento publicado en 2022 la federación consiguió alcanzar el consenso entre todas las sociedades científicas integrantes. “Es lo que denominamos el ‘modelo FACME’, reflejado en varias publicaciones científicas, que actúa en lo que se llaman competencias transversales, independientemente a cada especialidad”, destaca el presidente de la entidad. Entre los aspectos comunes, como precisa García Alegría, “se encuentran cuestiones éticas, de trabajo en equipo, uso racional de los medicamentos o uso de la tecnología”.

Con esto como punto de partida, cada especialidad debe definir unos conocimientos específicos de a misma. “La situación es que muchas sociedades científicas tenían ya desarrollado su modelo; algunas lo habían iniciado ya con diferentes grados de éxito”, apunta García Alegría.

Comunicación con el ministerio

García Alegría indica que “desde FACME se ofreció nuestro modelo al Ministerio de Sanidad, que es relativamente sencillo, porque además no se puede cargar a los médicos con mucha labor administrativa en este proceso”. Otra de las propuestas, añade, pasa por “que esta recertificación se haga cada seis años, ya que es un tiempo razonable porque el conocimiento científico va cambiando”. “Estamos a la espera de la decisión de las autoridades ministeriales de la Dirección General de Ordenación Profesional y estamos pendientes de mantener en las próximas semanas una reunión con el secretario de Estado, Javier Padilla, para plantear este problema”, señala el presidente de FACME.

Asimismo, recuerda que no es el único problema de la profesión, destacando que “es necesario también actualizar los programas formativos de las especialidades, que algunos tienen 25 años”. “La medicina avanza rápidamente y esto debería poder desarrollarse en los programas de acreditación profesional”, expresa García Alegría refiriéndose al contenido del Real Decreto 589/2022, en el que se regulan, entre otros, la formación transversal, y el acceso y formación de las áreas de capacitación.

Una de las dificultades para avanzar en este sentido ha sido el escenario político en los últimos años, con poca estabilidad en los equipos ministeriales. “A principios de 2023 mantuvimos una reunión con la entonces ministra, Carolina Darias, en la que planteamos que todos los aspectos de recertificación, actualización de programas formativos y áreas de capacitación específica deberían ser una prioridad”, manifiesta García Alegría. Y es que, como remarca el presidente de FACME, “2023 fue un año de inpass político, con tres personas que han estado al frente del Ministerio de Sanidad durante este periodo, por lo que obviamente ha habido un parón”.

Por otra parte, García Alegría recuerda que “el ministerio en su día sacó una convocatoria de asesoría, un concurso público, pero no tenemos información de si se ha llevado a cabo”. “Lo último que sabemos es que estaba parado ese concurso o iniciativa y que se iban a analizar los modelos europeos”, recuerda.

Consenso entre entidades

Otro de los puntos que pone de relieve García Alegría es que “las sociedades científicas ya habían trabajado para definir sus propios modelos y tenían referentes en las sociedades europeas; algunas lo que definieron en las jornadas que hicimos para alcanzar un modelo común fue un texto y esquema aprobado por todas ellas”. Y esto, a juicio del presidente de FACME, “es una oportunidad, puesto que no es tan fácil poner de acuerdo a todas las sociedades científicas”.

“Tenemos un modelo, un camino definido, muchas de ellas lo han adaptado a estas características con las ponderaciones que se planteaban de méritos y demostración de capacidades o de entrenamiento”, agrega. También, García Alegría afirma que en este punto están de acuerdo con el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), ya que coinciden en que “debe ser un proyecto compartido, con validación previa de la colegiación, de que el médico está capacitado desde el punto de vista de sus salud y su situación de acreditación legal”.

Con todo esto, el presidente de FACME urge a poner en marcha la recertificación cuanto antes, puesto que “otros países ya lo tienen establecido como establece la directiva, y periódicamente necesitan reacreditar a los profesionales”. Y, para ponerlo en marcha, hay aspectos importantes a tener en cuenta. Como remarca García Alegría, “hay que establecer si la emisión del certificado se va a hacer por parte del ministerio o va a delegar esta función, por ejemplo, en manos de las sociedades científicas como hacen otros países”. En este sentido, el Consejo Asesor FACME de recertificación de la especialidad ofrece su colaboración al ministerio y las autoridades competentes para avanzar en este sentido.

“Realmente, esto es un deseo de autoexigencia y de garantía para los pacientes y para la sociedad; que se planteara la estandarización fue un avance radical, pero ahora queremos ir más allá y no quedarnos sólo en la regulación de la formación en los primeros años, sino que cualquier profesional que tengamos delante esté actualizado en conocimientos y competencias”, concluye García Alegría.


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