El Consejo General de Enfermería (CGE) ha querido trasladar, tras el arranque oficial de la campaña electoral, una serie de peticiones de cara las próximas elecciones que se celebrarán el 23 de julio.

La primera de ella es el incremento del presupuesto para sanidad. El CGE explica que el gasto sanitario público representa un porcentaje de nuestro Producto Interior Bruto (PIB) del 8 por ciento, mientras que países como Alemania, Francia, Reino Unido o Suecia superan el 10 por ciento del PIB. Creemos que este gasto debería aumentarse hasta acercarse a las cifras estos países.

Desde el CGE consideran fundamental pensar en las necesidades del sistema y que los presupuestos generales del Estado tengan una partida acorde y suficiente para potenciar la Sanidad.

Escasez de enfermeras

Otro de los puntos en los que hacen énfasis es en la inversión en enfermeras y apostar por su desarrollo profesional, ya que esto supone mejorar la calidad de los cuidados a la población española y tener claro que sin enfermeras no hay salud y sin salud no hay futuro.

España necesita más de 95.000 enfermeras para equipararnos a las ratios de enfermeras por habitantes que hay en los países de nuestro entorno. Existe un déficit estructural en todo el sistema sanitario que pone en grave riesgo la seguridad de los pacientes en los centros sanitarios y sociosanitarios de nuestro país. “El no disponer de unas plantillas suficientes de enfermeras y enfermeros, que puedan ofrecer una atención y cuidados de calidad a los pacientes y al conjunto de la ciudadanía, conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años. Una escasez de enfermeras que también genera una sobrecarga asistencial que vivimos como algo normalizado en nuestro día a día, cuando se trata de una situación que debería ser excepcional, y que pone en peligro la seguridad de las enfermeras y de los pacientes”, ha subrayado Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

Aseguran que es necesario realizar un profundo análisis de las necesidades en recursos humanos desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo para ver exactamente el número de profesionales que se necesitan en cada ámbito y estimar así el gasto que sería necesario, mejorando las ratios y las contrataciones de enfermeras.

Este informe deberá tener en cuenta no sólo los datos y cifras globales, sino también las necesidades de cuidados de la población en relación con el envejecimiento, la natalidad, la dispersión geográfica o qué enfermeras especialistas debemos formar y para qué. Para ello es preciso contar con un grupo de expertos a nivel nacional que puedan realizar una correcta planificación de necesidades para los próximos 5-10 años.

Modificación de leyes sanitarias

En primer lugar, es preciso actualizar la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias del año 2003. Todos los partidos políticos deben recordar que su redacción ha quedado obsoleta, por el devenir de los tiempos y las realidades de atención y asistencia sanitaria, que se demanda tanto en la Atención Primaria de Salud como en la asistencia hospitalaria, donde los tratamientos son más complejos.

Es ya una urgencia que se modifique la definición de la profesión enfermera que aparece en la LOPS para detallar más nuestras funciones y poder adaptarla a las competencias actuales, incluyendo las reconocidas en Directivas europeas.

Por otra parte, la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios -coloquialmente, la “Ley del Medicamento”– también resulta ya anticuada. Creemos que, tras años de trabajo, debate entre profesiones y acuerdos políticos y sociales, las enfermeras debemos aparecer como prescriptoras al mismo nivel que el resto de profesiones prescriptoras como son los médicos, dentistas o podólogos.

Por otro lado, otra de nuestras peticiones es que se desarrolle, de una vez por todas, lo previsto en la Disposición Transitoria 3ª de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público para que las enfermeras puedan optar a la categoría A1, en definitiva, optar al mismo nivel que el resto de Grados.

Es a todas luces injusto que las enfermeras y enfermeros no ostenten la misma categoría profesional que personas que han estudiado un grado universitario con los mismos créditos -como abogados, economistas, físicos, biólogos, psicólogos o periodistas, por ejemplo-, que actualmente están adscritos al grupo A1 con una titulación idéntica, lo que representa una evidente discriminación hacia una profesión mayoritariamente de mujeres. Lo que venimos a pedir es que todos pertenezcamos a un único Grupo A, sin subgrupos.

La figura de la «enfermera jefe»

Desde el CGE consideran necesario realizar un «Cambio del modelo sanitario» que apueste por la prevención y promoción de la salud y la adquisición de hábitos de vida saludables, sobre todo teniendo en cuenta que la atención a la cronicidad y el envejecimiento serán claves en los próximos años. Un sistema que ha de ser fuerte, sostenible y capaz de dar respuesta a las necesidades de los pacientes, que reoriente la atención sanitaria de un modelo reactivo o uno en el que se apueste por la prevención, por el autocuidado, para evitar la enfermedad, en la que se potencien los cuidados, y ello exige aportar por las enfermeras y por reforzar sus competencias profesionales.

Debemos huir de discursos populistas y entender que una atención universal beneficia a toda la comunidad, logrando una protección colectiva de todos los ciudadanos.

Asimismo, dentro de este modelo también apuestan por la creación de la figura de la “enfermera jefe” en el Ministerio de Sanidad. Esta figura ya existe en otros países y en la Organización Mundial de la Salud, se encargaría de coordinar y asesorar sobre la profesión enfermera a nivel ministerial. Se debe garantizar que la voz de la enfermería esté presente en todas las decisiones políticas, a todos los niveles, pues, al fin y al cabo, es la profesión más numerosa del sistema sanitario, y la que más tiempo pasa al lado del paciente y, por tanto, la que mejor conoce sus necesidades.

Otras medidas

El CGE hace hincapié en la importancia de acabar con la precariedad laboral con la que una gran parte de la profesión enfermera convive. Es Son comunes los contratos precarios de días e incluso horas y condiciones indignas, llegando a acumular cientos de contratos laborales en un mismo año.

También la Lucha contra las agresiones por ley, sólo en 2022 se registraron un total de 2.580 agresiones a enfermeras solamente en el ámbito público. Algo totalmente inaceptable.

La creación de un Grupo de trabajo sobre especialización enfermera y diplomas de acreditación: Durante la pandemia se ha visto la necesidad de cuidados especializados en UCI, en cuidados respiratorios, urgencias y emergencias.  Otras áreas de especialización podrían ser los cuidados quirúrgicos complejos incluyendo la perfusión, etc.

Piden también que la administración esté más atenta a los riesgos laborales que acarrea la profesión, además de más diálogo con los profesionales por parte de los políticos.

Finalmente piden consenso, que la Sanidad se mantenga al margen de las disputas políticas y que todos los partidos garanticen una atención universal, sostenible y equitativa, que garantice el derecho fundamental de todos los ciudadanos a ver atendidas sus necesidades sanitarias y sociosanitarias, independientemente del lugar en el que residan.


También te puede interesar…