Casi 44 millones de personas en Ucrania se han visto afectadas desde la invasión de hace ya un año. Se estima que 18 millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente en Ucrania, incluidos las seis millones de personas desplazadas internamente, y otras ocho que se han visto obligadas a huir a países vecinos.

Desde médicos del mundo, han hecho un llamamiento a la comunidad internacional para priorizar urgentemente la protección de los civiles, el acceso humanitario a las comunidades aisladas y soluciones duraderas para las personas afectadas por el conflicto. 

Protección de civiles

Esta intensificación de las hostilidades en los últimos 12 meses, que incluye el uso de armas explosivas y armas prohibidas legalmente, como las minas antipersonal y municiones de racimo, ha causado numerosas víctimas civiles. Los ataques casi diarios con misiles afectan repetidamente a la población y a las infraestructuras civiles, incluidos los sistemas de suministro de agua, electricidad y gas, así como las infraestructuras de comunicación. Estos ataques afectan a la seguridad de las personas y a su salud física y mental, comprometen sus medios de subsistencia y ponen en riesgo el acceso a la sanidad y la educación. 

Las mujeres y niñas con identidades diversas e interseccionales –es decir, de diferentas etnias, clases, orientaciones sexuales, etc- siguen expuestas a un riesgo extremadamente alto de violencia de género, incluida la violencia doméstica y la explotación sexual, y carecen de servicios esenciales, como los de salud sexual y reproductiva.

La infancia sigue siendo testigo de distintas atrocidades y muchas veces sufre lesiones físicas y psicológicas a largo plazo. Hay numerosos informes de violaciones graves de derechos humanos, como tortura y violencia sexual en zonas de combate activo cercanas a la línea del frente. Las personas que permanecen cerca de la línea del frente son, de forma desproporcionada, ancianas y personas con discapacidad, con necesidades específicas y que encuentran obstáculos para acceder a los servicios, a las líneas de evacuación o a los refugios para personas desplazadas internamente. Las personas en riesgo de discriminación, incluidas las personas LGBTQI+, las de etnia gitana y las de nacionalidad de terceros países también tienen dificultades para acceder a la ayuda humanitaria de forma equitativa y digna. 

Acceso humanitario

A pesar de las crecientes necesidades humanitarias, sobre todo en el este y el sur de Ucrania, se sigue obstaculizando el acceso de la ayuda a los territorios controlados por Rusia y es casi imposible que los trabajadores humanitarios lleguen a las comunidades más necesitadas. Algunas zonas no han recibido ninguna ayuda de las organizaciones humanitarias desde febrero del año pasado. La ayuda que actualmente llega a la línea del frente se suele transportar en pequeñas cantidades y con un importante riesgo personal para el personal voluntario y humanitario.    

No hay libertad de movimiento de civiles entre las zonas bajo control ucraniano y las controladas por Rusia, ni siquiera para quienes buscan un lugar seguro o reunirse con su familia.  En las zonas que ya no sufren hostilidades activas, la presencia de minas impide el retorno seguro, la recuperación y la entrega de ayuda. Es importante que se garantice un acceso humanitario regular y sin restricciones, incluso a través de rutas vigiladas cuando sea necesario, para permitir la libre circulación de civiles, personal y ayuda humanitaria. Las ONG hacen un llamamiento a la comunidad internacional para que lleve a cabo una defensa urgente y prioritaria del acceso humanitario en los más altos niveles. 

Apoyo a las organizaciones locales

Las organizaciones locales y nacionales, especialmente las organizaciones de mujeres y las que trabajan con grupos vulnerables, fueron las primeras en responder cuando estalló la guerra. Actualmente siguen siendo las principales proveedoras de ayuda humanitaria en el país, especialmente en las zonas controladas por Rusia y otras zonas de alto riesgo.

Los recursos siguen centralizados en un puñado de actores internacionales, y el sistema humanitario se esfuerza por localizar eficazmente la respuesta. Las dificultades de comunicación en un entorno multilingüe también socavan la participación significativa de las organizaciones locales y nacionales. 

Además, la financiación disponible suele ser a corto plazo y sujeta a distintos requisitos, presentación de informes y due diligence. Más allá del apoyo financiero, las organizaciones locales de la sociedad civil y las comunidades afectadas deben recibir apoyo para acceder a los espacios de toma de decisiones relacionados con la respuesta humanitaria en curso, así como en los eventuales esfuerzos de recuperación y reconstrucción. Son muy necesarios los esfuerzos concertados para conseguir un avance real en los compromisos internacionales de apoyo a organizaciones locales. 

Soluciones duraderas

Las personas desplazadas, que siguen en centros colectivos, se encuentran entre las más vulnerables: el 64 por ciento son mujeres, el 25 por ciento niños y niñas, el 17 por ciento de la tercera edad y el 15 por ciento tienen alguna discapacidad. Estos refugios colectivos carecen de condiciones de vida adecuadas y no cumplen las normas básicas de protección, incluida la reducción del riesgo de violencia de género, lo que aumenta la exposición de mujeres y niñas a daños y abusos. Las personas desplazadas en toda Ucrania necesitan protección, incluidos servicios de salud mental y apoyo psicosocial y servicios contra la violencia de género, asistencia jurídica y ayudas en efectivo. Las personas con discapacidad, con distintas enfermades y mayores se enfrentan a mayores riesgos de protección, mientras que las personas en riesgo de discriminación, tienen dificultades para acceder a la ayuda humanitaria de manera equitativa o digna. 

Las soluciones duraderas para las personas desplazadas deben estar en el centro de la respuesta humanitaria, la recuperación y la planificación para la reconstrucción del país. Sin soluciones duraderas y estrategias de vivienda integrales, vinculadas a los planes de recuperación y reconstrucción de todo el país, las personas desplazadas y refugiadas pueden acabar durante un período prolongado en esta situación. En toda Europa, donde casi ocho millones de personas refugiadas de Ucrania han buscado protección, es igualmente vital garantizar un apoyo continuado a la acogida y ampliar las medidas de inclusión e integración temprana, incluido el acceso a la educación, la sanidad y los servicios sociales, el mercado laboral y la vivienda. 

Las familias desplazadas dentro y fuera de Ucrania, así como las comunidades afectadas por el conflicto en todo el país, necesitan apoyo a largo plazo para superar el trauma, ayuda en efectivo para cubrir sus necesidades básicas y estrategias para aumentar su resiliencia. 


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