Uno de los aspectos que ha puesto sobre la mesa la pandemia ha sido el papel que juegan las nuevas tecnologías. La telemedicina o la telefarmacia han transformado por completo la práctica asistencial de los pacientes. Precisamente, sobre el papel de las nuevas tecnologías en la farmacia hospitalaria se debatió durante el I Congreso Nacional COVID19. De la mano de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) se analizó toda esta transformación. Un cambio que, según explican los expertos, deberían quedarse. Sobre todo en lo que respecta al envío de medicación a los pacientes, tras los buenos resultados alcanzados y la valoración positiva de las personas atendidas.

Aurora Fernández Polo, del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona, solicitó que su aplicación no esté sujeta al marco del decreto de emergencia sanitaria con motivo de la crisis del coronavirus. “Hemos pedido al Gobierno que se pueda seguir realizando por la gravedad, la dependencia y la vulnerabilidad de muchos pacientes. La telefarmacia es un servicio que permite un acceso equitativo de la población a la asistencia sanitaria y a los medicamentos, y que ha dado muy buenos resultados hasta ahora”.

Durante la pandemia se llevó a cabo un estudio sobre telefarmacia en España, en el que participan 185 hospitales y alrededor de 120.000 pacientes. “Antes de la pandemia pocos hospitales realizaban telefarmacia y durante estos meses 2 de cada 3 hospitales participantes en este estudio han acercado la medicación al menos al 40 por ciento de sus pacientes”, indicó. La experta señala que a través de un servicio a domicilio se desarrolla la entrega de medicación. Servicio, por cierto, en el que “ha sido fundamental la colaboración con servicios de mensajería y redes de voluntario”.

El estudio ENOPEX

¿Qué opinan los pacientes sobre la telefarmacia? Fernández Polo destaca que el 95 por ciento de los encuestados mostraron una opinión favorable y al 74 por ciento les gustaría que la entrega de su medicación en el futuro fuera a través del envío desde el servicio de Farmacia hasta su domicilio, con seguimiento a través de herramientas de telefarmacia. “La telefarmacia ha sido un aliado para dar una mejor respuesta a nuestros pacientes en esta crisis”.

Por su parte, Jesús Sierra, jefe de sección de Uso Racional del Medicamento del Hospital Universitario Jerez de la Frontera (Cádiz), ha presentado los últimos datos del Registro Español de Resultados de Farmacoterapia frente a la COVID-19 (RERFAR-COVID-19), sobre el perfil de los pacientes con COVID-19 hospitalizados en España y los tratamientos farmacológicos recibidos en la pandemia. Así, el perfil de estos pacientes es de más de 65 años, en su mayoría hombres (58 por ciento), con la fiebre como principal síntoma clínico, y con la hipertensión y la diabetes como comorbilidades más frecuentes.

Los tratamientos de fármacos más utilizados han sido hidroxicloroquina, azitromicina, lopinavir/ritonavir, y corticoides; y las complicaciones más habituales fueron neumonía y el síndrome de distrés respiratorio. Asimismo, Sierra incide en que ha habido fármacos que han demostrado un papel importante en la reducción de la mortalidad en los pacientes con COVID-19, como los corticoides y tocilizumab.

Evidencia científica a pie de cama

Emilio Alegre del Rey, del Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz), ha repasado la evidencia científica en la urgencia sanitaria, resaltando que en el caso de la COVID-19 “ha habido que ir incorporando la evidencia con base a unos criterios que nos permitieran tomar decisiones clínicas basadas, precisamente en la mejor evidencia disponible” y el uso de fármacos que han demostrado su eficacia. “Se ha tenido que huir de estudios que se han convertido luego en fraudes de publicación científica”, subraya.

El mayor nivel de evidencia lo aporta un ensayo clínico, y puso como ejemplo el ensayo clínico aleotorizado RECOVERY de Reino Unido, sobre hidroxicloroquina, que fue confirmado por estudios posteriores. Alegre del Rey finalizó su intervención haciendo referencia a otros estudios sobre medicamentos como dexametasona o remdesivir, que han contribuido también a generar evidencia sobre COVID-19.