El 2023, el año del cambio de la tendencia del gasto sanitario, por Rafael Manuel Ortí Lucas.

Por Rafael Manuel Ortí Lucas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS)

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Si 2022 se inició con la esperanza de llegar al fin de la pandemia de la Covid-19, el fin de la séptima ola, la mejora de la inmunidad natural y de la cobertura vacunal de la población, la progresiva reducción de la incidencia y el cambio de presentación epidémica a endémica, debería hacer que 2023 pase a la historia como el primer año sin pandemia.

Sin embargo, aún no podemos pasar página. Es el momento del análisis de los factores causales, de la consolidación del aprendizaje y de la responsabilidad. Es el momento de explicar qué desajustes sociales, ambientales, demográficos y económicos han conducido a la pandemia. No debería pasar 2023 sin que demos una explicación de qué y cómo hemos hecho lo que hemos hecho; sin que identifiquemos las oportunidades de mejora y las lecciones que deberíamos haber aprendido para que no se repitan episodios como los vividos.

2023 será el primer año del cambio de la tendencia del gasto sanitario, de innovar en gestión de la salud para mejorar la sostenibilidad del sistema, de reconocer la importancia de las inversiones en Salud Pública. Es el momento de empezar a equilibrar la inversión en salud, combatir las causas de la enfermedad, frente al gasto mayoritario en las consecuencias, la asistencia y cura de la enfermedad. Tras un análisis detallado y concienzudo de la pandemia, es el momento, ya, de cambiar las perspectivas, de incrementar la inversión en Atención Primaria, de entender la necesidad de poner el foco mediático, social y sanitario y de incrementar la inversión en la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud activa. En definitiva, de centrar las intervenciones sobre los determinantes de la salud en todos sus ámbitos y desde todas las políticas.

“La nueva administración de la Salud de la población no puede dejar para más tarde la puesta en marcha de la Agencia Española de Salud Pública, una estructura en red que cuente con todos los recursos que modernicen los sistemas de información”

La administración sanitaria, o mejor dicho, la nueva administración de la Salud de la población no puede dejar para más tarde la puesta en marcha de la Agencia Española de Salud Pública, una estructura en red que cuente con todos los recursos necesarios, que modernice los sistemas de información para la detección on line de cualquier amenaza sobre la salud y que comparta en tiempo real su información para facilitar la respuesta precoz en todos los niveles.

De la mano del cambio demográfico, un factor clave será la renovación del cuerpo de profesionales de la Salud Pública. De la misma manera que está ocurriendo con la Atención Primaria, donde el desinterés de la administración y el paradójico progresivo desprestigio de una especialidad esencial para el funcionamiento del sistema sanitario, ha conducido a la reducción de los médicos de Familia, la Medicina Preventiva y Salud Pública va a tener que hacer un esfuerzo por cubrir las necesidades de profesionales tanto en los Servicios de Medicina Preventiva de los hospitales como en los centros de Salud Comunitaria y administraciones central y autonómicas. Esperamos que la nueva planificación, junto a un rediseño inteligente, cuente con todos los recursos disponibles, revalorice la cartera de servicios y conduzca de un sistema útil, efectivo y eficiente como cabeza gestora de la Salud Pública.

Tras la crisis del coronavirus y del sistema sanitario, con una Atención Primaria y una Medicina Preventiva y Salud Pública reforzadas, 2023 debería ser al año en que el sistema comenzara a conceptualizar que la Salud de la población es una acción estratégica para conseguir el bienestar socio-económico de todos. Es necesario que los poderes fácticos reconozcan que sólo hay una salud y que todos debemos trabajar para ella. Pero el esfuerzo no solo compete a las diferentes administraciones, políticas y poderes socio-económicos; es responsabilidad de toda la ciudadanía colaborar con el sistema sanitario y mostrar su madurez en la prevención de la enfermedad, adquirida tras aprobar el primer nivel de educación sanitaria y de educación para la salud post-pandémica.