Las técnicas de imagen de alta resolución a tiempo real se alzan como respuesta al desconocimiento existente en torno al comportamiento de células cancerosas que viajan desde el tumor primario a otros órganos para quedar “durmientes”. Los avances tecnológicos y en biología molecular han permitido avanzar el conocimiento del comportamiento de pequeñas poblaciones de células tumorales que tienen una elevada capacidad migratoria, desde el tumor primigenio hacia otros órganos, y a través de una serie de mecanismos se mantienen en estado de latencia durante años sin proliferar. En esta línea, se ha desarrollado la 16ª Revisión anual GEICAM de Avances en Cáncer de Mama (Ragma23).

Los avances tecnológicos y en biología molecular han permitido avanzar el conocimiento del comportamiento de las células tumorales

José Javier Bravo-Cordero, profesor asociado de Hematología y Oncología Médica del Tish Cáncer Institute del Hospital Mount Sinai ha explicado la diseminación que llevan a cabo estas células en su proceso de metastatizar un nuevo órgano. “Estas unidades celulares que se desprenden del tumor original y adquieren una capacidad migratoria, por las transformaciones que experimentan, generan unas estructuras que les permiten romper la matriz adentrándose en los vasos sanguíneos, viajando a otros órganos y quedando durmientes hasta que se encuentran con un escenario óptimo para sobrevivir y, por tanto, provocar metástasis en el nuevo órgano”.

Además, ha señalado que es común en otros tipos de cancer que las células abandonen el tumor primario de manera muy temprana y activen el proceso que las permite sobrevivir en otro órgano de forma latente. “Son células capaces de esperar en otros órganos sin ser detectadas por medios diagnósticos rutinarios como la resonancia magnética, sobrevivir a terapias antitumorales y restablecer el crecimiento unos años después”, ha indicado Bravo-Cordero.

Colágeno tipo III

Por ello, el especialista ha remarcado la importancia de diseñar tratamientos que consiguen alargar el periodo de latencia de manera indefinida, o encontrar fármacos específicos que ataquen a estas células. No obstante, ha señalado que existe una vía de esperanza. Un estudio realizado en su laboratorio ha revelado que el colágeno tipo III, que segregan las células tumorales diseminadas en el entorno que las rodea, favorece su entrada en el periodo de latencia, lo que “abre una oportunidad para diseñar nuevos medicamentos para el tratamiento de nuevos tumores”.

El colágeno tipo III favorece que las células migratorias entren en periodo de latencia

Por otro lado, Carlos Barrios, cofundador y director del Latin American Cooperative Oncology Group (Lacog) se ha mostrado optimista con el futuro del abordaje del cáncer de mama. “En los últimos 25 años hemos generado más conocimiento que en toda la historia, y esto se ha basado fundamentalmente en la capacidad de desarrollar nuevas tecnologías y poner la innovación al servicio de los investigadores para desplegar nuevas estrategias que den respuestas a las incógnitas que revolotean en torno a esta enfermedad”, ha declarado Barrios.

Medicina personalizada

Asimismo, ha incidido en la gran complejidad de este tipo de tumor, que ha permitido que se desarrolle la medicina personalizada y, del mismo modo, para reconocer las limitaciones que tiene la genómica individualizada, “pues los genes no guardan todos los secretos y no tienen las respuestas a todas las preguntas” y añade que la utilización de los mecanismos fisiológicos del propio organismo contra el cáncer es una terapia muy prometedora.

La inmunoterapia es una respuesta muy alentadora para el cáncer de mama triple negativo

José Enrique Alés, coordinador de Ragma23 y director de Investigación del Centro de Patología de la Mama-Fundación Tejerina de Madrid se ha mostrado entusiasmado con los nuevos medicamentos, en concreto con los anticuerpos conjugados, que logran que el tratamiento con quimioterapia sea más preciso gracias a estar compuestos, además de un anticuerpo monoclonal y el fármaco citotóxico, por un conector químico que los une para transportar el agente citotóxico a la célula diana para destruirla. Del mismo modo, ha destacado la irrupción de la inmunoterapia, a la que ha calificado como “uno de los avances más reseñables en los últimos años, por sus expectativas alentadoras en cáncer de mama triple negativo”.

Por último, Paula González, miembro de la Federación Española de cáncer de Mama (Fecma) ha expuesto la visión de los pacientes y ha reivindicado la necesidad de realizar más inversiones en investigación y apoyar el trabajo de los grupos cooperativos y las sociedades científicas. “En la enfermedad metastásica, queda aún mucho camino por recorrer y entendemos que deben concentrarse los esfuerzos. Por lo que, tenemos que seguir impulsando la actividad investigadora porque es la única vía para avanzar en la mejora de la supervivencia y la calidad de vida en cáncer de mama”, ha aseverado la paciente.


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