En la última edición del Congreso de la Sociedad Americana de Hematología (ASH, por sus siglas en inglés), se han presentado nuevos datos de eficacia y seguridad sobre el uso de ibrutinib y venetoclax (I+V) en leucemia linfocítica crónica (LLC). Así, los datos comunicados de los estudios GLOW y CAPTIVATE reflejan un aumento de la supervivencia en los pacientes a los que se administró esta combinación frente a otros regímenes de tratamiento.

Actualización estudio GLOW

Concretamente, en el caso de GLOW, estudio de Fase III, se han presentado datos de seguimiento a largo plazo. Se trata de un ensayo aleatorizado y abierto que evaluó la eficacia y seguridad del tratamiento de duración fija con ibrutinib y venetoclax en primera línea frente a clorambucilo más obinutuzumab en pacientes de edad avanzada (a partir de 65 años) o aquellos entre 18 y 64 años con una puntuación en la escala de calificación de enfermedad acumulada (CIRS, por sus siglas en inglés) mayor de seis o un aclaramiento de creatinina inferior a 70 ml/min, que presentaban enfermedad activa que requería tratamiento según los criterios del taller internacional sobre LLC.

Como explica José Ángel Hernández Rivas, jefe de Servicio de Hematología en el Hospital Universitario Infanta Leonor, “la variable primaria que medía este estudio es la supervivencia libre de progresión (SLP), que era significativamente mejor en la rama de ibrutinib y venetoclax y los nuevos datos confirman que sigue siéndolo; el 67 por ciento de los pacientes están libres de progresión en esta rama con un seguimiento de 57 meses, frente al 20 por ciento de aquellos que reciben clorambucilo más obinutuzumab”. Además, el especialista resalta que “se han observado mejores resultados en aquellos pacientes que alcanzan enfermedad mínima residual (EMR)”.

Dentro del estudio GLOW también se han evaluado otros parámetros, como la supervivencia global (SG). “En la anterior actualización, hecha hace casi un año, a 42 meses, estaba aproximadamente 10 puntos de diferencia a favor de ibrutinib y venetoclax respecto a la rama de clorambucilo más obinutuzumab, y ahora ha aumentado a 20 puntos, de 84,5 al 63,7 por ciento aproximadamente”, explica Hernández Rivas. Asimismo, remarca, “esta diferencia parece que tiende a espaciarse cada vez más”.

Asimismo, se estudia como variable de eficacia el tiempo hasta el siguiente tratamiento. Cabe destacar que, en España, la combinación de ibrutinib y venetoclax está aprobada, con un tratamiento finito de 15 ciclos (13,8 meses), siendo los tres primeros con ibrutinib. “El hecho de que estos tratamientos tengan un fin y que los pacientes pasen por un período libre de tratamiento es muy interesante; se evitan resistencias a la enfermedad y efectos adversos, además de mejorar la calidad percibida por el paciente”, remarca Hernández Rivas. Asimismo, el hematólogo señala que, con un seguimiento a 54 meses, “el 88 por ciento de pacientes que reciben ibrutinib y venetoclax no necesitan volver a ser tratados”. El especialista precisa también que, “se han presentado datos y, aunque son en muy pocos pacientes, cuatro en concreto, todos han respondido cuando se les ha vuelto a tratar con ibrutinib”.

Por último, en términos de seguridad, Hernández Rivas expresa que “aunque inicialmente se registró una toxicidad más alta, se ha ido avanzando y se ha visto que al terminar el tratamiento no hay nuevas alertas en la rama de ibrutinib y venetoclax”. Respecto a las segundas neoplasias, detalla que “de momento se observa que estas no son superiores, e incluso son ligeramente inferiores a la rama de clorambucilo y obinutuzumab”.

Nuevas líneas de investigación

Hernández Rivas pone de relieve que en ASH 2023 también se han presentado resultados de CAPTIVATE, estudio de Fase II, que evaluó a pacientes adultos de 70 años o menos con LLC no tratada previamente, incluidos aquellos con enfermedad de alto riesgo, en dos cohortes: una guiada por la EMR y otra de duración fija. Una de las principales conclusiones del estudio señala que un 82 por ciento de pacientes con leucemia linfocítica crónica (LLC) no tratada previamente que recibieron tratamiento de duración fija con ibrutinib más venetoclax no necesitaron la siguiente línea de tratamiento a los 54 meses.

Los datos de GLOW y CAPTIVATE, sumados a los de nuevas aproximaciones como el estudio FLAIR, del que se han presentado datos también en ASH, revelan la importancia de esta combinación. “En FLAIR, se evalúa ibrutinib y venetoclax frente a otro régimen de quimioinmunoterapia denominado FCR (fludarabina, ciclofosfamida y rituximab) con una aproximación un poco diferente: “está guiada por la EMR”, especifica Hernández Rivas. Para el especialista esto remarca “la importancia de conseguir respuestas profundas, como está mostrando la suma de estos tratamientos, y es lo que hace que la combinación sea muy atractiva”. “En la actualidad, en LLC, la suma de ibrutinib y venetoclax es la opción preferente en pacientes mutados y no mutados para el gen IGHV, lo que puede suponer entre el 85 y el 90 por ciento de los pacientes”, añade el hematólogo.

Con todo lo expuesto, Hernández Rivas asevera que “los resultados presentados en ASH 2023 vienen a realzar los que ya existían”.


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