Un reciente estudio del Instituto Karolinska, publicado en la revista Circulation, arroja luz sobre la limitada capacidad del corazón humano para regenerar sus células musculares, los miocitos, y cómo esta capacidad se ve afectada en casos de insuficiencia cardíaca grave.
Aunque el corazón humano tiene una capacidad intrínseca de renovación celular muy baja, los investigadores han descubierto que esta disminuye aún más cuando el órgano sufre daños severos. En el contexto de insuficiencia cardíaca avanzada, el tratamiento estándar consiste en implantar quirúrgicamente una bomba conocida como dispositivo de asistencia ventricular izquierda (LVAD, por sus siglas en inglés), que ayuda a impulsar la sangre y mantener la función cardíaca.
El estudio reveló que los pacientes que utilizan un dispositivo de asistencia ventricular izquierda (DAVI) y experimentan una mejora significativa en su función cardíaca pueden regenerar células musculares del corazón a un ritmo más de seis veces superior al de un corazón sano. No obstante, el mecanismo responsable de este efecto sigue siendo un misterio, y, por el momento, no se ha planteado ninguna hipótesis que lo explique.
“Los resultados sugieren que podría haber una clave oculta para poner en marcha el propio mecanismo de reparación del corazón”, afirmó Olaf Bergmann, investigador principal del Departamento de Biología Celular y Molecular del Instituto Karolinska y último autor del artículo, quien añadió que “es difícil decirlo ofrecer una hipótesis, ya que con los datos existentes no podemos encontrar una explicación para este efecto, pero ahora continuaremos estudiando este proceso a nivel celular y molecular”.
Estos hallazgos plantean la posibilidad de desarrollar terapias innovadoras que potencien la capacidad del corazón para autorrepararse tras una lesión grave. Esto podría reducir la dependencia de los pacientes con enfermedades cardíacas avanzadas de trasplantes de corazón o dispositivos mecánicos de asistencia a largo plazo.
Estos hallazgos plantean la posibilidad de desarrollar terapias innovadoras que potencien la capacidad del corazón para autorrepararse tras una lesión grave.
Evaluar los cardiomiocitos
Para llevar a cabo la investigación se evaluó la renovación de cardiomiocitos en 52 pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada, de los cuales 28 fueron tratados con un dispositivo de asistencia ventricular izquierda (DAVI). Para ello, se midió la concentración de carbono-14 derivado de pruebas nucleares en el ADN genómico de los cardiomiocitos y se utilizó un modelo matemático para analizar la tasa de regeneración celular tanto en pacientes con insuficiencia cardíaca sin tratamiento con DAVI como en aquellos que recibieron esta asistencia mecánica.
Tras esto, los resultados que obtuvieron demostraron que la generación de cardiomiocitos en pacientes con insuficiencia terminal es extremadamente limitada, con tasas de regeneración entre 18 y 50 veces inferiores a las de un corazón sano. No obstante, en los pacientes tratados con un dispositivo de soporte del ventrículo izquierdo (DAVI), quienes experimentan mejoras funcionales y estructurales significativas en el corazón, se obtuvo un aumento en la renovación de cardiomiocitos más de seis veces superior al de un corazón sano.
En los pacientes tratados con un dispositivo de soporte del ventrículo izquierdo (DAVI) se obtuvo un aumento en la renovación de cardiomiocitos más de seis veces superior al de un corazón sano.
Determinar la edad de las células en el cuerpo humano y distinguir entre células nuevas y antiguas es un desafío complejo. Sin embargo, un método recientemente desarrollado en el Instituto Karolinska de Suecia permite medir la tasa de renovación de los miocitos en el corazón. Este método está basado en la disminución progresiva del porcentaje de carbono radiactivo en la atmósfera desde la prohibición de los ensayos nucleares en 1963, ya que las células recién formadas contienen menos radiactividad cada año, es posible “datar” su formación con precisión.
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