JOSÉ A. RODRÍGUEZ Barcelona | viernes, 18 de septiembre de 2015 h |

Un estudio dirigido por Gerardo Flórez, médico psiquiatra de la Unidad de Conductas Adictivas de Orense, muestra la buena eficacia a corto y medio plazo de la terapia estándar para tratar el alcoholismo (fármacos más psicoterapia cognitivo conductual). Para realizar la investigación, los expertos analizaron el consumo de alcohol (mediante cuestionarios estandarizados) y marcadores biológicos en 274 pacientes, que se dividieron en tres ramas. Todos recibieron terapia cognitivo conductual, y cada rama recibió además un fármaco de los empleados para combatir esta patología (amisulpride, topiramato y naltrexona).

El resultado más destacable, señaló Gerardo Flórez durante el 15º Congreso de la Sociedad Europea para la Investigación Biomédica sobre Alcoholismo, es que la eficacia del tratamiento es “muy buena a los 6 meses del inicio del mismo”. Asimismo, “aunque desciende ligeramente pasados 18 meses desde el inicio, también es eficaz”. Flórez comentó que no hubo diferencias destacables en la eficacia en función del fármaco. A los seis meses de su inicio, el tratamiento fue eficaz en un 60 por ciento de los pacientes (el 45 por ciento se mantenían abstemios y el 15 por ciento habían reducido su consumo de alcohol por debajo del nivel excesivo). Esta eficacia descendió al 50 por ciento a los 18 meses, unos resultados que Flórez calificó como “positivos”.

Marcadores biológicos

Por otro lado, la eficacia también quedó avalada por los marcadores biológicos analizados. Los investigadores midieron las transaminasas GGT y el volumen corpuscular medio. “Al inicio del tratamiento, la media de GGT de los pacientes fue de 218, cuando se considera que el nivel normal debe estar por debajo de 50. Pasados 6 meses desde el inicio del tratamiento, el nivel era de 60, y a los 18 meses era de 85, algo superior pero muy lejos del nivel inicial”, dijo Flórez.

A juicio de este experto, los resultados de este estudio avalan la eficacia de combinar estrategias farmacológicas con terapia cognitivo conductual. Y destacó que hay que prestar especial atención a los pacientes con un consumo más severo y a los que reducen su consumo de forma importante pero no alcanzan la abstinencia, ya que son los que presentan más riesgo de recaída.

Asimismo, Flórez señaló que hay marcadores de consumo directo en investigación que están ofreciendo resultados prometedores, “como el etil glucurónido (EtG), un metabolito del alcohol”.