Café de redacción

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U.G. Madrid Casi la mitad de los pacientes que inician un tratamiento médico lo abandonan antes de terminarlo o no lo cumplen siguiendo las indicaciones correctas. Garantizar la adherencia a los tratamientos repercute de forma positiva en el Sistema Nacional de Salud, ya que una correcta adecuación al tratamiento por parte del paciente consigue la curación en las enfermedades puntuales y que la patología no vaya a más en las crónicas, algo que además genera un ahorro sanitario importante. Estas fueron algunas de las ideas que se pusieron sobre la mesa en la reunión de expertos a puerta cerrada organizada por Contenidos e Información de Salud que contó con la participación de Luis Manzano, director de la Unidad de Atención a Crónicos del Hospital Ramón y Cajal de Madrid; Jesús Vázquez, gerente adjunto de Asistencia Sanitaria de la Dirección General de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud; José Manuel Ribera, catedrático de Geriatría de la Universidad Complutense de Madrid; Isabel Vallejo, vicepresidenta de la Federación Empresarial de Farmacias Españolas (FEFE); y José Luis Cobos, asesor del Consejo General de Enfermería de Madrid. Uno de los temas que más obstaculiza la adherencia a un tratamiento es la multiplicidad de recetadores. Así lo constató Ribera. “Cuando el paciente visita a varios especialistas y cada uno receta una cosa distinta sin tener en cuenta lo que han recetado los demás, las posibilidades de que se forme un lío son altas”, explicó. Además, quiso destacar que el sistema sanitario español presta la suficiente atención al seguimiento, algo que Cobos corroboró, insistiendo en la confusión que existe en la figura real que debe realizar el seguimiento y que actualmente es realizado siempre por los enfermeros. “Según palabras de Organización Mundial de la Salud, somos los enfermeros, el colectivo más imprescindible en la valoración y el seguimiento”, matizó. Desde la oficina de farmacia, Vallejo quiso reflejar la falta de tiempo que tiene el médico para dedicar al paciente como uno de los principales inconvenientes a la hora de generar una adhesión al tratamiento. Asimismo resaltó la idea de que la sociedad es bastante reticente a la medicación. “Hay gente que le tiene miedo a los medicamentos”. Falta de coordinación Uno de los puntos que, según los asistentes, influye en el incumplimiento terapéutico es la falta de coordinación entre los diferentes agentes que intervienen en el proceso de diagnóstico y prescripción del paciente. Vallejo apuntó a que esa falta de coordinación entre atención primaria y especializada hace que aparezcan duplicidades en la toma de los fármacos. “Que el paciente conozca los tratamientos es vital para que los siga, de esta forma evita tomar dos veces el mismo principio activo”, explicó la Vicepresidenta de FEFE. Algo que Manzano confirmó: “La fragmentación de la atención es algo con lo que tienen que luchar estos pacientes día tras día y hay que evitarlo. Los planes de integración se han querido poner en marcha en muchas comunidades autónomas, pero yo todavía no he visto ninguno que sea efectivo”. Asimismo, Vázquez resaltó la creación de una figura de continuidad dentro de los hospitales y cuya principal tarea sería, según palabras del gestor, “que haya una línea de continuidad de cuidados y al mismo tiempo que haya una conciliación con la medicación que trae desde el paciente desde su casa”, algo que Cobos denominó como ‘gestores de casos’ (ya instaurados con éxito en la Comunidad de Madrid) y en los que la profesión de los enfermeros tiene mucho que ver, ya que son ellos los que realizan este tipo de tareas en la actualidad. Por otra parte, Cobos, achacó esta duplicidad en los tratamientos al cambio de legislación en la dispensación de medicamentos que hay cada cierto tiempo dentro del marco español. “Cuando el médico les receta algo y en la farmacia están obligados por ley a darle el de precio más bajo, el paciente se hace un lío”, expuso haciendo referencia también a la introducción de la prescripción por principio activo. “Si el paciente viene siempre a mi farmacia yo le puedo preparar siempre la misma marca, pero si cada tres meses se van a revisar los precios menores, ante una prescripción por principio activo vamos siempre al precio menor, al más barato”, incidió Vallejo. Además la bioapariencia de los medicamentos se planteó como un tema muy controvertido para la industria. “El paciente no entiende de principios activos sino de colores y de formas, si recibe el mismo principio activo con dos presentaciones diferentes es fácil que se confunda”, alegó Manzano. Esta falta de coordinación entre los diferentes agentes implicados en dar un buen servicio al paciente se debe al alto grado de compartimentación que existe en el SNS. “En España pecamos de tener demasiados marcos legislativos y organizativos y esto hace que los profesionales estemos reclamando siempre nuestro papel. Estamos más preocupados de nuestra parcela de poder profesional que de lo que tenemos que conseguir con los enfermos, que es curarles”, expuso Vallejo, un punto en el que todos los asistentes estuvieron de acuerdo. Cobos además, quiso añadir que “existen planes de trabajo, rutas a seguir, pero todo se queda en la teoría, cuando lo importante es que ese tipo de ideas se puedan trasladar a la realidad, cosa que no se está haciendo hoy en día”. Tiempo para educar Sin duda alguna, uno de los principales problemas con los que tienen que luchar los facultativos a la hora de conseguir una buena adherencia a los tratamientos es el tiempo que se dedica a cada paciente. En este sentido el representante de los enfermeros destacó que “el sistema tiene que ser consciente de que los profesionales necesitan tiempo y recursos para poder realizar sesiones de formación a sus pacientes”. Muchos de los tratamientos que se prescriben han de ser explicados, pero los gestores piden eficiencia a los facultativos recortando el tiempo que han de dedicar a cada paciente, algo que Vázquez, como miembro de la administración, señaló como importante. En palabras del catedrático de Geriatría, “la educación sanitaria no ha sido un punto preferente en ninguno de los programas ministeriales, algo que influye en el seguimiento de los tratamientos”, a lo que Vallejo añadió que “es necesario conseguir una comprensión de la enfermedad por parte del paciente, y por tanto, su compromiso para conseguir esa adherencia”. Tal y como apuntó el director de la unidad de Atención a crónicos del Hospital Ramón y Cajal en la educación del paciente está implicada la familia porque muchos son dependientes. “El contacto que tenemos no es con el paciente en sí mismo, sino con el familiar o cuidador y es la figura del enfermero la que aborda estos problemas que mezclan lo social con lo sanitario. Trabajar con ellos para identificar sus necesidades e instaurar un tratamiento acorde es lo principal”, aseveró. Asimismo, las asociaciones de pacientes también tienen su utilidad en lo que a educación sanitaria respecta con el fin de lograr una mayor adherencia a los tratamientos. “Aunque existen asociaciones de manera independiente, se necesita una plataforma de atención al paciente crónico nacional donde cada uno aporte su experiencia, ya que esto puede enriquecer a los demás pacientes y ayudar en su adherencia”, quiso dejar claro Manzano, a lo que Vázquez agregó que “estas asociaciones deben formar parte del proceso asistencial”. Vallejo, por su parte, quiso matizar que la educación es un punto fundamental, pero que lo importante para el paciente es el contacto humano. “Sobre todo en las personas mayores que están mucho tiempo solas, tener un contacto de confianza que les haga el seguimiento y les ayude a controlar su tratamiento es muy importante”. El concepto de la autorresponsabilidad de los pacientes también está ligado a la idea de la educación sanitaria. “El paciente debe ser autorresponsable y partícipe de su problema de salud, un mensaje que han de saber dar tanto médicos y farmacéuticos, como enfermeros y cualquier persona que forme parte del seguimiento terapéutico del paciente”, indicó el gestor. Tecnologías e Internet El desarrollo de las nuevas tecnologías ha ayudado a plantear distintos modos de garantizar la adherencia a los tratamientos de los pacientes. La receta electrónica o la historia única son herramientas basadas en la tecnología que pueden ayudar a reducir el abandono de las terapias, pero la experiencia ha demostrado que no son suficientes para que se cumplan las indicaciones. Los ponentes destacan la importancia de estas tecnologías como herramientas de gestión básicas para los facultativos. “El personal médico, los enfermeros y los farmacéuticos sí que pueden beneficiarse de estas nuevas tecnologías para realizar su trabajo, pero para los pacientes todavía no está clara su funcionalidad”, comentó Ribera refiriéndose a que no todo el mundo tiene acceso a las nuevas tecnologías y hay personas que tienen menos capacidad para asumir nuevos conocimientos como es el caso de las personas de la tercera edad. “Las nuevas tecnologías nunca van a suplir a la comunicación directa”, asintió, un tema en el que Vallejo se mostró a favor, aclarando que internet tendrá una mayor penetración no en esta generación sino en las venideras. “Los crónicos de ahora, que son los que mayores dificultades tienen para seguir un tratamiento, no manejan esas tecnologías”, apostilló. Sin embargo, el asesor del Consejo General de Enfermería de Madrid discrepa en este punto e insiste en que hay que incorporar las nuevas tecnologías en la vida del paciente y en sus cuidadores pero matizando. “En este punto hay que ser muy creativos, es decir, yo no estoy diciendo que haya que darles un iPad para que se acuerden de su tratamiento, estoy abogando por sistemas muy sencillos, como por ejemplo, un teléfono que suene a la hora de tomar la medicación”, argumentó. Además, quiso hacer una mención especial a la problemática que constituye internet como modo de información entre los más jóvenes. “El paciente que tiene acceso a internet, es diagnosticado por el médico pero acto seguido se informa en internet y modifica su tratamiento según lo que lee en la red, esto es algo que se debe acotar ya que no beneficia el cumplimiento terapéutico”. Lo que sí es cierto es que las nuevas tecnologías pueden ayudar a crear sistemas de control de tratamientos y también pueden ayudar a modernizar. Asimismo, utilizar las nuevas tecnologías y los medios de comunicación para concienciar a la población es básico. “La promoción a través de campañas de concienciación sería algo que podría ayudar en la importancia de cumplir los tratamientos”, argumentó Vázquez. La visión de la crisis Todos los ponentes coincidieron una vez más al afirmar que lograr el cumplimiento terapéutico tiene un gran alcance social definido desde una órbita sociosanitaria que nace, según Ribera, con la ley de dependencia. Cobos destacó su importancia e hizo hincapié en que la historia clínica se integre y debe actualice con datos sociales del paciente. Pero, ¿cómo saber si el paciente toma o no toma el tratamiento? se preguntó Manzano, es algo que es difícil de saber pero que, para la identificación del problema, debería saberse. Cobos abogó, una vez más, por las tecnologías como herramienta para ejercer ese control, a lo que Vallejo replicó que “una receta electrónica solamente facilita algo en el sentido de que sabes que cada 28 días se lleva un medicamento pero luego si lo toma o no, no lo sabes”. La Vicepresidenta de FEFE, además, quiso añadir, que el único modo de saber si un enfermo toma sus medicamentos es que su familiar o cuidador ejerza el control sobre él. Por otro lado, uno de los problemas que más preocupa actualmente al sistema sanitario es la crisis económica y el recorte del presupuesto destinado a la sanidad, algo que para el paciente crónico, que es el que más problemas de adherencia al tratamiento experimenta, puede ser nefasto. Pero ante esta coyuntura económica adversa, los asistentes destacaron que se trata de un buen momento para redefinir la estrategia de la sanidad pública y el modelo. “La crisis nos ayudará a todos a ser más eficientes. Vamos a tener que buscar fórmulas imaginativas para que podamos ayudarnos a conseguir objetivos”, destacó Vázquez. Vallejo por su parte insistió en la necesidad de cambiar la orientación del sistema y deshacer los compartimentos estancos en los que se basa ahora mismo la sanidad. Esto ayudaría a la interacción entre los profesionales. “La gran ventaja que puede tener la crisis económica es que nos obligará a repensar y a redimensionar el SNS ya que éste se deteriorará por falta de dinero y habrá que reidearlo y reformularlo para lograr un buen funcionamiento”, sentenció. | viernes, 08 de junio de 2012 h |

Es difícil ejercer un control real sobre la toma de los medicamentos

La tecnología debe plantear soluciones creativas porque muchos pacientes no saben usarla

Luis Manzano
Director de la unidad de Atención a Crónicos del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

“El sistema sanitario está demasiado parcelado, no hay una visión global y conjunta y esto hace que se tomen decisiones erróneas e ineficaces que contibuyen al incumplimiento terapéutico. Hay que hacer entender que un mayor gasto sanitario en farmacia puede ahorrar en ingresos hospitalarios”.

Jesús Vázquez
Gerente Adjunto de Asistencia Sanitaria de la Dirección General de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud.

“Cada agente sanitario tiene su papel pero habrá que potenciar líneas de mejora y modelos de integración incluyendo las tecnologías, las asociaciones de pacientes, etc., y también trabajar para que el paciente se autorresponsabilice de su tratamiento”.

José Manuel Ribera Catedrático de Geriatría de la Universidad Complutense de Madrid.

“Las tecnologías tienen mayor utilidad para el profesional médico, el enfermero o el farmacéutico que para el propio paciente. La gente más anciana tiene menos capacidad de asumir este tipo de cosas, por ello hay que reforzar la comunicación directa. Las nuevas tecnologías no suplen, ni suplirán la comunicación cara a cara”.

Isabel Vallejo
Vicepresidenta de FEFE.

“La consecuencia de la crisis económica es que estamos sufriendo recortes que no ayudan al desarrollo del Sistema Nacional de Salud. Sin embargo, esta crisis puede tener una ventaja. Quizá esta situación límite nos haga replantearnos todo el sistema sanitario y redimensionarlo, ya que con ello vamos a conseguir sacarle mejor partido a los recursos de los que disponemos”.

José Luis Cobos
Asesor del Consejo General de Enfermería de Madrid.

“Tenemos que trasladar a la realidad todo lo que hablamos en los diferentes foros. Creernos lo que decimos y aplicarlo. El paciente debe ser el centro de todos los esfuerzos y los profesionales debemos trabajar para él, coordinándonos, integrando nuestros procesos y poniéndonos de acuerdo entre nosotros para que al final, el tratamiento del paciente sea efectivo”.

Se necesita más coordinación entre la atención primaria y la especializada

El sistema sanitario español no favorece el seguimiento de los pacientes crónicos