josé A. rodríguez Barcelona | viernes, 17 de abril de 2015 h |

El Hospital Clínic de Barcelona ha desarrollado un software que se instala en el teléfono móvil de los pacientes bipolares o con adicciones y que permite monitorizar su consumo de sustancias y cambios en el estado de ánimo. Así lo explicó Eduard Vieta, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínic de Barcelona, durante el 4º Congreso Internacional de Patología Dual. “Les avisa cuando tienen que tomar la medicación y monitoriza mediante GPS, en el caso de los pacientes bipolares, si se están moviendo demasiado o si están realizando demasiadas llamadas”. Si el programa detecta algo anormal, “les avisa para que tengan cuidado”, apuntó Vieta. “Estamos realizando un estudio para comprobar la eficacia de su uso”, añadió este experto.

Más casos de patología dual

Otro de los temas que se comentó en el congreso es que los casos de patología dual están aumentando en los últimos años debido especialmente a la mayor disponibilidad de sustancias. Como explicó Néstor Szerman, presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), “más de la mitad de las personas con trastorno mental sufrirán un trastorno por abuso de sustancias”. Por su parte, Miquel Casas, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron y presidente del Congreso, señaló “que hay sustancias, como el cannabis, que aunque no están legalizadas son muy accesibles”. La normalización del uso de sustancias como ésta puede causar que, por ejemplo, los adolescentes más vulnerables emocional y conductualmente desarrollen patología dual. Casas explicó que los trastornos que se asocian más frecuentemente con el abuso de sustancias en la adolescencia son “los trastornos por conducta disruptiva, comportamientos inapropiados que no se ajustan a las normas socialmente aceptadas, y cuadros depresivos”.

Los expertos también señalaron que la irrupción del consumo de sustancias como las setas mágicas, la marihuana sintética (spice), los cannabinoides sintéticos o los analgésicos opioides pueden provocar el inicio de una “carrera adictiva” hacia otras sustancias. Asimismo, Szerman alertó de un fenómeno poco conocido todavía, que es el del “abuso o dependencia de fármacos hipnosedantes o ansiolíticos y analgésicos entre las personas mayores”.

Eduard Vieta también comentó los principales cambios que se han producido en la última edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) en relación a las adicciones y al trastorno bipolar. “El trastorno bipolar ahora tiene un apartado propio, y no está incluido dentro de los trastornos del estado del ánimo”. Además, apuntó este experto, “ya podemos diagnosticar la manía a pesar de que ésta se haya iniciado con un consumo excesivo de una sustancia como la cocaína. Es evidente, y así lo señalan los estudios, que si una persona consume cocaína y su estado maníaco se prolonga por un tiempo largo, como un mes, hay un problema más profundo que el simple consumo”.

Asimismo, en una encuesta realizada por la SEPD a 700 profesionales, nueve de cada diez reclamaron aumentar los recursos específicos y más del 70 por ciento no conocían de manera plena con qué opciones asistenciales contaban en su comunidad. Szerman apostó por integrar los servicios asistenciales para adicciones y trastornos mentales para mejorar el tratamiento de los pacientes.