La única vía de acceso que parece que existe en estos momentos hacia la profesionalización de las urgencias la han ocupado los residentes que sienten vocación por este área. Así lo han expuesto durante el Congreso Nacional de Semes, donde los MIR han hecho balance de su situación en los servicios de urgencias. El instrumento: el Grupo de Residentes que hace un año creó la sociedad para acoger a todos aquellos profesionales que se sentían identificados con la especialidad, a pesar de no estar reconocida.
Tal y como explica Iria Miguens Blanco, responsable de la secretaría MIR, uno de los principales motivos por los que se crea este grupo es por la cantidad de residentes decididos a trabajar en un servicio. A pesar de que no existe una formación específica de urgencias, “cada vez hay más profesionales dispuestos a entrar en este área”, explica. A la vista está que “hemos pasado de tener representantes en algunas comunidades, a cubrir todas las autonomías”.
Sin duda, fijar unos objetivos formativos comunes, poner las herramientas necesarias para llevarlas a cabo y trabajar en equipo, ayudará a alcanzar las metas propuestas. De esta forma, se potenciará la necesidad explícita de la creación de una especialidad en MUE, para poder ofrecer a los pacientes la mejor calidad asistencial.
Asimismo, el desarrollo de competencias como la investigación, fundamental en el periodo de la residencia, es algo que ya se está abordando en el grupo siendo un área que, al carecer de un organigrama docente concreto, se tiende a abandonar, obviando así su relevancia.
Además, como explica Miguens el grupo respalda los intereses de los residentes que trabajan en servicios de urgencias y que por tanto en un futuro se quieren dedicar a ello.
Asimismo, promover la formación específica en materia de urgencias y emergencias es una de las vías que más se está potenciando. De modo que, la organización de cursos y cualquier otra actividad formativa en relación con las necesidades de los residentes es una de las maneras que tienen junto a la “difusión científica, dudas, iniciativas, jornadas, congresos, etc.”, comenta Miguens.
Gestión Clínica
Por otro lado, durante el congreso, la gestión clínica también ha formado parte del debate entre los urgenciólogos. Y es que para el vicepresidente de Semes y jefe del servicio de urgencias del Hospital de Donostia, Pablo Busca, la desinformación que existe con respecto a este tema es una realidad. “Todo el mundo entiende algo diferente por gestión clínica”, explica, al tiempo que advierte de que no es posible hacer gestión sin autonomía de decisión. Un problema que considera está rigiendo la dinámica habitual en los centros, ya que “no existe confianza para delegar decisiones por parte de los políticos”.
A su juicio, antes de hablar de gestión clínica es necesario transformar el modelo y poner a disposición de los servicios las herramientas necesarias. Si bien, el primer paso a dar en este sentido es la gestión de los profesionales. “Lo importante es el personal, pero sin su reconocimiento, como es nuestro caso, no se puede hacer buena gestión”. De este modo, vuelve a relucir la falta de una especialidad, que está frenando el desarrollo de las urgencias.