El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha denunciado que este verano se cerrarán al menos 10.258 camas hospitalarias en todo el país, lo que, según la organización, provocará un aumento de las listas de espera, una peor atención sanitaria y una sobrecarga insoportable para los profesionales, especialmente las enfermeras.

Los datos recabados por SATSE en las distintas comunidades autónomas (CCAA) revelan que esta práctica se repite cada verano, con cifras similares a años anteriores: en 2023 se cerraron 9.809 camas; en 2022, 8.594; y en 2021, 9.632. El año pasado fueron 10.463 camas, aunque sin incluir los datos de la Comunidad de Madrid.

Según la organización sindical, el cierre de camas, junto con la suspensión de consultas, pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas, responde a una estrategia de “ahorro económico” por parte de las administraciones sanitarias, que “priorizan el equilibrio presupuestario por encima de la salud y el bienestar de los pacientes y profesionales”.

Asimismo, SATSE alerta de que esta situación provocará un incremento en las listas de espera para ser intervenido o acceder a pruebas diagnósticas, lo que puede agravar el estado de salud de muchas personas. “Una vez más, las administraciones han descartado aprovechar el periodo estival para reducir las listas de espera, priorizando sus cuentas antes que a las personas”, critican desde la organización.

Enfermeras trabajando “por dos”

Por otro lado, SATSE también denuncia que entre el 40%-50% de los profesionales de la enfermería no son sustituidos durante el verano en algunas comunidades. Esta falta de cobertura incrementa “la sobrecarga de trabajo en unas plantillas ya deficitarias durante todo el año”.

Además, el sindicato señala que muchos profesionales son desplazados a otros servicios o unidades, lo que deteriora la calidad asistencial, al no estar familiarizadas con las nuevas áreas de trabajo, y aumenta el riesgo de estrés y otros problemas de salud laboral.

La situación se agrava especialmente en zonas turísticas, donde la población se duplica o triplica durante los meses estivales, generando una enorme presión asistencial en los centros sanitarios, que no cuentan con los recursos humanos ni materiales suficientes para atender esa demanda extra.

Cierres por CCAA

SATSE ha publicado el cierre de camas por CCAA: en Andalucía se cerrarán, al menos, 2.200 camas; 1.539 camas en Madrid -con datos de ocho hospitales-; 1.300 en Cataluña, y 910 en la Comunidad Valenciana. En Aragón y Galicia, se cerrará 700 camas, respectivamente, mientras que en el País Vasco el cierre previsto es de 619 camas.

Por su parte, en Extremadura, la cifra estimada es de 500 camas cerradas; 373 en Castilla-La Mancha; 370 en Asturias y 317 en Murcia. En Castilla y León, será, al menos, 250 camas; en Cantabria, 164; 146 en Navarra; 116 camas cerradas en Baleares y 54 en La Rioja. En Canarias y Ceuta, no se prevén cierres.

El sindicato de enfermería incide en que los hospitales cierran camas porque “no cuentan con el personal suficiente para sustituir convenientemente a los profesionales que se van de vacaciones o causan baja por una enfermedad, accidente laboral o cualquier otra incidencia”.  

El Foro de médicos denuncia la misma situación

La enfermería no es el único colectivo que denunciado esta situación, que ha medida que avanza el verano se hace mas tangible en los centros sanitarios. El Foro de la Profesión Médica ha expresado su preocupación por la falta de médicos para cubrir la asistencia sanitaria durante el periodo estival. Denuncia, “una vez más“, la ausencia crónica de previsión por parte de las Administraciones y advierte de sus consecuencias tanto para la adecuada atención a los pacientes como para garantizar unas condiciones laborales dignas y seguras para los profesionales.

El Foro de Médicos ha reiterado que la falta estructural de profesionales en el sistema sanitario no puede ni debe solucionarse mediante una “mayor sobrecarga asistencial ni renunciando al derecho al descanso del personal médico“. Este derecho, subrayan desde la organización, es esencial no solo para proteger la salud física y mental de los profesionales, sino también para garantizar una atención de calidad a la ciudadanía.

Además, la organización alerta de que “paliar las carencias de personal con medidas como el aumento de guardias o la ampliación indefinida de las agendas no solo resulta ineficaz, sino que empeora la situación”. Aseguran que estas prácticas provocan un deterioro en las condiciones laborales, con consecuencias directas sobre el bienestar de los profesionales y sobre la calidad asistencial que reciben los pacientes.

Ante esta situación, el Foro exige a las Administraciones sanitarias competentes que asuman su responsabilidad en la correcta planificación de los recursos humanos y adopten medidas estructurales, eficaces y sostenibles. También insisten en que la continuidad y calidad de la atención sanitaria no pueden depender del sacrificio permanente de los médicos, un modelo inviable e injusto que amenaza la estabilidad del sistema.


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