“Ay, tienes que bajar de peso”, “pero, ¿vas al gimnasio?”, “ay, esa barriga… ¿Qué vamos a hacer con ella?”, “si estuvieses más delgadita te estaría mejor la ropa…”. Se tratan de comentarios que a menudo escuchan las personas que sufren de obesidad o sobrepeso, incluso de sus propios familiares. Y, aunque el objetivo de estas frases sea que la persona mejore su estado de salud, Elena García, doctora en psicología clínica y de la salud, e investigadora en el Hospital Universitario la Paz-IdiPAZ, asegura que esta no es la forma de hacerlo.

Para visibilizar y abordar la obesidad y el sobrepeso desde un enfoque endocrino-psicológico, el movimiento ‘Más Grande Que Yo’ -lanzado por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y Novo Nordisk- ha puesto sobre la mesa, por primera vez, los falsos mitos que las rodean. Empezando por recordar que se trata de una enfermedad, por lo que esta conlleva sus correspondientes riesgos y patologías asociadas. Más allá de los hábitos dietéticos e higiénicos, las emociones, la genética y las hormonas también juegan un papel fundamental“, indica Cristóbal Morales, vocal de la junta directiva de la SEEDO, y endocrinólogo del hospital vistas Sevilla y del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla.

Tal es la profundidad de las “raíces” de la obesidad que Morales asegura que “se trata de una patología que empieza en el útero materno“. “Por lo tanto -prosigue-, tiene un componente genético, biológico, psicosocial y familiar muy profundo. Es una de las razones por las que solemos tratar a la familia entera para que nos ayude a cambiar hábitos de vida no saludables”.

“La obesidad es una patología que empieza en el útero materno”

Cristóbal Morales, vocal de la junta directiva de la SEEDO

Problemas psiquiátricos asociados

En palabras de Morales, “la discriminación percibida por el peso también se asocia a un mayor número de problemas psiquiátricos”, apunta Morales y, al igual que él, Elena García explica que (la obesidad y el sobrepeso) todavía se tratan como un tema tabú, del que todavía falta información.

Una opinión que Vicky Martín, embajadora del movimiento ‘Más grande que yo’, comparte y asegura que lo ha vivido en sus ‘propias carnes’. “Cuando el profesor de gimnasia del colegio nos hacía saltar el potro, yo lo pasaba muy mal, porque no podía y me daba vergüenza. He convivido con la palabra ‘gorda’ mucho tiempo“, rememora la activista.

Según Morales, esto implica que las personas que viven con obesidad experimenten con frecuencia síntomas de ansiedad (70,3 por ciento) y depresión (66,2 por ciento), derivadas de su exceso de peso.

En esta dirección, el endocrinólogo destaca que estos problemas psiquiátricos tienen un papel muy influyente en el éxito del tratamiento. Por ello, el experto opina que la mayoría de los equipos multidisciplinares de tratamiento de la obesidad deberían incluir profesionales de la salud mental.

“Cuando el profesor de gimnasia del colegio nos hacía saltar el potro, lo pasaba muy mal, porque no podía y me daba vergüenza. He convivido con la palabra ‘gorda’ mucho tiempo

Vicky Martín, embajadora del movimiento ‘Más grande que yo’

La alimentación no es el único factor

Elena García, por su parte, recuerda que la comida actúa como un anestésico emocional y “nos aleja de la soledad, el tedio, la ansiedad o la tristeza”. Estas son las emociones que más influyen en la ingesta emocional. García detalla que el comer, y más exactamente el masticar, suponen un gasto de energía que, en ocasiones, se transforma en una rápida forma de reducir la ansiedad.

“¿Quién no se ha pedido una pizza un día que estaba estresado o se ha comido un helado porque estaba triste? El problema no es hacer eso. El problema es que esta sea tu única estrategia para manejar la frustración”, reflexiona García.

las personas que viven con obesidad experimentan con frecuencia síntomas de ansiedad (70,3%) y depresión (66,2%), derivadas de su exceso de peso

En datos, García apunta a que un tercio de los jóvenes con obesidad que busca tratamiento presenta trastornos de alimentación, y se calcula que el 75 por ciento de estos jóvenes presentar ansiedad a lo largo de su vida.

Asimismo, García insiste en el mensaje principal del movimiento ‘Más Grande Que Yo’: la solución a la obesidad no es tan sencilla como seguir una dieta, puesto que los hábitos se hallan arraigados en la biografía del paciente. “Cualquier tratamiento que no contemple la esfera emocional y psicológica del individuo fracasará”, sentencia.

Un abordaje médico con perspectiva de género

Tal y como apuntan ambos expertos, se trata, al igual que otras muchas enfermedades, de una patología con perspectiva de género. Esto se debe, apunta la psicóloga García, a que se han establecido unos cánones de belleza que “no son sanos y, a largo plazo, son insostenibles”.

“En el caso de las mujeres, una baja autoestima, una alta necesidad de validación externa o la existencia de valores imperantes de juventud, belleza y delgadez son motivos principales que aumentan el impacto de la obesidad en la salud mental. La solución pasa por aprender a darnos el sí a nosotros mismos y no esperar la aprobación de los demás. A la mente humana le encanta señalar juzgar y comparar. Tenemos que intentar reducir esta actitud”, afirma.

“Cualquier tratamiento que no contemple la esfera emocional y psicológica del individuo fracasará”

Elena García, doctora en psicología clínica y de la salud, e investigadora en el Hospital Universitario la Paz-IdiPAZ

En esta misma línea, García explica que se debe terminar con la ridiculización del gordo como si fuera un ciudadano de segunda línea porque no cumple los cánones de perfección marcados “perversamente” por la sociedad.

“No todo depende de la voluntad. Hay una carga genética que hay que atender. La genética carga el arma, el ambiente la dispara. No estamos para generar culpas, sino para promover ejercicios de responsabilidad. Es fundamental escuchar y abordar el sufrimiento asociado con la obesidad”, concluye la experta.


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