Médicos internistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) han presentado un nuevo protocolo pionero para el despistaje, valoración y abordaje integral de la obesidad en las personas mayores de 65 años que valora tanto su fragilidad, como su estado funcional y cognitivo. A pesar de la existencia de muchas guías y recomendaciones de práctica clínica sobre obesidad, hasta la echa ninguna estaba enfocada al manejo de la obesidad en el paciente mayor de forma integral, teniendo en cuenta aspectos como su fragilidad o su nivel cognitivo; aspectos claves para implementar un tratamiento personalizado, de ahí la importancia de este nuevo documento impulsado por el Grupo de Trabajo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Este protocolo, el primero de similares características e impulsado por médicos internistas de SEMI, establece a través de preguntas sencillas, un perfil de paciente -en función de su grado de fragilidad, sarcopenia y situación cognitiva- para ofrecer un plan de tratamiento individualizado: reducido (intensifica intervenciones no farmacológicas y preserva calidad de vida evitando dietas restrictivas) o conservado (con intervención farmacológica, además de pautas de estilo de vida y otras recomendaciones).

Según Ricardo Gómez Huelgas, internista miembro de SEMI: “La obesidad es un problema sanitario de primer orden en todos los países occidentales, y la lucha contra la obesidad es una prioridad en todo nuestro sistema sanitario. El principal fenómeno demográfico es, en nuestras sociedades, el envejecimiento poblacional y, desde el punto de vista biológico, las personas mayores, las personas de edad avanzada, tienden a incrementar el porcentaje de grasa corporal y la adiposidad, que en fases avanzadas de la vida puede acompañarse de un estado de desnutrición. Valorar estos aspectos es clave para que la persona mayor tenga una buena calidad de vida, y una buena capacidad de autocuidado. Existen muchas guías y recomendaciones de práctica clínica sobre obesidad, pero ninguna está enfocada al manejo de la obesidad en el paciente de edad avanzada, por lo que este nuevo protocolo es fundamental”.

En palabras de Pablo Pérez, internista miembro de SEMI: “a la hora de plantear el manejo clínico de la obesidad en personas mayores de 65 años es importante valorar el estado funcional y si el paciente presenta sarcopenia o deterioro cognitivo. En caso de que estos estén conservados, se plantean diferentes escenarios clínicos: en un paciente con IMC entre 30 y 34,9 estaría indicado intensificar el estilo de vida saludable; en aquellos pacientes con IMC entre 35 y 39,9 es importante valorar también si presenta otras comorbilidades y el  impacto que estas tienen sobre la limitación del paciente, así como la posible prescripción de medicación. En el último escenario clínico, por encima de IMC de 40, se recomienda intensificación del estilo de vida saludable, tratamiento farmacológico y en algún grupo de paciente específico incluso se puede valorar la cirugía bariátrica”.

“En el manejo clínico de la obesidad en personas mayores de 65 años es importante valorar el estado funcional y si el paciente presenta sarcopenia o deterioro cognitivo. En caso de que estos estén conservados, se plantean diferentes escenarios clínicos”

Pablo Pérez, internista miembro de SEMI

Por su parte, Juana Carretero, internista y vicepresidenta primera de SEMI indica que “el abordaje de la obesidad debe ser personalizado, individualizado y centrado en la persona que la padece, especialmente en las personas mayores de 65 años, aunque a veces  en consulta no pensemos en tratar su obesidad. Es muy importante valorarlas de forma integral y tener muy en cuenta también su obesidad. Más del 40 por ciento de personas de mayores de 65 años tienen obesidad, y si hablamos de obesidad abdominal es superior al 70 por ciento. El abordaje de la obesidad en este grupo poblacional debe ser diferente al del resto de la población o de las personas jóvenes. En estas personas, debemos valorar también su estado cognitivo y funcional, para ello, con test y escalas como las de fragilidad (FRAIL), sarcopenia (SARC-F) y de deterioro cognitivo (PFEIFFER), podemos saber si la persona tiene un estado basal conservado o reducido, y, en función de ello, asegurar una correcta valoración y guiar el tratamiento integral de la forma más adecuada en este perfil de paciente”.

La obesidad, una enfermedad crónica y multifactorial

La obesidad es una enfermedad metabólica crónica, compleja y multifactorial, implicada en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes mellitus tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y hasta en, al menos, 13 tipos de cáncer. Es necesario que la atención a las personas con obesidad sea una parte esencial de la visión integral que la medicina interna aporta a la persona enferma. Según los últimos datos de la OMS, en Europa uno de cada 3 adolescentes vive con sobrepeso y el 60 por ciento de la población adulta tiene obesidad.

En España, el 25 por ciento de la población adulta vive con obesidad y más del 60 por ciento tiene sobrepeso. Además, en medicina interna, uno de cada 4 pacientes que acude a consulta padece obesidad, especialmente en forma de obesidad abdominal, es decir, tiene un perímetro de la cintura “por encima de los límites considerados normales”, indica la vicepresidenta primera de la SEMI.

Este hecho, los convierte en pacientes de alto riesgo, “con mayor probabilidad de desarrollar comorbilidades como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad renal crónica, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer”, recuerda. Además, la obesidad “aumenta la morbimortalidad de los pacientes con fibrilación auricular, con enfermedades cardiovasculares, con enfermedades pulmonares o renales”, apunta Carretero. En Europa, produce 1,2 millones de muertes anualmente. Pero además, aumenta la posibilidad de desarrollar incapacidad funcional que, en última instancia, “empeora la calidad de vida de nuestros pacientes”.


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