Desafíos actuales en el cribado del cáncer colorrectal: Un sistema que necesita rediseño

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El cáncer colorrectal (CCR) representa una de las mayores amenazas para la salud pública en todo el mundo. Con una incidencia que lo coloca como uno de los cánceres más comunes tanto en hombres como en mujeres, la detección temprana a través de programas de cribado es crucial para incrementar la supervivencia. El ministerio de sanidad ha anunciado a través del DG de salud pública, pedro Gullón, que ampliará hasta los 74 años los cribados en CCR, alineándose con las recomendaciones de internacionales. Sin embargo existen varios desafíos que limitan la efectividad de estos programas, especialmente en el contexto de una población envejecida y las limitaciones de las técnicas de cribado actuales.

La necesidad de universalidad y acceso

El cribado del cáncer colorrectal se enfrenta a un problema de desigualdad territorial significativa. Mientras algunas regiones han logrado impulsar programas de éxito que alcanzan a casi toda su población objetivo, otras han quedado rezagadas. La eficacia de un programa de cribado no solo se mide por su capacidad de detectar cáncer, sino también por su accesibilidad para toda la población elegible. La nueva medida de incorporar a los cribados de CCR las personas de hasta 74 años afecta a una población diana de más de 2 millones de personas.

Las limitaciones de los métodos de cribado actuales

Las pruebas de cribado más utilizadas, incluyendo el test de sangre oculta en heces y la colonoscopia, presentan limitaciones significativas que afectan a su eficacia. El test de sangre oculta en heces, aunque no invasivo y fácil de administrar, tiene una sensibilidad limitada y puede producir falsos positivos que necesitan confirmación mediante colonoscopia. Por otro lado, la colonoscopia, considerada el estándar de oro para el diagnóstico de cáncer colorrectal, es un procedimiento costoso, invasivo y no exento de riesgos como perforaciones o sangrado.

Además, la eficacia de estos métodos de cribado para personas mayores de 74 años no está bien establecida, lo que plantea un dilema sobre cómo manejar el cribado en una población como la española que está envejeciendo rápidamente.

Desafíos del cribado y adherencia

Un factor crítico en la eficacia de los programas de cribado es la adherencia de la población a las recomendaciones de cribado. La participación en estos programas se afecta por varios factores, incluyendo la concienciación sobre la enfermedad, la percepción del riesgo personal, la accesibilidad a las pruebas de cribado y la simplicidad del proceso de cribado. Además, la pandemia de COVID-19 ha introducido complicaciones adicionales, desviando recursos del sistema sanitario y reduciendo la participación en programas rutinarios de cribado.

El futuro del cribado: innovación y personalización

Ante estos desafíos, se necesita una renovación en los enfoques de cribado. Una dirección prometedora es la personalización del cribado basada en el riesgo individual. Esto podría incluir factores genéticos, historial familiar y otros biomarcadores que puedan predecir con mayor precisión el riesgo de cáncer colorrectal.

Además, la investigación ha continuado con métodos de detección menos invasivos y más precisos, como pruebas basadas en ADN en sangre, o incorporar el estudio de la flora bacteriana de la mucosa del individuo, lo que ha revolucionado el campo del cribado. Estas pruebas, al ser menos invasivas y potencialmente más aceptables para los pacientes, podrían mejorar la participación y permitir una detección más temprana y más frecuente.

Innovación destacada

Entre las innovaciones más prometedoras en el campo del cribado del cáncer colorrectal se encuentra la combinación del test Inmunológico de sangre oculta en heces (FIT) con la determinación de la firma microbiológica CCR en la muestra fecal. El test presenta mayor precisión y capacidad de detección de la lesión precancerosa, ofreciendo también una reducción de colonoscopias innecesarias y evitar falsos positivos que llevan a dichas colonoscopias. De esta forma, se complementa los métodos de cribado existentes mediante la detección de una firma microbiológica específica de CCR en muestras de heces. La innovación ha permitido identificar marcadores específicos de la enfermedad con una precisión significativamente mayor que los métodos tradicionales.

A medida que la población mundial envejece, el desafío de mantener y mejorar los programas de cribado de cáncer colorrectal se vuelve más urgente. La clave para el futuro no solo radica en la mejora tecnológica sino también en una política de salud que promueva la equidad y el acceso. Solo mediante la adaptación de nuestros sistemas de salud para afrontar estos desafíos podremos reducir la carga del cáncer colorrectal a través de la detección temprana y la intervención eficaz. La nueva estrategia de salud pública a diseñar en relación al CCR es un ejemplo claro de cómo la innovación puede liderar este cambio.