Cada 13 de febrero, el Hospital Fundación Jiménez Díaz suma 365 días más a su contador personal de experiencias, retos, lecciones y aprendizajes. Con la celebración de los 86 años del Instituto de Investigaciones Clínicas y Médicas y los 66 de la Clínica de la Concepción, esta fecha ha cobrado más importancia en un año golpeado por la pandemia. La COVID-19 ha provocado uno de los momentos más difíciles a los que se ha enfrentado la institución, pero estas circunstancias también han servido de caldo de cultivo para que sea el momento más necesario para rendir un homenaje transversal a todos los profesionales que forman parte de sus instalaciones.

Numerosas fotografías han invadido distintos puntos del hospital, cristaleras, pasillos o la propia fachada dando protagonismo a 25 profesionales de todos los servicios, unidades, departamentos y áreas del hospital que han sido elegidos en representación de sus respectivos colectivos. Los esfuerzos que han vivido todos los profesionales, especialmente durante los últimos meses, se han visto reflejados a través de la campaña de homenaje. El lema “Gracias, de corazón” vertebra las fuerzas que han sacado para enfrentarse a la pandemia todos y cada uno de los profesionales que forman parte del hospital.

Fachada del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.

Y es que el papel de cada profesional que trabaja en el Hospital Fundación Jiménez Díaz ha sido fundamental para conformar ese “latido colectivo” que ha unido el compañerismo en una misma dirección: garantizar la calidad asistencial de los pacientes.

Trabajar en red

En este sentido, es tan importante la técnica del médico intensivista para intubar y manejar a los pacientes como la desinfección de los espacios por parte del equipo de limpieza. Este es el mensaje que destaca el director médico de la Fundación Jiménez Díaz, Javier Arcos, quien subraya la principal lección aprendida tras el comienzo de la pandemia: la importancia de trabajar en redes para afrontar un problema conjunto.

En esta línea, a nivel hospitalario, “para atender a un paciente que entra en urgencias y requiere hospitalización, cerca de 300 profesionales han intervenido para hacerlo posible”. Así lo señala Arcos, que destaca “el compañerismo y la camaradería” como uno de los rasgos distintivos del hospital.

La sensación de pertenencia al hospital, las redes de colaboración multidisciplinares y el sentimiento de gratitud entre compañeros son algunos de los pilares que han consolidado un vínculo “que nunca antes había existido”, señala.

La transformación del hospital a nivel estructural, como en equipos de colaboración, ha sido uno de los retos a los que se ha enfrentado el hospital madrileño. En este sentido, para poder asegurar el éxito, el hospital se basa en tres pilares que estructuran su plan estratégico: la docencia, la investigación y la calidad asistencial, unos elementos que construyen los cimientos necesarios para poder mejorar la experiencia del paciente y la eficiencia de las instalaciones.

A pesar de las complicaciones que ha supuesto la pandemia, la prioridad del hospital está clara: los pacientes. La actividad del Fundación Jiménez Díaz se capilariza a través de la filosofía del “trato y tratamiento”.

“Creemos que el acto médico no solo se basa en la parte clínica sino también en la parte de comunicación, información y trato con el paciente”

Director médico de la Fundación Jiménez Díaz, Javier Arcos

Invertir en calidad y en comunicación

En este contexto, la digitalización consolida otro aspecto diferenciador del hospital al verse acelerado por el brote de COVID-19. El hospital ha instalado más de 200 dispositivos electrónicos tablets dentro de las habitaciones para que el paciente pueda estar comunicado con sus familiares y los especialistas e incluso contar con seguimiento psicológico.

Esta medida se ha fortalecido para paliar la soledad y las incertidumbres de los pacientes que se encontraban aislados, ante una enfermedad desconocida y con alta mortalidad.

“Sería una irresponsabilidad por nuestra parte, entendemos que había que invertir tanto en conseguir camas, respiradores y profesionales capacitados para manejarlo, como herramientas de información y comunicación para mejorar ese trato y se acceso a la información de los familiares”, explica Arcos.

Por ello, el hospital no está delimitado a las “cuatro paredes” que lo conforman, sino al alcance que pueda tener los dispositivos de cada persona y el portal del paciente, que cuenta con más de 350.000 altas. La pandemia ha puesto en valor la importancia de la comunicación interna y externa del hospital.

En el contexto de la pandemia, una de las principales protagonistas ha sido la especialidad de Neumología. La jefa asociada del Servicio de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz, María Jesús Rodríguez Nieto, ha sido una de las homenajeadas este año por haber cumplido 25 años de trayectoria en el hospital y una de las protagonistas de la campaña. Rodríguez también ha sido partícipe, desde el comienzo de su residencia, de la evolución del hospital y de la propia especialidad.

“En el día a día no piensas que llevas media vida aquí, muchos retos y muchas experiencias y ver cómo tus compañeros te reconocen es algo muy entrañable y bonito”

María Jesús Rodríguez Nieto, jefa asociada del Servicio de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz

La neumología frente a la pandemia

Y es que la especialidad de Neumología ya tenía gran peso a nivel regional, como nacional, al contar la Fundación Jiménez Díaz con la Unidad más potente de Cuidados Intermedios Respiratorios (UCIR). De hecho, el reconocimiento de esta especialidad se consolidó recientemente con el Premio Best in Class, otorgado por Gaceta Médica.

Bajo el punto de vista de la neumóloga, la COVID-19 ha sido clave para poder desarrollar las UCIR en otros hospitales y poder aprender a gestionarlas, al ser “vitales” apra el manejo de pacientes COVID.

Sin embargo, enfrentarse a la enfermedad sin conocimientos previos , desde el primer momento, supuso un reto y una evolución constante de los profesionales. Esta circunstancia se afrontado desde el trabajo en equipo, ya que todos los sanitarios ponían sobre la mesa sus conocimientos para remar en una misma dirección.

“Lo más impactante era llegar y que cada vez hubiera más pacientes, abrir nuevas salas y componer equipos para ayudarnos entre todos”, subraya Rodríguez.

En este sentido, conformar una nueva forma de trabajar, ante protocolos que cambiaban inesperadamente, cómo aprovechar los recursos disponibles para que duraran el mayor tiempo posible, ha puesto en valor el compromiso de los profesionales con el trabajo colectivo.

Los servicios de Urgencias

Circunstancias similares se vivieron en el servicio de Urgencias del Hospital. La supervisora del Servicio, Mónica Cigüenza, pone énfasis en la “actuación rápida” que caracteriza al Fundación Jiménez Díaz. Esta determinación se vio ayudada por reuniones diarias que agrupaban a equipos multidisciplinares -desde la dirección médica, los servicios de UVI, los servicios de UCIR, urgencias y hospitalización, entre otros- para “desarrollar la puesta a punto de cómo iba a ser cada día en concreto”, explica.

Los servicios de Urgencias, una de las primeras puertas que atraviesan los pacientes del Fundación Jiménez Díaz, vivió una de las escenas más reseñables en el contexto de la pandemia:

“Lo más llamativo fue pasar de ver la sala de espera llena a verla completamente vacía y tener que adaptarla para pacientes COVID”

Mónica Cigüenza, supervisora del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz

Además, Cigüenza es otra de las homenajeadas por 25 años de trabajo en Urgencias del Fundación Jiménez Díaz. Por ello, es otra testigo de cómo ha evolucionado la institución para mejorar la calidad asistencial. En esta línea, la supervisora destaca la transformación de los boxes de urgencias, que han pasado de ser cuatro, en los comienzos de Cigüenza en el hospital, a ser en la actualidad 44, entre otros muchos avances.

Esta mejora progresiva del hospital y el trato que ha proporcionado el Fundación Jiménez Díaz a los pacientes ha dejado huella en muchos de ellos debido a las circunstancias vividas durante la pandemia. Cigüenza explica como, meses más tarde, parte de los pacientes agradecían la atención de Urgencias a través de Atención al Paciente.

Los tres profesionales consultados por Gaceta Médica no dudan en la llegada de una cuarta ola, pero las lecciones que han dejado estos últimos meses en el hospital madrileño consolidan el corazón multidisciplinar del Fundación Jiménez Díaz que seguirá latiendo “quede lo que quede”.


Puedes ver el video homenaje de la Fundación Jiménez Díaz en el siguiente enlace: