El Sindicato Médico de Granada (Simeg) ha publicado su informe anual sobre jubilación ordinaria. El coordinador de su Centro de Estudios, Vicente Matas, también ex vocal de Atención Primaria Urbana de la Organización Médica Colegial, repasa cómo ha cambiado la situación en los últimos años.

Mientras hace un tiempo muchos médicos próximos a la edad de jubilación se preguntaban si podrían continuar trabajando por algún tiempo, los recortes drásticos, el impacto de la crisis y las condiciones laborales penosas, tal y como subraya Matas, hacen que ahora sean cada vez más los profesionales que hacen otra reflexión: ¿Cuándo me puedo jubilar? De hecho, remarca, que se trata de profesionales que no aguantan más, que se encuentran agotados y no quieren seguir en estas condiciones.

A un médico en 2022, si cumple con los requisitos y condiciones que concreta el informe, le correspondería, por las cotizaciones que ha realizado, una pensión de jubilación inicial de 3.143 euros brutos al mes, repartida en 14 pagas (44.002 euros brutos al año)”, detalla Matas.

En la práctica, el tope máximo afecta a esta retribución y la pensión que percibirá será de 2.819,18 euros brutos mensuales (14 pagas) lo que suma en total 39.468,52 euros brutos anuales. Si se aplica una retención aproximada del 21 por ciento, el importe neto se queda en unos 2.225 euros al mes, tal y como calcula el experto.

“Se cotiza por más de lo que se puede finalmente recibir. En este ejemplo, el profesional recibe 323,82 euros menos al mes de lo que le corresponde por lo que ha cotizado, lo que supone 4.533,48 euros menos al año. Para una esperanza de vida de 20 años a partir de los 65, conlleva una pérdida de más de 90.000 euros”, explica Matas.

Poco margen para evitar la pérdida de poder adquisitivo

El portavoz añade también que hay pocas posibilidades para evitar estas pérdidas, planes de pensiones, ahorro, demorar la jubilación, etc., que están detallados en el informe, al igual que otros complementos, como el de brecha de género, que supone 28 euros por hijo con un máximo de cuatro. El documento también incorpora las referencias de compatibilidades e incompatibilidades, uso de recetas del Sistema Nacional de Salud por los médicos jubilados, así como información sobre las simulaciones que se pueden hacer en el portal de “Tu Seguridad Social”.

Matas insiste en que la profesión médica por su complejidad, dedicación, responsabilidad, estrés, exigencias, penosidad, peligrosidad, etc., merecería, al igual que otras profesiones (mineros, bomberos, policía local…) tener un factor corrector, así como la posibilidad de una jubilación voluntaria entre los 60 y 70 años “al igual que los funcionarios y sin tanto recorte”. “Muchos, además, hacen guardias obligatorias, que supone una jornada adicional”, recuerda.

Ante la falta de plantilla en muchas especialidades y las muchas jubilaciones que se están produciendo y se producirán en los próximos años, el coordinador considera que “es hora de poner soluciones urgentes, incrementando unos años aún más, el número de plazas MIR en determinadas especialidades (tardan cuatro o cinco años en formarse) y mejorando las condiciones del ejercicio profesional, con plazas estables y mejores retribuciones”.

“Otra idea es permitir e incentivar a profesionales que voluntariamente lo soliciten prolongar su vida laboral, sobre todo en especialidades que son claramente deficitarias y no tienen especialistas para reponer las jubilaciones”, añade.

El Centro de Estudios del Simeg realiza este tipo de informes desde 2011. Este año, además, el Congreso de la Sociedad Española de Medicina General y de Familia (SEMG) celebrado en Bilbao acogió una ponencia sobre este tema que, a pesar del desconocimiento, también preocupa a los facultativos.


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