Una de las grandes reivindicaciones que el sector ha venido demandando en el último tiempo es el aterrizaje y actualización de los biomarcadores en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS). No en vano, el diagnóstico molecular es parte esencial del tratamiento personalizado en cáncer, y supone un ahorro de tiempo y recursos al sistema. El camino de estas dianas terapéuticas no ha hecho más que empezar en el presente curso: el pasado 23 de junio, el Consejo Interterritorial (CISNS) aprobó el catálogo para los siete primeros subgrupos que se priorizaron y que “abarca las áreas de patologías que más se pueden beneficiar de la determinación de pruebas genéticas”. Así lo cuentan fuentes del Ministerio de Sanidad a GM.

Las próximas novedades que se han avanzado en este campo a este medio responden a que el ministerio está actualmente “en vías de hacer una publicación electrónica del catálogo acordado mediante un buscador”, cuya expectativa es que esté disponible “próximamente”. Una vez realizada la concreción del catálogo, “está previsto abordar la identificación de los centros sanitarios autorizados que realizan cada una de dichas pruebas”, acordándose previamente “los criterios de calidad que deberán cumplir dichos centros”.

Sanidad explica a esta publicación que se empezó a trabajar en este catálogo de biomarcadores en paralelo a través de 18 subgrupos de trabajo dependientes de la Comisión de Prestaciones, Aseguramiento y Financiación que, a su vez, depende del Consejo Interterritorial.

El Consejo Interterritorial definió en junio 685 pares de enfermedad/gen o regiones a estudiar

Como indican desde el departamento que encabeza José Miñones, “se está trabajando en actualizar la cartera de servicios en el área de genética, con lo que se pretende homogeneizar en todo el territorio el acceso a las pruebas genéticas”. En este sentido, confirman que “la orden está en trámite” y concretará la citada actualización en el mencionado formato de catálogo, el cual se irá ampliando de manera progresiva con la incorporación del resto de áreas.

Tras la concurrencia con los responsables autonómicos del ramo hace unos meses, se definieron 685 pares de enfermedad/gen o regiones a estudiar. El ministerio acota en declaraciones a GM que estas son las correspondientes a oncohematología —tumores sólidos, hematológicos, cáncer pediátrico y cáncer hereditario—, farmacogenómica, cardiopatías y trastornos del sistema circulatorio, enfermedades oftalmológicas, enfermedades metabólicas hereditarias y mitocondriales, enfermedades neurológicas y neuromusculares y trastornos del neuro-desarrollo, incluyendo déficit cognitivo.

Trabajo desde la DG de Cartera

Como ya señaló en marzo César Hernández, director general de Cartera Común de Servicios del SNS y Farmacia del Ministerio de Sanidad, la elaboración de un catálogo común de biomarcadores en el SNS era indiscutible: “Hay que implementarlo y ponerlo en marcha y, por tanto, habrá que acometer lo que sea necesario para incluir los biomarcadores en la práctica habitual de la medicina en España, tanto dentro como fuera del sector de la oncología”.

Este segundo semestre de 2023, por tanto, se cumplirá la fecha que el responsable avanzó como horquilla en que sería realidad su primera fase, la cual ya adelantó que se centraría en oncología. “El primer catálogo que saldrá será para cáncer, pero hay para enfermedades raras, enfermedades cardiovasculares, etc. Hay muchas áreas de la práctica médica que se pueden beneficiar de esta filosofía que hoy se presenta muy ligada a la oncología”, expresó.

El catálogo de biomarcadores será flexible para “permitir entradas y salidas” de biomarcadores y se actualizará cada seis meses, como ya se ha venido adelantando meses atrás. “Debe estar pegado a la investigación clínica, a la investigación básica y, además, sujeto a cambios. Debemos estar preparados para cambiarlo cada día si hace falta”, aseveró Hernández.

Precisamente la presidenta saliente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Enriqueta Felip, apuntaba en una entrevista con GM que su implementación debía ser “rápida y dinámica”. “Debe estar preparada para sufrir actualizaciones constantes, bien para la introducción de nuevos biomarcadores o bien para el seguimiento de los ya aprobados”, afirma. Desde Fundación ECO, su actual vicepresidente, Rafael López, explicó a este medio en marzo que “lo ideal es que todos los centros se puedan beneficiar de su uso sin necesidad de contar con maquinaria específica en cada hospital; la coordinación es imprescindible”.


También te puede interesar…