Una de las grandes promesas del Ministerio de Sanidad —en clave medicina de precisión— es la actualización de la cartera de biomarcadores del Sistema Nacional de Salud (SNS). No en vano, el diagnóstico molecular es parte esencial del tratamiento personalizado en cáncer, y supone un ahorro de tiempo y recursos al sistema. En este sentido, son muchas las sociedades científicas e instituciones sanitarias que vienen haciendo fuerza para su aterrizaje efectivo, como son la Fundación para la Excelencia y la Calidad en Oncología (Fundación ECO) o la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Con la legislatura en sus compases finales, Gaceta Médica ha querido recopilar cómo están siendo los últimos pasos dados desde la Administración central.

Así, fuentes del departamento que dirige Carolina Darias confirman su llegada en formato de Orden Ministerial (OM), correspondiente con la actualización y concreción de la cartera común de servicios en el área de la genética y “con la adecuación de la misma a retos actuales y futuros y la necesidad de garantizar un acceso más homogéneo y equitativo”.

Desde Sanidad aseveran que, cuando exista una mayor concreción de la Orden en cuestión, será dada a conocer habilitada “como resultado de los grupos de trabajo que intervienen en este asunto y se hará público, previo acuerdo del Consejo Interterritorial”, explican a esta publicación.

La última respuesta escrita del Gobierno a este respecto, liberada en diciembre del pasado curso, ya ofrecía alguna sobre el momento en que se encontraba. Explicaban así que un Grupo de trabajo dependiente de la Comisión de prestaciones, aseguramiento y financiación “en el que participan profesionales y sociedades científicas implicadas”, es quien está trabajando en la actualización y concreción de la cartera común de servicios en el área de la genética, a través del desarrollo de un catálogo de pruebas genéticas.

Un grupo de trabajo dependiente de la Comisión de prestaciones, aseguramiento y financiación, trabaja en la OM junto a profesionales y sociedades científicas

El Ejecutivo reconocía, a su vez, la oncología como un área prioritaria, detallando que está siendo una de las primeras en las que se desarrollando la propuesta de catálogo de pruebas genéticas, abarcando los tumores sólidos, hematológicos, el cáncer pediátrico y el cáncer hereditario. Una vez realizada la concreción del catálogo, explicaron que se prevé abordar la identificación de los centros sanitarios autorizados que realicen cada una de dichas pruebas, un proceso en el que se acordarán los criterios de calidad que deberán cumplir dichos centros.

Una demanda desde el punto de vista experto

Fundación ECO ya identificó la necesidad de disponer de los biomarcadores en la prestación pública del SNS como una de las tres prioridades y preocupaciones para mejorar los resultados y la calidad de vida de las personas con cáncer en España, en el marco del proyecto CANCER NOW. Así, como parte de la necesidad de garantizar su acceso, la entidad aboga por su inclusión en cartera y por la creación de un listado básico de biomarcadores. En la cumbre celebrada en enero de 2022 ya pusieron de manifiesto la importancia de clasificar los tumores y seleccionar los tratamientos más eficaces y seguros para cada paciente, una reivindicación que desde entonces no ha cesado de exponerse en sucesivos foros.

Así lo defendía el vicepresidente de la Fundación ECO, Jesús García-Foncillas, quien puso el foco en el “cambio de paradigma” que ha supuesto la llegada de biomarcadores para “realizar una aproximación más dirigida que permite poner en valor la oncología y buscar los tratamientos más eficaces en base a las características moleculares de la enfermedad”.

“Lo ideal es que todos los centros se puedan beneficiar de su uso sin necesidad de contar con maquinaria específica en cada hospital; la coordinación es imprescindible”, apoya el presidente de la entidad, Rafael López. Según el responsable, es preciso también mejorar “a la hora de acceder a las herramientas diagnósticas más eficaces, como la NGS —que permiten realizar distintas detecciones en un único análisis—, la biopsia líquida o la patología digital” como “única vía para seguir avanzando en la lucha contra el cáncer”.


Por su parte, SEOM viene defendiendo desde hace años la unificación del catálogo en pro de la agilidad en el acceso de los pacientes a estas determinaciones de previsión de respuesta, así como la reducción de desigualdades entre CC. AA. “Tenemos la sensación de que ha habido un cambio, aunque va despacio, y que se está trabajando de una forma clara. Probablemente, los biomarcadores, se puedan incorporar en la cartera de servicios en los próximos 3-4 meses”, avanzaba su presidenta, Enriqueta Felip, en una entrevista con GM.

Según la jefa de sección del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Vall d’Hebron, su implementación debe ser “rápida y dinámica”. “Debe estar preparada para sufrir actualizaciones constantes, bien para la introducción de nuevos biomarcadores o bien para el seguimiento de los ya aprobados”, afirma.

Otro de los grandes desafíos es la financiación de los propios biomarcadores: “Son precisas evaluaciones periódicas y estudios de coste-efectividad y seguridad para poder garantizar la sostenibilidad del sistema”, apunta, y advierte: “Si no garantizamos esto, la brecha entre el avance científico y la implantación en la clínica será cada vez mayor”. Del mismo modo, las tecnologías necesarias para realizar las determinaciones moleculares o el almacenamiento y procesamiento de la información deberían “encuadrarse en un entorno seguro, ético y equitativo”, según Felip.


También te puede interesar…