Por Fernando Bandrés, Catedrático y presidente del XIV Seminario de Biomedicina, Ética y Derechos Humanos

Fernando Bandrés.

Recientemente se ha celebrado la XIV edición del Seminario de Biomedicina, Ética y Derechos Humanos, que desde su creación siempre ha mantenido el compromiso de ser un foro multidisciplinar e interdisciplinar donde médicos, ingenieros, abogados, economistas y gestores sanitarios se plantean el diálogo y la conversación sobre temas que son una encrucijada entre los avances biomédicos, los conflictos éticos y el nuevo bioderecho. Todo ello, contando además con la participación activa de los alumnos de grado de cada una de esas áreas de conocimiento.

Nuestra principal motivación parte de reconocer que vivimos el compromiso de la educación universitaria de manera vocacional, pues educar es un concepto cooperativo más que competitivo. Saber más y mejor es un estado de crecimiento permanente y felicidad, en el sentido de “ser fértil” y fecundo. Los alumnos de hoy son los médicos del mañana, y quienes deberán afrontar y resolver los grandes retos de la ciencia y los avances biomédicos, pero no podrán hacerlo más que trabajando en equipo y reconociendo la importancia fundamental de los avances de la ética y el derecho, para poder tomar decisiones no solo eficientes sino responsables y prudentes. Entonces, las futuras políticas de salud no solo serán más cultas, sino también más justas.

Pero, además, reconocemos que somos seres tecnológicos. La tecnociencia de este siglo es una rama principal del árbol del conocimiento para alcanzar nuevos saberes desde la “instrumentalidad”. Sus actores ya no son solo científicos y tecnólogos, sino que se han incorporado, entre otros muchos, gestores, juristas, inversores, empresarios, políticos, filósofos, usuarios y pacientes. La tecnociencia repercute tanto en la vida cotidiana que exige de una “formación continua”, una nueva alfabetización. Tenemos el reto y la esperanza de que las tecnologías sanitarias utilizadas por profesionales competentes pueden hacer posible el “humanismo tecnológico”.

“Tenemos el reto y la esperanza de que las tecnologías sanitarias utilizadas por profesionales competentes pueden hacer posible el humanismo tecnológico”

Con estas premisas, esta XIV edición del Seminario ha servido para reflexionar si realmente seremos capaces de entender en esta sociedad egolátrica que no somos más que herederos y no propietarios del conocimiento: ¡aprender de quienes nos precedieron es una obligación no solo culta, sino responsable! Pero también hemos avanzado en definir qué profesional sanitario precisa nuestra sociedad o si es posible evitar que el uso de las tecnologías sanitarias deshumanice la atención de los pacientes, siendo imprescindible un viaje hacia la humanización de la asistencia sanitaria. Pero, además, en la lección magistral James Drane, el profesor Diego Gracia, referencia mundial en Bioética, nos ha iluminado con su magisterio y liderazgo intelectual.

Como en anteriores ediciones, también se han presentado algunas publicaciones inéditas. En esta ocasión, el profesor Benjamín Herreros ha recogido en su libro “Filosofía y Medicina” cómo ha sido la relación de ambas disciplinasdesde la Antigüedad hasta nuestros días, una colaboración fraterna, capaz de curar y de cuidar. En el ensayo “Tecnología y humanización de la asistencia sanitaria”, reflexiono sobre una relación que resulta imprescindible para entender cómo será la atención sanitaria en el siglo XXI.

Defendemos el argumento del profesor Pelegrino cuando dice que “la Medicina es la más humana de las artes, la más artística de las ciencias y la más científica de las humanidades”.