Sofía Mercedes Haselgruber y Antonio Prieto Romero tienen mucho en común, además de su gesto sonriente y de encarar su futuro en el mundo de la medicina y la farmacia hospitalaria,respectivamente, con toda la ilusión del mundo. A sus 23 y 27 años, estos jóvenes han obtenido el primer puesto en el examen MIR y FIR, tras meses de enorme sacrificio y un esfuerzo personal incuestionable.

Gaceta Médica ha querido conocerles mejor y se acerca a su historia en una entrevista a dos bandas en la que comparten con nuestros lectores su experiencia, y también su visión sobre el futuro. Sofía, por ejemplo, ha decidido que elegirá Dermatología. Le atrae que la especialidad tenga una parte de clínica y consulta y, sobre todo, que resulte tan visual. Pesa en su elección, también, que el día a día en “derma” no es como en otras especialidades, más estresantes o agobiantes, como un intensivista o un cardiólogo en urgencias, explica. Reconoce, finalmente, que aunque ahora es joven y puede con todo, cuando tenga 30 o 40 años querrá un poco de tranquilidad en su vida, y valora como un punto positivo que no tenga muchas guardias.

La MIR número uno está valorando oportunidades fuera de Galicia, con hospitales como el 12 de Octubre, el Ramón y Cajal y el Gregorio Marañón, en Madrid. Sabe, en cualquier caso, que una vez que finalice sus años como residente, seguramente querrá volver a su tierra natal, donde tiene a su familia y sus amigos.

La MIR y el FIR número uno cuentan a Gaceta Médica cómo se ven en un futuro

El FIR número uno, Antonio, acumula ya una experiencia de varios años fuera de nuestro país. No es descabellado que terminen coincidiendo en el hospital, puesto que también baraja la opción de hacer la residencia en el Ramón y Cajal o el Gregorio Marañón, o quizá en la Paz. Tiene claro que será Madrid, porque después de este tiempo lejos quiere estar cerca de su familia y sus amigos.

Quizá la principal diferencia entre ambos, teniendo en cuenta también la diferencia de edad o la experiencia profesional, o al menos un detalle que llama la atención, es que el FIR número uno se imagina ya en la posición que tenían sus jefes en el hospital. Con experiencia, y haciendo bien su trabajo, pero en su mente, al menos como aspiración o fantasía, está ya la coordinación de equipos y la posibilidad de escalar conforme a sus conocimientos.

¿Hay un sesgo de género en la forma de verse en el futuro? ¿Es fácil que una mujer médico se imagine en posiciones directivas, a medio plazo? No hay dos personas iguales, ni dos proyectos vitales miméticos, ni siquiera similares, pero quien sabe si pese a su expediente brillante, Sofía intuye ya el influjo de este techo de cristal que vuelve a brillar en la última encuesta del Observatorio de Género y Profesión del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. Tiempo al tiempo.