Sevilla ha vuelto a llenarse en esta primera semana de octubre de médicos de familia y especialistas en formación. El 44 Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Atención Primaria (Semergen) ha reunido en la capital hispalense a cerca de 6.000 profesionales, superando ya las cifras de este encuentro antes de la pandemia..

Poco a poco, la sanidad recupera la normalidad y su ritmo habitual y después de estos años de encuentros virtuales y de contenidos científicos marcados por la pandemia y los temas COVID vuelven los “clásicos”. En esa lista de grandes temas, agudizados además por la crisis sanitaria, la equidad vuelve a estar en primera línea también para la atención primaria.

Al igual que el año pasado, la sociedad científica ha puesto a trabajar a un grupo de expertos multidisciplinar con figuras de primera línea. En el encuentro de 2022, fruto de ese debate transversal, se plantearon diez propuestas de futuro para cambiar el modelo de la atención primaria que empezaban por la necesidad de poner en valor la medicina de familia, implantar una mayor capacidad de resolución en las consultas y dotarlas de recursos, entre otras medidas.

Los expertos insisten en que se valore la carrera profesional y la conciliación familiar

Esta vez los expertos coinciden en que el punto de partida es bueno y, según su diagnóstico, hay un elevado nivel de equidad en el acceso a la asistencia sanitaria. El punto más crítico tiene que ver, una vez más, con los recursos humanos, especialmente en el primer nivel asistencial. Prueba de ello son las dificultades para conseguir cubrir las necesidades de médicos de familia en determinadas zonas.

Su receta también está clara. Es urgente adoptar medidas equitativas para el conjunto del país, pero es necesario ir más allá de las condiciones económicas, que también hay que mejorar. Piden que se valore la carrera profesional y la conciliación familiar, por ejemplo, para evitar que año tras año queden desiertas numerosas plazas de medicina de familia, especialmente en las zonas rurales, en clara desventaja con respecto a las regiones urbanas, donde los problemas tienen que ver con la presión asistencial. La propia ministra ha reconocido esta semana en el Senado que cubrir estas plazas es un verdadero reto.

No valen parches. El desafío para hacer frente al déficit de médicos no se resuelve solo ampliando el número de plazas en las facultades de Medicina, ni el de plazas MIR sin ton ni son, recuerdan desde CESM y CEEM. Faltan profesores de Medicina y atención y cuidados para los tutores de los residentes, pero también condiciones laborales justas y atractivas para que un joven de la generación Z decida invertir once años de su vida en convertirse en médico de familia y dedicarse, desde la profesión más bonita del mundo, como defienden muchos, a luchar contra los elementos.