La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentaba una actualización de las Directrices de autocuidado para la salud y el bienestar, un documento que reserva un papel destacado para las enfermeras por su rol como garantes de la promoción, la prevención y la educación para la salud.

El organismo internacional recomienda que se utilicen esas intervenciones de autocuidado recogidas en todos los países y entornos económicos como elementos críticos para promover la salud, preservar la seguridad mundial, servir a las poblaciones vulnerables y lograr la tan ansiada cobertura sanitaria universal (CSU). Un objetivo, el de la universalidad, también compartido por el Colegio Oficial de Enfermería de Madrid, CODEM, para quien los cuidados deben extenderse a todos sin excepción.

Además de la universalidad, el CODEM apuesta también por la promoción del autocuidado, vital para facilitar cambios de conducta y estilos de vida saludables, tanto a nivel individual, como comunitario, no solo en las personas que sufren alguna enfermedad, sino en toda la población sana y donde el rol de las enfermeras y enfermeros es fundamental para conseguir estos objetivos.

Esa importancia de la Profesión Enfermera ha sido destacada por la OMS en uno de los apartados de sus directrices, en concreto, el de la educación en salud para las mujeres en el área de la atención prenatal durante el parto y posnatal. Así, propone diferentes intervenciones educativas, que se brinden talleres de capacitación sobre el parto y que exista un programa sobre relajación impartido por enfermeras.

En concreto, recomienda un programa de capacitación encabezado por enfermeras sobre relajación aplicada (cuyo contenido contemple debates en grupo sobre la ansiedad y temas relacionados con el estrés durante el embarazo y la finalidad de la relajación aplicada, técnicas de respiración profunda, entre otras técnicas de relajación).

Gracias a esas intervenciones realizadas por las enfermeras -no solo en los servicios prenatales- se contribuye a construir una sociedad con mejor bienestar y calidad de vida, algo fundamental. Esto es especialmente importante si tenemos en cuenta que cada vez vivimos más años y, por tanto, la necesidad de recibir cuidados profesionales es mayor, más intensa y continuada en el tiempo de vida de cada persona.

Sin embargo, este hecho irrefutable y contrastado se enfrenta con la dura realidad, también puesta de manifiesto por la OMS en sus directrices: se estima que para el 2030 habrá una carencia de aproximadamente 18 millones de profesionales de la salud en todo el mundo, de los que al menos 13 millones serán enfermeras. Por este motivo, emplaza a las diferentes administraciones, colectivos y la sociedad a buscar urgentemente estrategias innovadoras que vayan más allá de las respuestas convencionales del sector de la salud.

Por su parte, el Colegio lleva tiempo alertando de esta situación y de la pérdida de enfermeras que sufre, especialmente, la Comunidad de Madrid, y trabajando para ofrecer soluciones. Y ante esos datos preocupantes, se impone la puesta en marcha y desarrollo de un Plan de Recursos Enfermeros que mejore las condiciones de las profesionales (en todos los ámbitos); que garantice el relevo generacional y que ponga coto a los posibles casos de intrusismo.