Con una puesta de escena elocuente (en un acto celebrado dentro de una botica de Lisboa), con el ministro de Salud, Adalberto Campos Fernández apadrinando in situ el proyecto, y con una fecha escogida nada casual: el 1 de diciembre, Día Mundial del VIH/Sida. Así ha dado Portugal el pistoletazo de salida a su proyecto piloto que probará durante los próximos 18 meses la dispensación de medicamentos antirretrovirales en las farmacias lusas, como alternativa a su actual dispensación en hospitales.
Esta prueba piloto, en la que se venía trabajando desde julio, implicará de inicio a 300 farmacias lusas (del área de Lisboa) y 380 pacientes, si bien la cifra de éstos podría ir ampliándose progresivamente hasta situarse en torno a ochocientos. Todos ellos reciben actualmente su medicación para tratar el VIH/Sida en el Hospital Curry Cabral (Lisboa) y ahora podrán decidir si desean seguir retirando su medicación en el complejo hospitalario o bien en alguna de las farmacias que forman parte del piloto. La adquisición de sus tratamientos en las farmacias seguirá asegurando “la calidad, el rigor y la confidencialidad”, tal como confirmó el ministro de Salud portugués en el acto que oficializó su puesta en marcha. Para ello, los farmacéuticos están llevando a cabo una formación específica que la propia presidenta de la Ordem dos Farmacêuticos (equivalente al CGCOF español), Ana Paula Martins, se ha comprometido a “supervisar personalmente”, así como la definición de responsabilidades.
El ministro de Salud recalcó el papel de las farmacias comunitarias en aras de la mayor accesibilidad a estos tratamientos, coincidente con el argumentario que hace suyo la farmacia española para reclamar la dispensación en boticas de aquellos medicamentos innovadores y de Diagnóstico Hospitalario (DH) que no requieren especial control clínico. “Esta iniciativa demuestra que pensamos en el paciente. En ese paciente que puede pasar muchas horas sentado en el hospital para ser atendido, o en aquel que no puede faltar a su trabajo por riesgo de perder el empleo. Por su proximidad, las farmacias son elementos integradores del sistema sanitario, forman parte de él, y tenemos la obligación de hacer uso de ellas”, manifestó Adalberto Campos.
En una defensa más de esta iniciativa, el ministro de Salud luso incidió en que “si un paciente portador del VIH, con total información, en consciencia y sin ningún tipo de coacción considera que adquirir su tratamiento en una farmacia le supone mayores facilidades, nuestra obligación es favorecer dicha opción”. Por su parte, Paulo Duarte, presidente de la Associação Nacional das Farmácias, agradeció la disposición del Ministerio por trabajar “más y mejor” con las farmacias, y ofreció la “calidad y proximidad” de estos establecimientos para semejantes iniciativas futuras.
Cabe recordar que este proyecto tiene sustento legal. Como informó EG, un decreto-ley publicado en Portugal el pasado septiembre abría la puerta a la prestación de nuevos servicios en las farmacias lusas, entre ellos, “la dispensación de medicamentos actualmente asignados a la farmacia hospitalaria”. Respecto a este pilotaje con los antirretrovirales, los resultados serán evaluados por el Imperial College de Londres, el cual medirá el valor añadido de la intervención farmacéutica y la satisfacción del paciente. Las boticas participantes no recibirán retribución durante el pilotaje. La remuneración se abordaría únicamente ante una hipotética implantación futura y general del servicio.