J. V. Madrid | viernes, 08 de julio de 2016 h |

Pese a que el término ya se empleaba en determinados sectores, fue en 2015, cuando la inmunooncología irrumpió con fuerza en la palestra. No obstante, es ahora, en 2016, cuando el término se ha consolidado y se encuentra en plena expansión. Además, si algo ha quedado patente tras la celebración en Chicago del Congreso de la Sociedad Americana de Oncología (ASCO) es que las terapias inmunológicas mejoran los ratios de supervivencia, proporcionan mayor calidad de vida, consiguen que la respuesta sea duradera y prolongada y tienen la características de ser ‘universales’, es decir; muchos pacientes con determinados tumores pueden beneficiarse de ellas.

De los diferentes tipos de cáncer que se podrían tratar con inmunoterapia, se encuentran el melanoma metastásico, el cáncer de pulmón no microcítico (CPNM), el renal (CR) y el de cabeza, cuello y linfoma de Hodgkin.

El presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) y jefe de Oncología del Hospital Puerta de Hierro, Mariano Provencio, incidió en que dado que este tumor es el que más muertes ocasiona pese a los avances terapéuticos, la llegada de opciones como nivolumab, comercializado como Opdivo por BMS, consiguen mejoras en la supervivencia global (SG) tanto administrado en monoterapia como en combinación con ipilimumab para pacientes con CPNM avanzado.

“La inmunoterapia podría desbancar a la quimioterapia (QT)”, aseguró Provencio, precisando que esta es “la punta del iceberg” y que todavía hay que aprender a manejarla.

De igual modo, el presidente del Grupo Español de Melanoma (GEM) y oncólogo médico de la CUN, Salvador Martín-Algarra, insistió en que los nuevos medicamentos inmunomoduladores aprobados en melanoma aumentan la supervivencia libre de enfermedad, la supervivencia global (SG) y la supervivencia a largo plazo.

“Las tasas de respuesta, supervivencia y control de enfermedad a largo plazo son superiores tras tratamientos anti-PD-1 y la combinación de anti-CTLA-4 y anti-PD-1 es más activa y más tóxica, por lo que es necesario un mayor seguimiento para saber el impacto real en la supervivencia a largo plazo y las dosis más adecuadas”, apuntó.

También se pusieron sobre la mesa, las novedades más relevantes en el ámbito del cáncer de cabeza y cuello. Al respecto, el presidente del Grupo Español de Tratamiento de Tumores de Cabeza y Cuello y oncólogo médico en Sant Cugat del Vallés, Ricard Mesía, expuso que hasta el 50 por ciento de los pacientes recidivarán en el plazo de dos años. Asimismo, las tasas de supervivencia relativa a los cinco años en este tipo de tumores son de alrededor del 50 por ciento y, como destacó el especialista, no han cambiado en el último medio siglo. En este punto, insistió en los “positivos” resultados que se habían alcanzado con nivolumab para el tratamiento de estos tumores y recordó que, en su momento, fue necesario suspender “prematuramente” el estudio aleatorizado fase III CheckMate 141, que evaluó nivolumab frente a otra opción terapéutica a elección del investigador en pacientes con carcinoma de células escamosas de platino-refractarios metastásico de cabeza y cuello (CECC) recurrente. Esto fue debido a que el Comité de Supervisión de datos independiente llegó a la conclusión de que el estudio había alcanzado su objetivo primario “mucho antes de lo esperado”.

Finalmente, el presidente del Grupo Español de Oncología Genitourinaria (Sogug) y jefe de la Unidad de Tumores de Urología y Ginecología del Hospital Gregorio Marañón, José Ángel Arranz, cerró el encuentro, afirmando que los pacientes con estadios I, II y III tienen unas tasas de supervivencia a los cinco años del 81, 74 y 53 por ciento respectivamente versus aquellos que se encuentran en estadio IV, cuya tasa es del ocho por ciento.

Finalmente, se reiteró el papel de nivolumab en este tipo de cáncer y se destacó el estudio CheckMate 025 en donde quedó demostrada la eficacia de Opdivo frente a everolimus (un inhibidor de mTOR), mostrando una supervivencia mayor (25 meses vs. 19,6) y una tasa de disminución de la masa renal también superior (21,5 por ciento vs.3,9 por ciento).