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Entre el 7 y el 10 de mayo Gran Canaria acogió el 50 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología (SER). Y precisamente, en este encuentro, Marcos Paulino Huertas, jefe de Servicio de Reumatología del Hospital de Ciudad Real, asumió la presidencia de la entidad. En una visita a la sede de Gaceta Médica, el especialista repasa la actualidad de la especialidad.

Pregunta. Hace apenas unos días que tomó posesión como presidente de la Sociedad Española de Reumatología. ¿Cuáles son las líneas de trabajo prioritarias que va a seguir? 

Respuesta. Llevo apenas unos días y estoy muy orgulloso de estar al frente de la SER. Fundamentalmente, porque somos una sociedad científica con más de 2.100 socios, la mayor parte son reumatólogos, pero la mayor fuerza que tiene la reumatología está en sus pacientes. En España según datos de EPISER, de 2016, uno de cada cuatro adultos de más de 20 años tiene una enfermedad reumática. Esto supone que 11 millones de personas que están afectadas por ello; además, es la principal causa de jubilación por enfermedad y la primera de discapacidad. Todo esto genera unos costes sociales y laborales inmensos. Hay que poner en valor que los profesionales son muy importantes y que hay que potenciarlos porque pueden resolver muchos problemas. También podemos ayudar a la sostenibilidad del sistema con la innovación y las herramientas necesarias. Por ello, lo primero es dar visibilidad a la especialidad y a lo qué hace un reumatólogo.

P. Con este volumen de pacientes reumatológicos, ¿Cómo definiría la situación de los recursos humanos en España?

R. Tengo una especial sensibilidad con la falta de reumatólogos. Estamos viviendo, no sólo en reumatología, un momento difícil por las jubilaciones que se están produciendo en medicina con la generación de profesionales de los años 60, que han superado a los reumatólogos que están terminando en las facultades, a pesar de que ha aumentado sustancialmente el número de reumatólogos que ofertan las consejerías de sanidad. Pero no es suficiente. Por ello, hay zonas que se están quedando sin reumatólogos y no sólo hospitales comarcales, sino hospitales universitarios, de capitales de provincia, que están infradotados en cuanto a personal. Estamos valorando cómo homogeneizar la atención y que los pacientes reumáticos reciban las mismas oportunidades independientemente del lugar en que residan.

P. ¿Qué retos se marca al frente de la sociedad durante los próximos dos años?

R. Además de la visibilidad y asegurar que hay profesionales, quiero abrir la SER a un relevo generacional. En el congreso tuvimos la cena y era llamativo la gente joven que había y estos profesionales, con todo lo que ha cambiado la especialidad en estos años, son las promociones mejor formadas de toda la historia de la reumatología. Por ello, hay que darles su lugar y que tomen el testigo de los que llevan más años. En este sentido, también es muy importante seguir dando herramientas de formación y excelencia a los reumatólogos, sobre todo en el campo de las enfermedades autoinmunes sistémicas, porque son las más complejas y las que requieren que demos el ‘do de pecho’ en ese tipo de pacientes.

P. ¿Qué importancia tiene el abordaje de enfermedades reumáticas en unidades especializadas, como los CSUR de enfermedades autoinmunes sistémicas o consultas monográficas? 

R. En algunas enfermedades, especialmente las más complejas y aquellas que son menos frecuentes, necesitamos que los profesionales tengan un expertise importante. De tal manera que este tipo de consultas son clave; permiten atender a los pacientes con más tiempo y aplicar protocolos. Asimismo, el personal de enfermería de estas consultas lleva a cabo un seguimiento más cercano de los pacientes, evitando complicaciones e ingresos innecesarios. 

P. Durante el congreso, se incidió en la importancia de la detección precoz para las enfermedades reumatológicas. ¿Qué cree que queda por hacer en los circuitos asistenciales para diagnosticar cuanto antes este tipo de patologías?

R. Lo más importante es una perfecta comunicación y coordinación con atención primaria (AP) porque son la puerta de entrada al sistema. Estas enfermedades son la segunda causa de consulta en medicina de familia y si la atención primaria está infradotada, faltan recursos. Con los protocolos que se les mandan, bastante tienen con sacar su consulta adelante. Por ello, hay que asegurar que está bien dotada y potenciarla para que la base del sistema funcione correctamente y así establecer una comunicación directa con diferentes mecanismos, lo que es fácil de decir, pero difícil de hacer. También formar enfermeras especializadas en paciente reumático y que puedan filtrar ellas los pacientes de primaria e identificarlos. Y una tercera opción es a través de la inteligencia artificial; estamos desarrollando sistemas y protocolos, lógicamente tutorizados por especialistas, para que detecten en los volantes de los médicos de familia volcando todos los datos, una serie de ítems o palabras clave, que permitan inmediatamente localizar a este paciente con una enfermedad grave reumática.

P. A este respecto, ¿Qué potencial tiene la inteligencia artificial en reumatología más allá de la detección precoz?

R. Va a tener muchos en medicina en general: desde sistemas de IA en diagnóstico por imagen, es decir, protocolos donde se usan resonancias magnéticas, radiografía simple o ecografía donde el sistema de IA te diagnostica con alta fiabilidad otorgando el diagnóstico correcto la mayoría de las veces. Creo que si la sabemos utilizar bien y orientar determinados casos cuando hay duda y que sean herramientas de ayuda por ejemplo a los médicos de atención primaria y que les avisen de que el paciente puede tener una enfermedad reumática importante y que le puedan derivar o hablar con el reumatólogo. Por ello, puede ser de gran utilidad.

P. La innovación ha marcado un punto de inflexión en las enfermedades reumatológicas inflamatorias. ¿Qué impacto se está viendo que tienen las nuevas opciones terapéuticas en enfermedades inmunomediadas? ¿En qué patologías de este tipo se están viendo más avances?

R. Yo hice la residencia cuando empezaban los tratamientos biológicos y biotecnológicos de ingeniería molecular, fundamentalmente para artritis reumatoide y las espondiloartritis, entre ellas, la artritis psoriásica. Ahora, después del desarrollo terapéutico en inflamatorias se está viendo un enorme pipeline de tratamientos innovadores en enfermedades autoinmunes sistémicas. Lo que viene son tratamientos para el lupus, vasculitis, miopatías inflamatorias… y es muy importante porque eran enfermedades un poco huérfanas de tratamiento. En el caso del lupus, salió un medicamento biológico y llevaba 50 años sin salir nada; recientemente ha salido otro y hay más en ensayos clínicos en Fase II y Fase III de nuevas moléculas con nuevas dianas. Por tanto, vamos a cambiar el paradigma del tratamiento de las enfermedades autoinmunes sistémicas, vamos a prevenir el daño y mejorar la calidad de vida de estos pacientes, que eran los más complejos que teníamos hasta ahora.

P. Las terapias CAR-T están revolucionando el área de la oncología, pero varias investigaciones apuntan a que pueden ser útiles en otros campos. ¿En qué punto se encuentra la investigación de las CAR-T como tratamiento para el lupus? ¿Es viable para todo tipo de pacientes? 

R. En los congresos y en los simposios se están publicando una serie de casos de terapia CAR-T en pacientes con enfermedades autoinmunes, sobre todo con lupus, y la respuesta está siendo espectacular. Son tratamientos que ahora mismo se están centrando en casos muy refractarios y complejos porque este tipo de terapias necesitan de un aparataje y de un personal específico y también conllevan un coste muy alto. En el uso de CAR-T es fundamental la colaboración de los servicios de hematología, porque ellos son los que tienen la experiencia y los que -porque yo creo mucho en la multidisciplinariedad- pueden ayudarnos a dar una respuesta para este tipo de pacientes. Por lo tanto, es una terapia innovadora que tiene resultados espectaculares, pero también es compleja de manejar y probablemente no va a ser para los 80.000 pacientes con lupus, ya que es imposible y tampoco es lo que se pretende; pero sí que sea útil para un grupo de pacientes seleccionados que tengan una enfermedad especialmente grave.

P. Cada vez existen más estudios que confirman los beneficios del ejercicio para el alivio de algunas enfermedades. Este es el caso de la fibromialgia. ¿Qué papel juega la actividad física en esta enfermedad? ¿Existen otras enfermedades reumatológicas que obtengan beneficio?  

R. En el caso de la fibromialgia se ha visto que, pese a que hay que adaptarlo a los pacientes, las personas con esta enfermedad que realizan fundamentalmente ejercicios aeróbicos, como pilates adaptado, aquagym o yoga terapéutico, se encuentran a medio y largo plazo en mejor situación que aquellas que no hacen nada. Muchas veces es difícil porque tienes que buscar el momento y tienes que esforzarte, pero el ejercicio siempre es positivo. Además, está demostrado que el ejercicio físico tiene un componente antiinflamatorio, que va a regular y reducir el número de brotes en las enfermedades reumáticas inflamatorias. En nuestra página web tenemos el programa Reumafit, que hemos realizado de manera multidisciplinar e interdisciplinar para realizar ejercicio físico específico para cada enfermedad reumática. El ejercicio físico permite evitar el riesgo cardiovascular, el sobrepeso y la obesidad o mejorar el tono muscular, de tal manera que va a mejorar el equilibrio y va a reducir las caídas y, por tanto consecuencias como fracturas. Son todo beneficios y por lo tanto hay que fomentarlo en la población en general y, por supuesto, en los pacientes reumáticos hay que incentivar ese tipo de tratamiento.

P. En cuanto al ejercicio de la profesión y teniendo en cuenta que usted ejerce en Ciudad Real, ¿A qué retos se enfrentan los servicios de Reumatología de provincias con población más dispersa en comparación a otras más urbanas?

R. En nuestra web tenemos una bolsa de trabajo que, en este momento, cuenta con 86 plazas disponibles entre medicina pública y privada, la mayoría, contratos a largo plazo. Incluso había plaza para jefe de servicio. Cuando tienes tantísimas plazas disponibles, las capitales de provincia o las comarcas resultan menos atractivas para la gente joven. En Ciudad Real tenemos un servicio joven, un servicio que se lleva fenomenal, tenemos asistencia, investigación y docencia. Sin embargo, los residentes que terminan se van si les sale trabajo en su lugar de nacimiento. Así, desde 2021, hemos pasado de 12 reumatólogos a seis y medio. Con la mitad, tenemos que atender a la misma población. Es un esfuerzo brutal hacer una reumatología de calidad en esas circunstancias. Por eso, es clave que las administraciones se impliquen y que la sociedad civil comprenda el problema de falta de médicos, para incentivar las plazas de difícil cobertura mediante becas, beneficios formativos o prioridad en su carrera profesional –que les cuente el doble–, entre otras. Cosas que les sean rentables y atractivas, porque si no, lo que produce es una desigualdad tremenda en función del lugar de donde vivas. Una de mis obsesiones es distribuir mejor los recursos mientras pasa esta época de falta de personal médico.

P. La Estrategia en enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas (ERyMEs) fue aprobada por el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) el 20 de diciembre de 2012 y en 2021 el Ministerio de Sanidad presentó un informe de evaluación de la misma, en el que se incluía un cuestionario para evaluar el abordaje por regiones. ¿Se ha avanzado en la puesta en marcha de las líneas de actuación prioritaria expuestas?

R. La Estrategia se llevó a cabo entre la SER, el Ministerio de Sanidad, diferentes sociedades científicas y asociaciones de pacientes. Las prioridades continúan estando ahí, el problema es que ‘cuesta’ implementar la Estrategia. Nosotros estamos siempre a disposición de las autoridades para hacerlo y estamos llevando a cabo reuniones con las Consejerías de Salud. Nos hemos reunido con Asturias, Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Baleares… En definitiva, estamos colaborando a nivel autonómico y a nivel nacional para conseguir una atención de calidad a los pacientes con enfermedades reumáticas.

P. Antes estábamos hablando de la importancia del ejercicio, por lo que quería preguntar sobre el aumento de este tipo de enfermedades en los niños. ¿Qué podría hacerse para mejorar estas estadísticas?

R. Las enfermedades reumáticas pueden afectar hasta a bebés, no es solamente una cuestión de personas mayores. Uno de cada 1.000 niños tiene una enfermedad reumática inflamatoria. Es un poco chocante cuando ves a un niño con una rodilla inflamada o porque no puede dormir en toda la noche debido a los dolores. La sociedad es cada vez más sedentaria, hace menos ejercicio y tiene más tendencia al sobrepeso y la obesidad. Por un lado, esto se traduce en que tenemos una mayor sobrecarga en las articulaciones, lo cual puede favorecer la aparición de más lesiones precoces que hace 20 o 30 años y, por otro, que la propia obesidad, el tejido adiposo, es una fuente de proteínas proinflamatorias, de tal manera que hace más fácil el desarrollo de enfermedades reumáticas de esa naturaleza. Respecto al tema de las dietas, la mediterránea para nosotros es fundamental, y los niños y niñas, muchas veces toman dietas que dejan bastante que desear. Si a eso le sumas la falta de actividad física y el aislamiento social, tenemos una tormenta perfecta para un futuro con más enfermos reumáticos.

P. La Atención Primaria es la puerta de entrada de la mayoría de los pacientes reumáticos  ¿Qué importancia tiene una derivación precoz desde AP? ¿Cómo es la comunicación y la formación con los servicios de AP y que se puede hacer para mejorar el diagnóstico precoz en estas enfermedades? 

R. Las enfermedades reumatológicas son la segunda causa de consulta al médico de cabecera y, de hecho, los profesionales tienen muy presentes todos los problemas de lumbalgia, dolor de cuello, artrosis… Por ello, si un reumatólogo quiere colaborar bien con primaria, le tienen que dar las herramientas adecuadas para que puedan trabajar en condiciones y así repercutir positivamente en el resto de niveles asistenciales. De tal manera que se evite que los pacientes lleguen tarde y en peores condiciones. Además, se evita el incremento de sufrimiento a nivel social, laboral y de costes.

P. Las enfermedades reumatológicas son muy heterogéneas por lo que es necesario un abordaje multidisciplinar, ¿Que debe de hacer el reumatólogo para erigirse como coordinador de los recursos que participan en la atención de los pacientes?

Nosotros somos muy partidarios de la multidisciplinariedad y de hecho, hacemos cursos conjuntos con todos los especialistas que intervienen en el tratamiento de nuestras enfermedades. Por ello, para ser coordinadores o directores de orquesta tenemos que demostrarlo. Tenemos que dar toda la excelencia formativa y todas las facilidades a los profesionales para que puedan hacerlo con la mayor calidad posible. Por esa razón, dotamos a nuestros reumatólogos de acceso a una biblioteca virtual extensísima, de asesoría para los profesionales que trabajan más aislado para que puedan consultar a especialistas de referencia, programas de mentorización para dirigir las carreras de reumatólogos emergentes, además de centenares de becas para formarse en los mejores centros a nivel nacional e internacional. Hacemos todo lo posible para crear especialistas de calidad.

P. En la parte de gestión, ¿Cómo se organiza un servicio de reumatología? ¿Qué herramientas diagnósticas y profesionales han de estar presentes?

R. Tenemos todo monitorizado, por ejemplo, cuánto tiempo tiene que tardar una primera consulta, una revisión, cómo solicitar a una enfermera a la gerencia o consejería y justificarlo… Nuestro campo de actuación es muy amplio. Por ello,  hay que formar a a los residentes para que no sólo hagan ecografía osteoarticular, sino biopsia de glándula salival, de grasa abdominal, estudios de cristales de líquido sinovial con el microscopio de luz polarizada… Antes éramos especialistas clínicos puros y duros y hemos ido evolucionando. Ahora tenemos un montón de técnicas y un reumatólogo puede solucionar una lumbalgia sin necesidad de que el paciente salga de la consulta. También hay consultas monográficas en dolor y enfermedades autoinmunes o consultas multidisciplinares de reumatología con oftalmología, dermatología, nefrología o neumología. Todo es mejorable, pero respecto a la reumatología que se hacía hace unos años, hemos dado un gran salto.

P. Teniendo en cuenta todos los temas abordados, ¿Cómo trabaja la SER para asegurar que ofrece a sus asociados los mejores recursos formativos?

R. La SER invierte mucho en formación. Tenemos prácticamente todos los fines de semana cursos de diferentes modalidades porque hay más de 200 enfermedades reumatológicas distintas. El año pasado hubo más de 20 cursos monográficos de diferentes enfermedades, y todos con un gran éxito de asistencia, tanto presencial como virtual y estos quedan en el portal del socio para que se pueda acceder en diferido. También se hacen tres o cuatro simposios anuales, de espondiloartritis, enfermedades autoinflamatorias, enfermedades autoinmunes sistémicas y un congreso nacional. Puede parecer que hay demasiados cursos, pero si los profesionales se apuntan, es muestra de que son interesantes y necesarios. Además, hacemos encuestas, preguntamos, intentamos ver los puntos débiles y renovamos la oferta formativa. Mi idea es contar directamente con el socio para ofrecer nuevos cursos y que ellos elijan en qué quieren que se les forme.

P. En términos de formación y actualización, ¿Qué papel está jugando la SER en cuanto a la recertificación profesional en medicina?

R. Estamos desarrollando el modelo de recertificación, aunque a expensas de que el Ministerio de Sanidad decida qué organismos van a llevarlo; nosotros nos hemos ofrecido a través de la Federación de Asociaciones Científico Médicas (FACME); ya hemos presentado nuestro modelo y lo hemos presentado a ver si nos los aceptan. El foco es garantizar que los reumatólogos tengan una formación continuada, que desde la SER ya tienen, y generalmente el reumatólogo es una persona con ansia  de formación e inquietud científica de ofrecer lo mejor a sus pacientes. 

P. En cuanto a la medición de calidad en la atención, ¿Cómo percibís y cómo se ocupa la SER de trasladar y evaluar los modelos asistenciales?

R. Tenemos una unidad de investigación y una de formación y gestión del conocimiento. Tratamos de establecer periódicamente guías y recomendaciones acerca de lo que debemos hacer, con una sistemática de investigación perfectamente establecida. Además, esas guías, las publicamos dos o tres veces al año como mínimo para que sean de ayuda a los reumatólogos y que sepan cómo hacer para enfrentarse a pacientes difíciles. Por otra parte, invitamos a los reumatólogos a formarse en centros españoles cuando son técnicas difíciles de encontrar y damos becas para estancias en el extranjero porque eso va a permitir que cuando vuelvan formen a otros reumatólogos. Tenemos grupos de trabajo con profesionales superespecializados en algunas enfermedades y les tenemos en cuenta para que den ideas en congresos y simposios. Así, hacemos lo posible para que la calidad que queremos implementar sea extensible a todo el territorio nacional.

P. A nivel de las administraciones, ¿Hay interés suficiente por la reumatología?

R. Quizá no, pero si observas el número de consultas por lumbalgia en atención primaria, es altísimo. Parece algo más leve, pero puede ser terriblemente invalidante. Y este es sólo un ejemplo. El que lo sufre lo sabe, cuando tienes una lumbalgia, ciática o dolor cervical intenso, te deja sin poder hacer nada, provoca incapacidad laboral y tenemos muchos proyectos para ayudar a la administración a racionalizar y optimizar este tipo de incapacidades.

P. ¿Y entre la sociedad? ¿Ayudaría un mayor conocimiento a conseguir un diagnóstico más temprano?

R. Así es. Hemos hecho campañas de salud pública a la población general; también,  con el  Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos para que las oficinas de farmacia detecten que, cuando alguien pide un producto por ejemplo para el lumbago, el farmacéutico le recomiende ir al profesional médico, porque a veces cuando van a la consulta es tarde y puede haber  lesiones con consecuencias importantes e irreversibles. También queremos utilizar a nuestros profesionales más sénior, los que nos han transmitido el oficio, para concienciar en centros de salud o colegios para que cale su importancia. Y es que, la mayoría de pacientes no se mueren, pero se sufre mucho a nivel físico y mental. De hecho, hay muchas enfermedades reumáticas que uno de los síntomas capitales aparte del dolor es el cansancio o fatiga y esto genera una mala calidad de vida. Parece que no se le da importancia y realmente limitan mucho el día a día, el trabajo o la vida social. Esto empobrece el desarrollo personal, con costes enormes en salud mental y problemas laborales, entre otros. Por ello, falta concienciar y que estos mensajes lleguen a quienes toman decisiones. 


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