La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) han elaborado conjuntamente la primera guía de práctica clínica en España para el seguimiento de largos supervivientes de cáncer hematológico. El documento, pionero en este ámbito, contiene recomendaciones fundamentales para realizar el seguimiento de pacientes que hayan padecido cáncer hematológico y, para ello, cuenta además con el aval de la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL) y del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC).

Esta guía pone el foco en los linfomas, las leucemias y el mieloma múltiple puesto que son los cánceres hematológicos que registran una mayor incidencia. Cabe destacar  que no se dispone de cifras concretas en cuanto al número de largos supervivientes en estas patologías; se considera largos supervivientes a aquellos pacientes que hayan pasado cinco años libres de enfermedad.

En palabras de Armando López Guillermo, vicepresidente primero de la SEHH, “afortunadamente, curamos una proporción mayor de enfermedades hematológicas malignas”. “Una vez el paciente alcanza la respuesta completa, cuando han pasado unos años, es el momento de dejarle en manos del médico de familia; y aunque curemos a esos pacientes siempre se paga un peaje y es que hay una serie de complicaciones tardías que el médico de familia debe conocer, así como la posibilidad de segundas neoplasias”. Ha explicado. Por todo ello, López Guillermo ha puesto en valor el contenido de esta guía subrayando que “estos documentos son importantes porque el médico de familia tiene que saber de todo y esta guía puede ayudarle a saber cómo actuar”.

“Asumimos al paciente con muchas de sus circunstancias vitales, incluidas sus enfermedades que muchas veces son muy diversas y presentan complicaciones muy diferentes”, ha expresado Paula Chao, vicepresidenta tercera de la semFYC. Por ello ha resaltado que  “tener una guía de consulta y facilitar el manejo de esta posibles complicaciones es muy útil en la consulta de atención primaria”. “Esto permite una continuidad asistencial pero, coincido en que esto no quita para que haya una buena comunicación entre niveles para ayudar a unos pacientes que no han pasado por unas circunstancias sencillas”, ha añadido Chao.

Visión integral

Begoña Barragán, presidenta de AEAL y de GEPAC, ha remarcado “la importancia de que se haya contado con la voz de los pacientes”. “Yo pertenezco a los largos supervivientes, me diagnosticaron un linfoma hace 23 años y aquí estoy para contarlo; la buena noticia es no soy la única porque cada vez somos más pero la mala es que en ocasiones los médicos de familia, cuando pasa el tiempo, pueden tener dudas acerca de qué hacer con nosotros”, ha desarrollado Barragán. Así, ha considerado que “de cara a los hematólogos es una buena guía para que también se acostumbren a emitir unos informes completos, ya que el paciente puede cambiar de centro o de residencia y es importante que esté siempre actualizado”. “De cara a los profesionales de atención primaria es también muy útil para estar al tanto de las condiciones de cada personas y es una guía que no debe quedar aquí si no estar en permanente revisión porque hay aspectos que son cambiantes”, ha puntualizado.

A este respecto, Cruz Bartolomé, médica de familia del centro de Salud Parque Goya y representante de semFYC en la Comisión Interdisciplinar de Trabajo de Largos Supervivientes de Cáncer Hematológico, ha considerado que “cuando se considera que un paciente puede pasar a atención primaria, más que un informe de alta, se necesitaría una carta de presentación para saber todo lo que ha pasado el paciente en cuanto a diagnóstico y tratamiento”. “La atención primaria no sólo se encarga de la parte médica sino de la más social, por tanto, vendría bien esta hoja de presentación para realizar un manejo integral”, ha agregado.

Por su parte, Guillermo Rodríguez García, hematólogo en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y representante de la SEHH en la Comisión Interdisciplinar de Trabajo de Largos Supervivientes de Cáncer Hematológico, ha abogado también por plasmar toda la información del paciente en un documento, “incluyendo si ha pasado por trasplantes u otros tipos de complicaciones ya que así se puede decidir sobre el manejo sabiendo también el tratamiento que ha recibido”. Aquí, ha opinado que “esta guía puede ser un primer paso para esa diferenciación entre pacientes y que el médico de familia se sienta cómodo con cada uno de ellos”.

Comunicación ágil

A pesar de que esta guía contenga recomendaciones para un adecuado manejo de los largos supervivientes en cáncer hematológico, López Guillermo ha destacado que esta publicación no debe ser óbice para que “si existe cualquier duda, el médico de atención primaria pueda consultar con el hematólogo”. Asimismo, Bartolomé ha abundado en la necesidad de “contar con una vía ágil de comunicación con hematología tanto para dudas como para trasladarla a hematología en cuanto detectas cualquier cosa que pueda necesitar supervisión de este especialista, ya que a veces se demora mucho”.  

Y es que esta comunicación entre profesionales es básica para aspectos concretos del manejo de la enfermedad, como por ejemplo, ante la sospecha de aparición de segundas neoplasias. En este caso, Rodríguez García ha especificado que “la guía no permite estandarizar un proceso al respecto, sino estar pendientes de las áreas de más riesgo”. En estos casos, ante la aparición de indicios de sospecha, se podrían solicitar las pruebas pertinentes. Pero aun así Rodríguez García ha detallado que “lo que se puede hacer es que el paciente esté lo más arropado posible, pero no hacer demasiadas pruebas porque para radiar a un paciente debe haber justifiación; lo que sí se puede hacer es conocer los puntos de riesgo de cada paciente para estar prevenidos”.

Por otra parte, respecto al proceso para diagnosticar este tipo de patologías, Chao ha reivindicado que “desde atención primaria no se tiene acceso a todas las pruebas”. “Hay veces que con una radiografía ya sabes que hay que hacer más pruebas; pero depende de la zona en la que se ejerza, el catálogo de pruebas es diferente”, ha lamentado. Por ello, Chao ha recordado que “desde atención primaria se aboga porque el médico de familia tenga acceso a solicitar el mismo catálogo de pruebas que los compañeros que trabajan en su hospital de referencia”.


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